chapter XLVII

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Experimentaba constantemente la falsa sensación de ser tocada, de oír jadeos y susurros cerca de mi cuello

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Experimentaba constantemente la falsa sensación de ser tocada, de oír jadeos y susurros cerca de mi cuello. Sin embargo, aún sabiendo que no podía ser real, ahí estaba, afectándome a cada segundo.

— Siento no haber hecho más por ti. —Jesús amagó con tocar mi hombro, pero el ver como apretaba mis rodillas contra el pecho, decidió dejarme espacio— Tendría que haber luchado más, lo siento.

No distinguía la realidad de las pesadillas, para mí todo era una constante niebla que se me adhería al cuerpo. Por ese motivo, fui incapaz de responderle a mi hermano y, de tan siquiera, registrar lo que estaba diciéndome.

— Ray. —Abraham se sentó frente a mi cama— No podemos quedarnos mucho tiempo en Alexandria, tu hermano y yo debemos volver a Hilltop. —esperó alguna respuesta por mi parte, pero mantuve mi cabeza entre las rodillas en completo silencio. Suspiró con fuerza— Vendremos pronto, lo prometo.

Desaparecieron poco después de la habitación. Cuando quedé sola, finalmente tras horas sintiéndome avasallada por voces, alcé la cabeza para situarme.

Era mi dormitorio, y este estaba justo al lado del de Thomas.

Te necesito, te necesito tanto viejo...

La puerta se abrió de nuevo, era Gleen, quien tenía el turno de vigilarme. Se detuvo desconcertado al verme con la cabeza alzada, sin embargo, regresó en sí a los pocos segundos.

— Maggie ha dicho que no has tocado la cena. —precavido, se sentó en la silla que había a mi lado— Si la vieras... —suspiró con suavidad, escapándole de sus labios una sonrisa— Ya se le nota la barriga. —incapaz de ocultar su felicidad, me observó con los ojos brillosos— Será un niño, estoy seguro. —colocó su mano en la cama— Y él te necesitará, necesitará a su tía Riley para que le enseñe a cazar. —acercó la silla para encontrar mis ojos— Y yo también te quiero de vuelta, con quién si no jugaré a todos esos juegos de mesa que Maggie se muere por tirar a la basura. —se alejó, regresando a la silla— Me quedaré aquí... —murmuró entristecido— ...hasta que consigas dormir algo.

Quizás fue el agotamiento o mi clara desnutrición, pero algo hizo que fuera capaz de dormir. Sin embargo, hubiera preferido no haber cerrado los ojos aquella noche.

Las sábanas me empezaron a asfixiar, una pesadilla me había consumido, arrastrado a un lugar atroz del que no podía escapar. Unas manos se me pegaron al cuerpo, y otras más, fueron tantas que abarcaron cada espacio de piel que tenía. Lloré, grité, pero nadie había allí para mí. Entonces, me resistí, rasguñé y alejé aquella oscuridad que me dejaba sin aliento. Y lo intenté durante tanto tiempo, que imaginé que aquello era mi realidad. Mi vida debía ser una constante lucha, una resistencia eterna. Y sentí la injusticia de aquello en el pecho, y aunque quise con todas mis fuerzas dejar de pelear, fue superior a mí.

Sufrí una angustia demoledora cuando empecé a reconocer aquellas manos, aquel tacto tan brutal en mi piel. Escuché con claridad su voz en mi nuca, era él, y no iba a abandonarme nunca.

✓DEMON'S FEARS ⎯⎯  ᴛᴡᴅWhere stories live. Discover now