Mi regreso a Bangkok

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POV BECKY

Una vez más, revisé mi celular para comprobar la hora y suspiré. Había pasado una hora y media desde que mi vuelo aterrizó y aún estaba en el aeropuerto, esperando a mi esposa, Freen Sarocha Chankimha, quien supuestamente iba a recogerme. En el fondo, sabía que probablemente estaba con su novia, pero negué con la cabeza y sonreí débilmente al pensarlo.

Decidí levantarme del asiento en el que me encontraba y salí con mi equipaje en busca de un taxi. Habíamos estado casadas durante tres años, pero poco después de nuestra boda, recibí la emocionante noticia de que había sido aceptada en una prestigiosa universidad en Londres, donde mi madre también había estudiado. Así que me mudé al extranjero y durante tres largos años no había visto a Freen. Mientras tanto, ella pasó su tiempo con la mujer que realmente amaba.

Finalmente, después de completar mi carrera en el extranjero, regresé a Bangkok con la determinación de poner fin a nuestro matrimonio. Había decidido que ya no podía seguir esperando que sucedieran cosas que probablemente jamás pasarían.

Mientras iba en el taxi hacia la Mansión que una vez llamamos hogar, decidí enviarle un mensaje a Freen: "Tenemos que hablar". Casi una hora después, finalmente llegué a casa. Dejé mi equipaje en el recibidor y me dirigí a la sala principal, donde me senté.

La casa aún olía y lucía igual que hace tres años. La foto de nuestra boda seguía colgada en la sala, y la miré con nostalgia. Mientras estaba sentada allí, volví a revisar mi celular, pero no había recibido ninguna respuesta de Freen. Supuse que no vendría esta noche, así que dejé mi celular a un lado y simplemente me quedé sentada, perdida en mis pensamientos.

De repente escuché, el sonido de un vehículo que llegaba a la entrada principal de la mansión. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, lo cual me desconcertó. Después de todo, se suponía que yo estaba allí para poner fin a todo, pero ahora los nervios me estaban traicionando.

Escuché cómo alguien ingresaba la clave de entrada y mi corazón se detuvo al ver a Freen entrar. Llevaba un elegante traje negro de dos piezas y una blusa blanca. A medida que se acercaba, mi respiración se agitaba. Por un momento, olvidé lo atractiva que era, una verdadera diosa que podría hacer que cualquiera cayera rendido a sus pies por sus encantos. Aparté la mirada cuando sentí que mis mejillas se ruborizaban.

Freen me miró con su expresión fría de siempre y tomó asiento frente a mí en la sala. Sentí cómo su mirada golpeaba todo mi ser, lo que me hizo agachar la cabeza. Sin embargo, me obligué internamente a levantarla y no dejarme doblegar. Y ahí, pude volver a ver sus ojos color miel, que no había visto en más de tres años.

- "Has regresado", su tono de voz era frío, lo suficiente como para helar a cualquiera, pero yo conocía perfectamente cómo era.

- "Sí", contesté casi automáticamente, manteniendo mi voz firme e indiferente como la suya.

- "Mi abogado acaba de enviarte un correo electrónico", mientras lo decía, comenzó a desabrocharse el blazer y se lo quitó, quedando solo con una blusa que dejaba sus hombros al descubierto.

- "Lo revisaré", tragué saliva y traté de que mi rostro no mostrara ninguna expresión. Saqué mi celular para abrir mi correo electrónico y vi el más reciente, que mostraba en el título "acuerdo de divorcio". Aunque ya me lo esperaba, sentí como si me clavaran un cuchillo en el pecho, haciendo que el dolor se extendiera de manera lenta y dolorosa en cuestión de segundos. "Está bien, lo firmaré", guardé mi celular y volví a mirar a Freen, mi futura exesposa. En poco tiempo, ya no me pertenecería. Habían sido tres años fingiendo ser la esposa de Freen Sarocha, pero ahora debía sacarla por completo de mi vida.

- "¿No quieres leer el acuerdo primero?"

- "No es necesario. Estoy segura de que Freen Sarocha Chankimha quedará en buenos términos con su futura exesposa", y la realidad volvió a golpearme. No estaba segura de aceptar tan fácilmente ese término.

- "Te quedarás con la casa en Pattaya y el departamento en el centro".

- "¿Cuándo?", interrumpí su explicación y me miró molesta.

- "¿Qué?", alzó un poco la voz.

- "¿Cuándo vamos a firmar los papeles de divorcio?", traté de sonar lo más tranquila posible.

- "Haré una cita con el abogado para que tenga todos los documentos listos", su mirada era de molestia.

- "Muy bien, espero tu llamada", estaba firme, aunque por dentro mi corazón latía fuertemente.

El silencio se apoderó de la sala, ambas permanecimos mirando al vacío.

- "Heidi no está bien de salud, solo quiero cumplir su último deseo", explicó de repente.

Apreté los puños mientras tragaba el nudo que se había formado en mi garganta. ¿Su último deseo? ¡Qué mujer más espléndida resultó ser Freen! Pero no podía sentirme agraviada, después de todo, yo solo era la Falsa Esposa, una sustituta.

- "Entiendo", fue lo único que dije, aunque en el fondo tenía tantas cosas guardadas.

- "Si necesitas algo más, le pediré a mi abogado que lo incluya".

- "No es necesario, lo que esté ahí es más que suficiente", solo sonreí levemente.

- "Ven a ver a Heidi mañana", dijo Freen mientras se levantaba de la sala y se dirigía hacia la salida.

- "¿Por qué haría eso?", le pregunté seriamente.

- "No quiero que se sienta culpable de nuestro divorcio. Dile que estás enamorada de alguien más, hazle creer que nuestra separación no tiene nada que ver con ella", volteó a mirarme directamente a los ojos.

- "Está bien", aunque en realidad quería negarme, por alguna razón siempre terminaba cediendo a las órdenes de Freen. Bastaba con mirarme y yo cedía inmediatamente.

- "Gracias, vendré a primera hora por ti mañana".

- "No hace falta, envíame la dirección, ahí estaré", sentencié.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now