chapter IV

4.7K 341 24
                                    

No había dejado de sujetar la mano de Daniel en ningún momento

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No había dejado de sujetar la mano de Daniel en ningún momento. Estábamos ambos completamente sudados, y alcanzaba a sentir bajo la palma de mi mano su descontrolado ritmo cardiaco. Y, por algún demente motivo, soltarme de él era lo último que deseaba hacer. Se sentía como un ancla a mi lado, arrastrándome para que no cayera y cerciorándose a cada segundo de que yo seguía a su lado. 

Creí que la horda terminaría por alcanzarnos, porque nosotros, a diferencia de los muertos, nos cansábamos. Finalmente, y por gracia divina, hallamos un coche bastante destrozado a un lado de la carretera.

— ¿Ya se han ido? —me susurró apretando mi mano con más fuerza. 

Nos encontrábamos debajo del vehículo, viendo como poco a poco los muertos se arrastraban y se alejaban sin percatarse de nuestra presencia.

— Supongo que sí. —respondí dudosa.

Tras varias horas corriendo, estar tumbada al fin en el asfalto era un regalo para mis cansados pulmones.

— ¿Deberíamos salir? 

Que Daniel buscara constantemente mi aprobación me causaba ternura. Extraño, no era un sentimiento que apareciera con frecuencia en mí. 

— A menos que quieras pasar la noche aquí, sí. 

Después de más de media hora bajo el coche, los muertos al fin dejaron de pasar frente a nuestros ojos. Y cuando los gruñidos dejaron de oírse, fue cuando pude respirar más tranquila, al igual que Daniel, quien no logró calmarse hasta que yo le aseguré que estaba todo despejado.

En el asfalto quedaba un rastro de sangre, aún húmeda y putrefacta, marcando el camino que la horda estaba siguiendo.

— Atajaremos por el bosque. —decidí tras cavilar nuestras opciones— Hay que avisar a Hilltop.

Daniel me siguió por detrás, aún con la mirada nerviosa y los músculos tensos a la espera de volver a ver a la horda.

— ¿Crees que dará tiempo? —preguntó acelerando su paso para quedar a mi lado. 

Sus ojos, negros y profundos, me observaron a la espera de una respuesta afirmativa. Pero la realidad era que no lo sabía. Tragó en grueso comprendiendo mi silencio. Tras asumir ambos que Hilltop estaba condenado a esa horda si nosotros no lo impedíamos de algún modo, Daniel entrelazó nuestras manos y nos obligamos a correr aún estando destrozados por el cansancio.

Mientras serpenteábamos entre los árboles, saltando sobre las raíces y esquivando torpemente los salientes, mi mente no paraba de llevarme hasta Jesús. El corazón se me encogió al pensar que no volvería a verlo. Imaginarlo sobre los muros de Hilltop, mirando al horizonte a la espera de verme, y no llegar yo, sino los muertos, me revolvía las entrañas. 

— Son más de un centenar. —gimoteé demasiado asustada como para evitar que Daniel viera mis verdaderos sentimientos.

Él se detuvo en seco, impactado al ver como una lágrima descendía por mi mejilla. Rápidamente la retiró con su pulgar, regalándome una mueca tensa como intento para reconfortarme. Sonreí, era igual de torpe que yo para socializar o simplemente consolar a alguien.

✓DEMON'S FEARS ⎯⎯  ᴛᴡᴅWhere stories live. Discover now