𝘁𝗵𝗲 𝘄𝗮𝗹𝗸𝗶𝗻𝗴 𝗱𝗲𝗮𝗱 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻
[TERMINADA]
Riley apenas puede soportar su propia mente, pero cuando dos hombres se cruzan en su camino, se verá obligada a decidir entre: sostener la poca cordura que le queda o sucumbir finalment...
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Daniel
Era fascinante ver como Riley era capaz de caer dormida, aun con todo el alboroto que hacía Hilltop por las mañanas. Aunque, lo que era más sorprendente para mí, era saber que yo podía quedarme observándola, como un estúpido, durante horas. Me embobaba verla tan serena, plácida y sin preocupaciones. Cesé las caricias sobre su pelo y, al instante, se removió para gruñirme. Entre risas regresé la mano, y una pequeña sonrisa le asomó por los labios. ¿Cuánto tiempo llevaba despierta en realidad?
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— Me encanta cuando no hacemos nada productivo. —confesó, abriendo poco a poco sus ojos para adaptarse a la luz— Pero te apuesto lo que quieras, a que tenemos al incordio de Gregory pidiéndonos algo antes de que acabe el día.
— Acepto la apuesta. —me agaché para besarla, y cuando amagué con alejarme nos arrastró de nuevo a un beso más profundo— ¿Despertaste cariñosa hoy? —bromeé y, como era predecible, me volvió a gruñir.
— ¡Parejita! —su hermano apareció tras nosotros, seguramente regresando de las nuevas plantaciones— ¿Es que hoy no pensáis salir de la comunidad, o qué? —nos miró de forma reprobatoria, pero también divertido por la situación.
— Vete al infierno. —masculló Riley, reacomodándose en mi regazo para volverse a dormir.
Paul la zarandeó con el pie, provocando que saltara lejos de mí para abalanzarse sobre su hermano. Él fue más rápido, esquivándola con facilidad.
— Y ahí está mi amada hermana, en todo su esplendor. —la señaló de arriba abajo, y yo me perdí unos segundos en ver como se arreglaba su cabello trenzado— No vaya a despeinarse, señorita.
— Un día amanecerás con el pelo rapado, Jesús. —Riley extendió su mano en mi dirección, y sin pensarlo demasiado la tomé para ponerme en pie junto a ella— Yo únicamente te lo advierto.
Paul soltó una fuerte carcajada, lo que me recordó lo increíblemente parecidas que eran las risas de ambos.
— Ya nos íbamos. —interrumpí la batalla de miradas de los hermanos. Riley frunció el ceño, pronunciando un silencioso "¿Cómo?". Tomé su mano para calmarla, porque sabía lo mucho que necesitaba un descanso de las expediciones— Confía en mí. —murmuré solo para ella.
