Capítulo 43

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"¿Qué tienes que?" Respondió Dean con cautela en su voz. Charlie podía emocionarse mucho con los artilugios que hacía para Dean, así que no quería hacerse demasiadas ilusiones.

"Creo que tengo la ensalada de jamón perfecta, lo justo de pasta, y no demasiada mayonesa - ¡tú qué crees idiota! Creo que lo he resuelto. Encontré una vieja y ANTIGUA receta en un libro de tradición ancestral que puede causar parálisis, ¡pero también puede revertirla! Creo que es esto, Dean."

Por un momento Dean no supo qué hacer o cómo responder. Miró a Gabe, quien seguía de pie, para ver que tenía la misma expresión de asombro. Gabriel se encontró con la mirada de Dean, y con una expresión aún cautelosa en su rostro dijo: "bien, iré a reunir a todos entonces." Y se dirigió hacia la puerta. Al llegar a la puerta, Dean le gritó: "Sólo a Sam y a Cas, si esto no funciona no podré soportar la idea de que todos me den sonrisas de compasión." Gabe asintió y se fue.

El arcángel regresó minutos después con Sam y Castiel, el pelo revuelto de Sam era la única señal de que había estado durmiendo momentos antes.

Charlie les explicó el proceso, la idea de la receta, la rapidez con la que funcionaría, cada detalle. Estuvo hablando apasionadamente durante diez minutos antes de que Sam le esbozara una amable sonrisa y le pidiera que empezaran. Ante esto, ella asintió y comenzó a sacar las cosas de las bolsas con las que había venido.

Los cuatro trabajaban alrededor de Dean rápidamente. Organizando la habitación, releyendo partes del libro para asegurarse de que todo estaba perfecto. Dean se sentía culpable de estar allí mirando, siendo incapaz de mover un dedo para ayudar. Un vistazo al reloj le dijo que eran las 4:29 am.

Por un segundo, la gravedad de la situación golpeó a Dean. Aquí habían cuatro personas en medio de la noche haciendo todo lo posible para ayudarlo. No tenían por qué hacerlo, podían haberlo dado por perdido, pero no lo hicieron. Podía entender a Sam, incluso a Cas, pero Gabriel y Charlie eran sólo dos personas en cuyas vidas había entrado hace sólo unos meses. Eso golpeó a Dean como un puñetazo en las tripas, habían encontrado a su familia. Habían encontrado su hogar.

Después de 23 minutos y 58 segundos todo estaba en su sitio. Los chicos se apartaron mientras Charlie ocupaba su lugar junto a la cama, con un libro en una mano y una asquerosa poción verde en la otra. Sonrió nerviosamente a Dean, "¿listo?" Le preguntó ella. "Ya lo tienes," le respondió.

Charlie comenzó los cánticos mientras los chicos encendían las velas. Dean se concentró en ella con el alma, como si su vida dependiera de ello. Observó cómo las líneas de preocupación de su frente desaparecían a medida que ella se iba sintiendo más cómoda con el texto.

Justo cuando Charlie consiguió su flujo, se detuvo para ayudar a Dean a beberse la poción, su mano temblaba ligeramente mientras sus nervios resurgían.

Estaba asquerosa, sabía que no se trataba de eso, era una poción que le podía salvar la vida y cambiársela, pero ¿habría matado al creador añadirle un poco de miel, o incluso una pizca de vainilla?

Cuando Charlie llegó al final de la última estrofa, las velas se apagaron, al típico estilo de cualquier hechizo. Los cinco permanecieron inmóviles en su sitio durante un momento, temiendo incluso respirar por si interrumpían la magia que flotaba en el aire.

Dean comenzó a decir una oración silenciosa en su cabeza que hizo que Cas se acercase a él para tomar su mano. El movimiento de Castiel hizo que todos regresasen a la realidad. Charlie fue a encender las luces mientras Sam se acercaba a su hermano. "¿Cómo te sientes?"

"No lo sé, pero no peor, así que supongo que eso es bueno." Respondió Dean tratando de ser optimista, sin embargo, la mirada de Sam y Cas le dijo que fuese serio. Dean se quedó un momento respirando. Cerró los ojos y decidió que quería sentarse, algo que había intentado hacer cientos de veces, sin embargo, esta vez al abrir los ojos lo había conseguido. Estaba sentado. Dean se había sentado. Por su propia cuenta. Podía hacerlo. Levantó un brazo y luego el otro antes de estallar en carcajadas. 

Por un segundo, el grupo miró a Dean como si se hubiese vuelto loco, como si no pudiesen creer lo que veían, pero la risa era contagiosa.

Al cabo de 10 minutos, Dean se había levantado de la cama (había ido al baño solo por primera vez en mucho tiempo) y se había quitado la horrible camiseta que Jo le había obligado ponerse porque pensaba que le quedaba bien.

"Deberíamos decírselo a los demás," dijo Charlie. Cuando Sam empezó a asentir, Gabriel interrumpió: "No seamos aburridos. Dean puede volver a moverse, el hombre al que todos creíamos que iba a tener que vivir una vida siendo igual de útil que una seta, puede moverse de nuevo. Tenemos la oportunidad de sorprenderlos a todos." Sam puso los ojos en blanco, pero Dean, todavía de buen humor, estuvo de acuerdo. "Son casi las 7:30 de la mañana, bien podría preparar el desayuno de todos antes de que se levanten." 

Y con eso, empezó a dirigirse hacia la puerta, ignorando la advertencia de "Ellen te matará si usas su cocina" que habían gritado tras él. Hoy estaba siendo un buen día.

Pretending to be married - TraducciónWhere stories live. Discover now