Capítulo 29

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Dean se despertó con el pelo... todo el pelo en su cara, esponjoso. No pudo evitar sonreír. Le gustaba despertarse con el cosquilleo del pelo de Castiel.

Poco después Castiel comenzó a revolverse y se giró para mirar a Dean con ojos somnolientos. "Lo siento," murmuró. Dean lo miró confundido, así que Cas continuó: "por abrazarte, sólo, bueno, se sintió bien." Dean sonrió, "te mataré si se lo dices a alguien... pero siempre encuentro que un abrazo a veces puede ser de más ayuda que unas simples palabras. Tú lo necesitabas y yo estaba feliz de poder dártelo." Cas volvió a apoyar la cabeza en la almohada, "gracias" susurró.

La pareja se quedó en la cama durante la mayor parte de la mañana, decidiendo que esa era la mejor manera de evitar a la gente.

Cas le contó a Dean lo que le había dicho Gabriel, lo que había estado haciendo, por qué se fue, por qué eligió a esta familia antes que a los ángeles. Le dijo a Dean que Gabriel se había disculpado y le había pedido que lo perdonase. Cas había empezado a divagar sobre sus pensamientos y sentimientos hacia Gabriel así que Dean lo dejó. A veces, pensar en voz alta ayuda.

Cuando Cas terminó, ya se había convencido a sí mismo de perdonar a Gabriel y dejar atrás todo lo que había pasado. Para cuando Cas terminó, Dean estaba desesperado por ir al baño y por un buen café, pero ni por un momento pensó en interrumpir a Castiel.

Para marcar el final de su divagación, Castiel resopló, rodó fuera de los brazos de Dean y se sentó de espaldas a él. "Iré a hacer café" murmuró antes de levantarse y dirigirse hacia las escaleras. Dean lo vio irse, contó hasta tres y se levantó de golpe, desesperado por ir al baño pero sin querer hacerlo evidente.

Dean, sin embargo, no pensó que Castiel volvería a la habitación para coger una camisa y los dos acabaron chocando ligeramente. Castiel miró hacia arriba preguntándose por la aparente prisa de Dean, pero sólo fue recibido por un Dean con la cara ligeramente roja y una sonrisa casi tímida. Antes de que Cas pudiese decir una palabra, Dean pasó junto a él y se dirigió al baño.

Se sentó en el retrete y puso la cabeza entre sus manos. Por qué se había sonrojado al toparse con Cas, si ya lo habían hecho antes. Seguramente no fuese porque ambos estuviesen en topless, ¿verdad? Dean suspiró "literalmente pezón contra pezón" pensó. Pezón contra pezón se rió. Esto es una locura, ¿a quién le importa si anoche sintió todo el cálido y cómodo cuerpo de Castiel contra el suyo? ¿A quién le importa si Dean acaba de tocar el cálido y agradable pecho de Castiel?

Tal vez a Dean si le importaba... un poco al menos... aunque no es como si lo fuese a admitir alguna vez.

Dean había decidido tener un momento de disfrute normal para él y Castiel ya que los últimos días habían sido cualquier cosa menos eso. Todo había caído sobre ellos a la vez y era abrumador, necesitaban desesperadamente un mini momento para poder evadirse de todo eso. Y si Dean pudiese ver una sonrisa de sorpresa en la cara de Cas, eso sería un plus.

Había planeado un picnic. Mientras Gabriel y Cas se encontraban encerrados en esa habitación, Dean había estado buscando el lugar perfecto para poder estar tranquilos.

En su búsqueda se encontró con Anna, quien le había mostrado su 'rincón de escape' y le había prometido no decirle a ningún alma, ángel o ex demonio donde iban a estar mientras estuviesen allí. Ella conocía ese sentimiento de querer un descanso, lo entendía completamente por lo que ese secreto se lo llevaría a la tumba.

Dean se vistió y bajó las escaleras, siguiendo el olor del café.

"No he hecho nada de comida Dean" dijo Cas al oír sus pasos, "yo... es que no quise molestarme, podemos comer fuera."

Perfecto pensó Dean. "Ve a vestirte entonces" dijo Dean.

Los dos se cruzaron en el marco de la puerta de la cocina, una pequeña sonrisa volvió a aparecer en el rostro de Dean. "A quién se le ocurre la frase pezón contra pezón" pensó con un divertido resoplido. Decidió achacarlo a que era temprano mientras le daba un trago a su café.

Sacó la comida de sus escondites antes de ponerla toda ordenadamente en una cesta que había birlado de los adornos de la cantina. "Siempre puedo devolverla mañana."

Un Cas todavía adormecido, apareció ante Dean y, con una sonrisa, éste agarró la mano de Castiel y condujo al confuso ángel hasta la puerta y hacia la calle.

A cada una de las preguntas que le hacía Castiel, Dean respondía "ya lo verás." Estaba decidido a no decirle absolutamente nada a su mejor amigo.

Mejor amigo no sonaba muy bien, tampoco lo hacía amigo o colega.

No eran suficientes.

La palabra novio era errónea y marido también, eran falsas y para nada verdaderas.

Para Dean, Castiel era Cas, su Cas. Eso sí sonaba bien pensó Dean.

Volvió a mirar al ángel, mi Cas, y volvió a sonreír. Eso sonaba perfecto.

Cuando llegaron a la pequeña entrada, Cas se rindió de hacer preguntas y se concentró en el hecho de cómo Dean le estaba agarrando la mano y en lo bien que se sentía.

Una pequeña sonrisa le apareció en la cara mientras pensaba en aquellas sonrisas que habían aparecido en el rostro de Dean sin razón aparente.

Había predicho que se enamoraría de la humanidad, pero esta humanidad en específico era la que más amaba pensó.

Pretending to be married - TraducciónWhere stories live. Discover now