✓DEMON'S FEARS ⎯⎯ ᴛᴡᴅ

chapter XXXII

DARYL

Cuando la caravana traspasó las puertas de Alexandria, un jodido e irritante silencio se instauró entre todos. 

Por una vez, solo una, me gustaría que alguien abriera la boca.

Pero nadie se atrevía a emitir palabra, sencillamente nos acompañaba el ruido del motor y las respiraciones pesadas de cada uno. Aunque, tal era el silencio, que a veces creía oír los pensamientos de alguno. Pero nada más era mi puta cabeza jugándome una mala pasada.

Rick se removió con incomodidad en el asiento del conductor, y no necesité ninguna palabra por su parte, para saber exactamente que pensaba. Decepción y traición. Tenía que admitir que una pequeña parte de mí, se sentía también así. 

Riley nos había ocultado la existencia de un enemigo, que bien podría aparecer en cualquier momento en nuestras puertas. Y no solo eso, sino que además, ella estaba sumida en una venganza contra ellos, una que aún seguía llevando a cabo. 

Había asesinado a 54 personas y, aunque puede que mi número no estuviera tan alejado del de ella, los motivos eran completamente distintos. Defensa y precaución, habían sido siempre los causantes de que mi familia se manchara las manos de sangre, pero, ¿por pura venganza?, no, aún no habíamos llegado a ese extremo. 

— ¡Ya es suficiente! —alzó la voz Maggie rompiendo con el insoportable silencio. Todos nos giramos a mirarla por un breve instante— No conocemos su historia, no sabemos lo que pasó exactamente.

Escuché como Jesús suspiraba con pesadez, atrayendo la mirada de Michonne con más fuerza. Ella no le había quitado el ojo de encima desde que subió con nosotros.

Parece un capullo, pero no un mal tipo.

— Dijo que le aliviaba. —contestó Rosita algo dudosa— Que era una venganza. Yo ya no sé qué pensar...

— A la mierda. —escupí con molestia— Necesito fumar.

Maggie negó con la cabeza, me pareció que le había entristecido el hecho de que no defendiera a Riley.