cafuné - pedri

xxxviii. filocaista

filocaista; que aprecia las pequeñas cosas.

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El 28 de agosto llego mas rápido de lo que me esperaba y ya me encontraba terminando de cerrar la valija para dirigirme al aeropuerto. siempre hacia todo a último momento.

Pedri ya se había ido con el equipo hace una hora atras y me estaba enviando algunos mensajes para que lo mantenga al tanto de la situación, pero no podía. estaba intentando que la valija cierre y tenia a Emi acostado arriba de esta a ver si funcionaba y le daba algo de peso.

- No, Emi a ver emmm... - Pensaba otra solución, no veía solución. ¿por qué no cerraba? tampoco llevaba tantas cosas... lo indispensable. - Ya se intenta saltar un poco asi yo puedo cerrarla. - El menor asintió y comenzó a dar saltitos. despues del decimo quinto intentó, logramos cerrarla.

Solté un suspiró liberando todo el aire que habia estado aguantando. perfecto. ahora solo tenía 30 minutos para llegar al aeropuerto que tenia a unos 45 minutos en taxi. iba a poder.

Me despedí rápido de mi familia, de la que ya me habia despedido antes porque sabia que iba a tener que salir apurada y sin tiempo, cogí el primer taxi que vi pasar en la calle y apenas subí una llamada entrante hizo que termine mi paz.

Pedri.

- Hola. - Suspiró el canario del otro lado. - No contestabas y pensé que habia pasado algo en el aeropuerto o que te habías arrepentido. - Largó otro suspiro, esta vez mas fuerte. - No importa, ¿Cómo esta todo allí? ¿ya estas por subir?.

Mire por la ventanilla del taxi antes de contestar e hice una mueca. - Emmm, hubo problemas. - Reí nerviosa y el futbolista no hablo para que yo continúe. - Estoy saliendo de casa recién.

- ¿Qué? ¿Cómo que recién?

- Perdón gordo, no me di cuenta y cerrando la valija se me paso la hora. pero va a salir todo bien. - Note un silencio del otro lado, todavía no se habia acostumbrado a mi nuevo apodo, al principio pensó que se lo decía despectivamente pero luego de un par de charlas sobre como se usaba ese apodo en argentina le termino gustando. gordo. repetía detrás de mi las primeras veces que lo habia llamado así sonriendo.

- Esta bien. - Su voz se suavizo completamente. ese apodo iba a ser mi arma secreta, anote mentalmente. - Avísame cuando estés arriba del avión y cuando ya estés bajando, pido a uno de los choferes que vaya por ti al aeropuerto.

- No hace falta, tomo un taxi. - Le dije sin problema.

- ¿Segura preciosa? - Hice un ruido de asentimiento que pareció convencerlo y cortamos luego de despedirnos.

Faltaban cinco minutos y ya llegaría al aeropuerto, me tranquilice un poco al saber que iba a tener que hacer todo rapido pero por lo menos no se me habia hecho tan tarde como para llegar a perder el vuelo.

Era la segunda vez que debía viajar en avión sola, la primera fue cuando volé de Buenos Aires a Barcelona, pero pisar un aeropuerto sola por primera vez y saber que dependía 100% de mi me daba algo de miedo. respire lento para calmarme y fui a la puerta que indicaba mi pasaje.

No habían subido todos los pasajeros lo que significaba que nadie estaba esperándome y que no habia llegado del todo tarde. me dispuse a hacer la fila y después de media hora pude ingresar y buscar mi asiento.

Me había tocado al lado de un señor de unos 70 años que ya estaba dormido sin haber arrancado el viaje, me moví lo mas cuidadosa que pude para no despertarlo y al sentarme agarre mi celular para avisarle a Pedri que ya estaba saliendo.