Capítulo 31

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Era Sam. Obviamente enviaron a Sam.

El hombre gigante tropezó entre los árboles con una mirada molesta en su cara y ramitas llenando su cabello.

"¿Por qué?" Se quejó caminando hacia ellos, "¿por qué habéis venido hasta aquí? Sólo hay árboles y mu... wow."

Al ver la pintoresca escena comprendió por qué este era el lugar perfecto en el cual poder escapar.

Se sentó al lado de la pareja y cogió algunos restos de comida que había sobrado antes de explicarles que todos habían intentado reunirse hoy pero que al no encontrarlos se había convertido en una cacería. Al parecer, después de 3 horas de búsqueda, Charlie se cansó y le dijo a Sam dónde estaban.

Sam comenzó a reírse, "me hizo jurar que no diría dónde estaba este lugar, amenazó con matarme, tío."

Los chicos recogieron todo y se dirigieron hacia la sala de reuniones dónde había una multitud muy enfadada. Después de 20 minutos siendo regañados, despidieron a Dean y a Cas con la reunión reorganizada para el día siguiente.

Dean y Cas salieron sonriendo como niños traviesos del colegio riéndose de lo bien que les había ido el día y de lo divertido que había sido que la gente se molestara tanto por todo ello.

Sintiéndose tan en el momento, Dean agarró la mano de Castiel y los hizo girar entre ellos. Ante esto, Cas no pudo evitar la sonrisa que apareció en su rostro. No podía pensar en un día más maravilloso. Pasar el día con Dean para luego volver a casa cogidos de la mano, todo fue perfecto.

Mientras esos dos se dirigían a casa, Sam seguía dentro de la sala de reuniones haciendo planes para ir a cenar con Jo, Charlie y Anna. Los cuatro estaban decidiendo a dónde ir cuando Gabe se abalanzó sobre ellos y los separó.

"Lo siento, señoritas, pero éste jovencito es mío esta noche, ¡que tengáis una magnífica noche!" Les sonrió a todas. El rostro de Sam cambió rápidamente de feliz a molesto.

"Estoy haciendo planes con mis amigas, Gabe, así que ¿por qué mejor no te vas?" Respondió Sam con un chasquido. Para su disgusto, Gabe se rió ante lo que dijo, "eso no es lo que decías el otro día Sammy."

Al oír esto, todas las chicas miraron confundidas a Sam, quién se había puesto muy rojo. "Bien," resopló, "si salgo contigo esta vez, ¿me dejarás en paz?" Gabe agarró la mano de Sam, le guiñó un ojo a las chicas y dijo "cariño, no querrás dejarme solo después de esta noche." mientras sacaba a Sam del edificio y se dirigía hacia los pisos.

Al darse cuenta de que no tendrían esta cita en público, Sam trató de hacer que Gabe cambiara de opinión y de dirección, sin embargo, sus quejas no llegaron a ningún puerto y no hubo manera de que Sam pudiese liberar su mano del agarre que estaba ejerciendo el ángel. Lo máximo que pudo hacer para mostrar su reticencia fue arrastrar los pies, pero no es como si Gabe se hubiese dado cuenta. Cuando estaban a tan sólo un par de minutos de los apartamentos, Sam se dio cuenta de que Gabe había estado inusualmente callado, no había dicho ni una palabra. "Entonces, ¿qué es lo que vamos a hacer?" Intentó. No obtuvo respuesta. "¿Vamos a pedir comida?" Lo intentó de nuevo. No hubo respuesta. "Bien, yo también puedo hacer un trato de silencio" resopló y volvieron a caer en el silencio.

El apartamento de Gabe estaba en el tercer piso y era el único de ese piso, con lo que su apartamento era el más grande del edificio. No se parecía en nada al de Sam y era mucho más acogedor y cálido de lo que Sam hubiese esperado tratándose del ángel. Las paredes estaban todas pintadas de blanco con mobiliario mayoritariamente plateado. Siendo honesto consigo mismo, Sam esperaba algo más de color, pero entonces cayó en cuenta de que el blanco es el color asociado con el arcángel Gabriel y, bueno, Gabe estaba un poco seguro de sí mismo. Cuando Sam estaba todavía mirando lo que le rodeaba, Gabe se dirigió a la cocina por lo que Sam le siguió. A un lado habían 7 tazas: azul, amarilla, rosa, blanca, verde, dorada y violeta; los colores de los arcángeles. Gabe no se había desentendido completamente de su familia, pensó Sam, y lo respetaba por eso.

El ángel estaba apoyado en la encimera bebiendo un vaso de agua con los ojos cerrados y Sam no sabía qué hacer. Le dio la espalda a Gabe para poder observar el resto del apartamento, notando los colores que lo salpicaban, de repente fue girado y puesto contra la pared con la boca de Gabe sobre la suya. 

Sam se quedó totalmente paralizado en shock durante un momento antes de empezar a devolverle el beso. Las manos de Gabe seguían inmovilizando a Sam con sus brazos contra la pared y besándole con toda su fuerza. Ninguno de los dos tenía tiempo ni para pensar ya que los besos se apoderaron de todo.

Después de un rato, Gabe se apartó y sonrió. "Quiero decir que si quieres una cita en público, podemos salir," sonrió al humano completamente sin aliento que tenía delante. En lugar de responder, Sam lo jaló hacia adentro, y con una sonrisa en su rostro, Gabe los condujo a su dormitorio.

Pretending to be married - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora