𝘁𝗵𝗲 𝘄𝗮𝗹𝗸𝗶𝗻𝗴 𝗱𝗲𝗮𝗱 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻
[TERMINADA]
Riley apenas puede soportar su propia mente, pero cuando dos hombres se cruzan en su camino, se verá obligada a decidir entre: sostener la poca cordura que le queda o sucumbir finalment...
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Todas mis armas me fueron devueltas, y el tener de nuevo el machete al alcance, me proporcionaba una enorme seguridad. Me subí un poco más la cremallera de la cazadora, cuando un viento helado se empezó a levantar junto con el atardecer.
— Volverás, ¿verdad que sí? —Maggie me apretó las manos con afecto.
— Lo haré. Prometido, princesa.
Intentó hablar de nuevo, pero la gruesa voz de Abraham se interpuso entre nosotras.
— Más te vale, Ray. —me palmeó la espalda con demasiada fuerza— Si no me veré obligado a buscarte ahí fuera para patearte el trasero.
Lo empujé, alejándolo de mí con una sonrisa.
— ¿Ray? ¿Eso es lo más creativo que se te ha ocurrido, zanahorio?
— Ray y zanahorio, la misma mierda, chica. —me revolvió el pelo antes de despedirse junto a Maggie— Intenta no morirte, anda.
— Abuelo. —me burlé al ver a Thomas llegar.
— Ten cuidado. —negó sonriente, y antes de que pudiera procesarlo, sus brazos se habían envuelto en mi cuerpo. Me asfixio— Es peligroso ahí fuera. —murmuró acariciándome el pelo— Pero entiendo tus motivos.
No pude contenerme más y le devolví el gesto, aferrándome con más desesperación a él, de la que hubiera querido.
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— Si tú estás a salvo, yo lo estaré. —me oculté un poco en el hueco de su cuello— Tranquilo, no me pasará nada.
— Algún día todo acabará. —se separó exhalando un suspiro pesado— Solo me queda rezar por que no pierdas el camino, hija. —asentí apretando los labios, incómoda— Existe más de una forma de morir, Riley, y la peor de todas es perder la humanidad. Seguirás en pie, pero no siendo la misma.
— Lo intentaré, intentaré que no me cambie.
Depositó en casto beso en mi frente mientras me acunaba las mejillas.
— Te quiero, y mi Grace lo habría hecho también si este mundo se lo hubiera permitido. —ante la mención de su mujer experimenté una oleada de tristeza— Como a la hija que nunca pudimos tener, ¿lo sabes verdad?
