𝘁𝗵𝗲 𝘄𝗮𝗹𝗸𝗶𝗻𝗴 𝗱𝗲𝗮𝗱 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻
[TERMINADA]
Riley apenas puede soportar su propia mente, pero cuando dos hombres se cruzan en su camino, se verá obligada a decidir entre: sostener la poca cordura que le queda o sucumbir finalment...
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— ¡Ey! —la voz de mi hermano me hizo apartarme bruscamente de la ventana— ¿Qué te ha pasado en la cara? —no le permití examinarme demasiado, lo abracé fuertemente tomándolo desprevenido— Oh... —sonrió resguardándome también en sus brazos.
— Me alegra que estés bien.
— Diría lo mismo, hermanita, pero no te ves del todo bien. —me alejó con delicadeza, y cuando su mano rozó la herida de mi labio, un quejido escapó de mi garganta— ¿Esto ha sido en el puesto de Negan?
Negué, y con un leve movimiento de cabeza indiqué la figura de Jadis en la otra punta de la estancia.
— Digamos que no fue sencillo ponerlos de nuestro lado.
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Arrugó los labios, molesto y visiblemente preocupado por mí.
— No hagas más-
— "No hagas más tonterías." —completé agravando la voz, en un funesto intento por imitarlo— Entendido, hermano.
— Ni siquiera me esforzaré en creerte. —dijo, acercándose a la misma ventana donde yo había estado antes— Es aterrador. —asentí llegando a su lado— Conseguí que Maggie aceptara prisioneros en Hilltop, soldados de Negan que se rindieron en el último puesto. —me miró desde arriba, atento a mi reacción. No me inmute, me limité a observar con más atención los muros del Santuario— ¿Crees que ha sido un error?
Parpadeé lentamente, retirando los crueles e inhumanos pensamientos que me invadieron súbitamente la cabeza.
— ¿Tú que piensas? —indagué primero. Jesús agitó la cabeza de lado a lado, haciendo destacar su largo y castaño pelo— Entonces, ¿para qué buscar mi opinión?
— Porque eres mi hermana. —contestó, siendo suficiente para él.
Asentí, apretando un poco más las manos.
— No creo que funcione. —su mirada se apagó levemente— Puede que solo uno, de entre todos los que habéis perdonado, consiga aceptar la derrota y redimirse. Sin embargo, el resto... —experimenté una oleada de furia rasguñarme el pecho— El resto dará problemas, y los problemas en este mundo... siempre llevan a alguna muerte.
