chapter XXX

2.5K 271 68
                                    

— Y dime, Riley

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— Y dime, Riley. —Maggie me dedicó una mirada juguetona— ¿No tienes nada que contarme?

— ¿No? —dudosa, me recargué en la pared del porche.

— ¿Segura? —insistió apoyándose a mi lado. Asentí sin mirarla, demasiado concentrada en subir mis piernas para sentarme en la barandilla. Sonrió con malicia— Yo creo que me estás mintiendo. —hice un sonido gutural con mi garganta para que continuara— Yo creo... —me sujetó la rodilla acercando su cara a la mía. Tengo miedo— Que has estado jugando a papás y mamás con cierto sherif. —Santa mierda.

— No sé de qué me hablas, Maggie.

— Y no solo eso, sino que además te gusta. —señaló mis mejillas— Pareces un tomate. 

— Cállate. —golpeé su mano— No tengo ni idea de donde sacas esas gilipolleces. —alcé los brazos con molestia— Si eso fuera verdad, yo sería una desquiciada, es decir, Rick y yo intentamos matarnos hace menos de un mes. —bufé, recelosa— Es absurdo. —la señalé— Has perdido la cabeza, amiga.

Maggie pareció dudar y, entrecerrando sus ojos en completo silencio, me analizó durante unos largos segundos que me parecieron una tortura.

Fue a abrir su boca, teniendo al fin un veredicto sobre si mentía o no, cuando Rosita apareció corriendo al otro lado de la calle.

Llegó jadeante, y tuvo que sostenerse del pilar del porche para no caer de bruces al subir las escaleras.

— R-Rick... —balbuceó entre respiraciones. La simple mención de su nombre me puso alerta, haciéndome saltar hasta ella. Rosita me miró recobrando el aliento— El tipo del camión, escapó y está en su casa. 

No quise oír nada más y arranqué a correr calle abajo. 

En mi mente empezaron a plasmarse atroces imágenes. Posibles futuros, posibles presentes que ya no podía evitar.

Su cuerpo, desangrado en el salón.

Judith, llorando escondida tras el sofá.

Rick en mis brazos.

Él, muerto.

Yo, rota. 

Maggie y Rosita me alcanzaron cuando llegué al porche de la casa, subiendo de tan solo una zancada las escaleras. Un paso más y me encontré con la puerta. La empujé, con tal fuerza que rebotó contra la pared en un ruido sordo.

Y, con mis ojos desesperados por encontrarlo a él, me moví por el pasillo con la respiración acelerada. Entonces lo vi, contemplé sus ojos tan azules que me causaron un escalofrío agradable. 

— Rick... —respiré aliviada. Quitó sus brazos de la cintura cuando me vio acercarme a paso rápido, sin mirar a nadie más en la habitación que a él— Estás bien. —me sonrió, y su expresión se tornó todo un poema cuando me aferré a su cintura para abrazarlo— Joder, joder... —le tomó menos de un segundo corresponderme, me presionó contra su pecho con dulzura.

✓DEMON'S FEARS ⎯⎯  ᴛᴡᴅWhere stories live. Discover now