chapter LXI +18

1.5K 93 18
                                    

Llegamos ante una altísima puerta, flanqueada a cada lado por un impenetrable muro de chatarra compactada en bloques

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Llegamos ante una altísima puerta, flanqueada a cada lado por un impenetrable muro de chatarra compactada en bloques. 

— Literalmente, viven en un basurero. —murmuré, intentando en vano ver más allá.

Rick asintió con un ruido de garganta.

— Seguramente ya saben que estamos aquí. —ambos buscamos alguna presencia a nuestro alrededor, pero no encontramos nada— Nos desarmarán. —me miró de reojo, con demasiada insistencia como para que no notara sus intenciones— ¿Riley? —parpadeé, fingiendo confusión, lo que provocó que resoplara, con una mezcla de diversión e impaciencia.

— De acuerdo. —me rendí después de unos segundos, sintiendo sus ojos clavarse en mi perfil— No haré ninguna tontería, prometido. 

Acarició mi cabeza con suavidad, para dejar un corto pero significativo beso en mi sien. Amagó con apartarse, cuando mis labios se apoderaron de los suyos en un ansioso y necesitado gesto por tenerlo más cerca. Su lengua se encontró con la mía, apagando toda racionalidad en mi sistema. Y la mano que había descansado en mi cabeza, se deslizó hasta mi cuello, donde sentí las yemas de sus dedos arder contra mi piel. Sujeté su camisa, en una impulsiva arremetida que junto más nuestras bocas. Lo oí, y lo sentí, jadear contra mis labios por la sorpresa de mi acción. Y a medida que aquel beso, en un inicio fugaz y calmo, se acrecentaba robándonos oxígeno y cordura, sus dedos iban apretando un poco más en mi cuello, producto de la lujuria que lo consumía. Mis piernas se convirtieron en jodida gelatina, y si no hubiera sido porque llevó con rapidez ambas manos a mis glúteos, posiblemente me hubiera caído contra el asfalto. Rio entrecortadamente, separando nuestros labios. Ambos los teníamos hinchados y rojizos, y encontré mi reflejo en sus ojos, tan próximos que detallé cada mota azulada que tenía en ellos. Se empequeñecieron por culpa de su sonrisa, y cuando fui a romper el silencio, las puertas a nuestro lado se abrieron de par en par. 

Nos separamos, pero nada en el mundo podía ocultar el como nuestra piel ardía, y el como nuestros ojos brillaban, haciendo destacar su color celeste. 

— No vienes solo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— No vienes solo. —Jadis se situó frente a ambos, mientras el resto de su gente nos rodeaba en un gran círculo.

— No. —contestó Rick con cierto regocijo— Pensé que no te importaría que viniera conmigo.

✓DEMON'S FEARS ⎯⎯  ᴛᴡᴅWhere stories live. Discover now