Capítulo 38

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Unos golpes en su cabeza despertaron a Castiel, no unos golpes sino más bien como un golpeteo incesante. Su cabeza le martilleaba. Espera, había tenido dolores de cabeza por la resaca antes, y esto no era igual. Los golpes... espera, los golpes eran en la puerta. Cuanto más volvía en sí Castiel, más se concentraba y escuchaba. No eran sólo golpes, también habían gritos. Tardó un segundo más en darse cuenta de que no eran gritos de enfado, sino de pánico. Al segundo siguiente, Cas se levantó y voló hacia la puerta.

Abrió la puerta para ver a Gabe. No estaba feliz, sino más bien preocupado. Tenía una mirada que Cas no había visto en el rostro de su hermano desde hacía mucho tiempo. Sea lo que sea que estuviese mal, debía ser algo muy malo. "Cas, es Dean..." y en ese momento, Cas comenzó a correr hacia la sala de reuniones, su hermano lo seguía de cerca. Sabía que ahí es donde todos estarían, donde Sam estaría.

Debe haber volado ya que llegó al edificio en segundos. La puerta se abrió de golpe y él escudriñó la habitación en busca de Sam. El cazador no era difícil de encontrar entre todo el grupo (estaba al menos una cabeza por encima de los demás), e, ignorando a todos los demás, Cas se dirigió directamente hacia él. "Bobby dijo que está herido. Vivo pero él... no despierta. Lo han intentado, pero lo van a traer aquí, hay más hechizos y libros aquí. Quiero ayudarles a buscar lo que sea, pero no me dejan y..." Cas abrazó a Sam. Sabía que cuando le entraba el pánico empezaba un desvarío casi imposible de parar. Tan asustado como lo estaba Cas, pero él sabía que Sam lo estaba sintiendo el doble.

Los cazadores estaban a dos horas de distancia, todo lo que podían hacer era esperar.

Todo el mundo estaba allí, Meg y Charlie se encontraban leyendo libros, Ellen estaba preparando un líquido que era irreconocible para Cas. Después de un rato, salió del edificio con Gabe para ir a por unos cafés. Sabía muy bien que las bebidas no las tocarían, pero tenía que hacer algo por ayudar. Apenas hablaron durante el camino hacia la cantina y a la vuelta, las únicas palabras de Gabriel fueron: "pase lo que pase, te tengo a tí hermano."

Volvieron al edificio y Cas se sentó junto a Sam en una esquina. Observaron el bullicio de los demás, sintiéndose inútiles. Con impotencia. Ninguno de los dos quería hablar, ya que las palabras consolidarían este momento, haciéndolo real. Necesitaban que no fuera real.

Sam no se daba cuenta de cómo el café pasaba de caliente a frío entre sus manos. No se daba cuenta de que el ángel sentado a su lado se arrancaba las uñas con frustración. En cuanto se enteró de que Dean estaba herido, quiso ir a verlo. Le habían dicho que eso era ridículo, ¿a quién ayudaría eso? Tenían razón, no habría sido capaz de hacer nada. Les llevaría más tiempo reunirse para volver a estar juntos que hacer una carrera directa. Pero la conducción le habría impedido pensar. Si estuviera conduciendo, no estaría sentado en un trance nervioso agarrando un café frío entre sus manos.

"¡Están a 10 minutos!" Gritó alguien.

Castiel puso su mano en el hombro de Sam y los dos se levantaron y se dirigieron hacia la puerta. Habían estado atrapados sin poder hacer nada lo que parecía una eternidad, así que no hacía falta decir que serían los primeros en encontrarse con los cazadores. Ellos llevarían a Dean, estarían a su lado para regañarlo y para hacerle prometer que estaría bien.

Lo último que parecieron ver fue el coche entrando. A partir de ahí todo se volvió medio borroso. En cuestión de segundos Dean estaba dentro, Ellen abrazaba a Bobby, toda la familia unida. Bobby nunca había visto al monstruo con el que se habían topado. Si no lo supiera mejor, habría dicho que se trataba de uno nuevo. Justo antes de que le cortaran la cabeza, arañó a Dean y el veneno que tenía hizo efecto casi inmediatamente. Todos trabajaban en sincronía para tratar de ayudar a Dean, murmurando hechizos, probando el veneno, tratando de armar el rompecabezas. Todos hacían lo que debían hacer. Los planes realizados se siguieron hasta el último detalle. Entonces, ¿por qué, 4 horas después, Dean seguía sin despertarse?

Eran las primeras horas de la mañana cuando el grupo finalmente decidió tomarse un descanso. Dean no se estaba muriendo, no se estaba apagando, pero simplemente no despertaba. Por lo que pudieron ver, todavía estaba allí, pero no pudieron sacarlo.

Se le puso cómodo y se hizo un turno medio organizado para que no estuviese solo ni un segundo. Sam había intentado hacer el primer turno, también Castiel, pero ambos habían sido rechazados. Así que después de muchas quejas, los dos se fueron con Gabe mientras Charlie se acomodaba con un libro al lado de Dean, esperando encontrar una respuesta y prometiéndole a los dos que al segundo que pasara algo lo sabrían. 

Los tres volvieron a casa de Sam y se sentaron en el sofá, sintiéndose demasiado despiertos como para que pudiesen quedarse dormidos. Apenas hablaban, mencionando de vez en cuando ideas que podrían no haber sido probadas y otras que deberían serlo de nuevo. No llevaban más de 20 minutos sentados cuando la adrenalina pareció desaparecer y empezaron a dormirse.

Sam y Gabe fueron los primeros en quedarse dormidos, pero Castiel permaneció despierto un poco más, con los mismos pensamientos dando vueltas en su cabeza hasta que finalmente se durmió.

3 llamadas perdidas. ¿Y si hubiera sido su última oportunidad de poder haber hablado con Dean?

Pretending to be married - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora