✓DEMON'S FEARS ⎯⎯ ᴛᴡᴅ

chapter XLVI

— ¿Cuándo despertará?

— Pronto, las heridas no eran graves. —intenté mantener los ojos cerrados, escuchando como a mi alrededor deambulaba el médico junto a Dwight— ¿Negan la necesita? —no se escuchó respuesta, por lo que supuse que había asentido— No creo que sea buena idea, ella...

— Carson. —interrumpió Dwight con brusquedad.

— De acuerdo. —resopló cerca de mi camilla— Iré a ver al resto de pacientes. —sus pasos se alejaron hasta la puerta— Pero Dwight... —se detuvo para suspirar de nuevo— Puede que su mente no sea tan fuerte como su cuerpo, no al menos a estas alturas.

La puerta se cerró, sumiendo la habitación en un denso silencio. De pronto pude oír con más nitidez la respiración de Dwight a mi espalda.

— Deja de hacerte la dormida, Riley. —seguí manteniendo mis ojos pegados. Resignado, caminó alrededor de la camilla hasta estar frente a mí— Tengo que llevarte con él.

— Mató a Olivia. —gruñí mirándolo al fin— Y a Spencer, y lo intentó con Rosita. —aparté las sábanas de mi cuerpo, sentándome con dificultad— Ya ni siquiera se esfuerza en buscar un motivo retorcido, simplemente, lo hace. —se quedó callado, escuchándome con atención— No entiendo por qué sigo viva. —su silencio empezó a exasperarme y me puse en pie, dirigiéndome al montículo de ropa que sustituiría la bata médica que tenía encima— Sé que eres de pocas palabras... —me coloqué los pantalones, y al bajar mi camiseta pudo verme los moratones violáceos del abdomen— Pero al menos deja de mirarme así. 

— No te miro con lástima. —protestó con rapidez.

— No. —arrugué los labios deteniéndome frente a él— Me miras como si ya estuviera muerta.

Bajó los ojos a mi cuello, donde aún podían verse las huellas rojas que había dejado Negan.

— No te matará. —confesó dejándome aturdida— No lo hará nunca, porque tenerte aquí le da poder. —retrocedió, y como si su mente estuviera en otro lado, se dirigió a la vitrina de los medicamentos.

— ¿Q-Qué haces? —vi con confusión como tomaba una pastilla azulada de un bote, para regresar de nuevo el recipiente a la vitrina— ¿Ahora robas? —sonreí sin gracia.

— Va a pasarte algo, Riley. —crucé mis brazos sosteniéndole la mirada— Y no sé como ayudarte pero...

— ¿Ayudarme? ¿Tú? —apreté los dientes— Ayer casi me vuelas la pierna, y la cabeza. —añadí lo último con más acidez.

No respondió, y estiró su mano mostrando la pastilla en su palma.

— Tómala. —ignoré su gesto, pero Dwight no cedió y agarró mi mano entregándomela a la fuerza— Hazlo ahora, tardará en hacer efecto. 

— No sé de qué estás hablando. —intenté devolvérsela, pero se apartó de mí— No pienso tomarme esta mierda, Dwight. Ni siquiera sé qué coño es y qué hace.