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POV FREEN

El motor ronroneaba suavemente bajo el capó mientras mis manos se aferraban al volante. La noche se extendía frente a mí, y mis pensamientos estaban nublados por el alcohol que fluía por mis venas.

Cerré los párpados por un momento, intentando enfocarme en el camino oscuro que se desplegaba ante mí. Las líneas blancas y amarillas serpentean, difuminándose en la distancia. Mis reflejos estaban adormecidos, pero mi instinto me obliga a mantener una velocidad lenta y constante.

Un suspiro de alivio escapa de mis labios cuando finalmente llegué a la residencia. Había sido una pésima idea manejar en ese estado. Me estacione y apague el motor, sintiendo cómo el silencio de la noche me envolvía.

Me dirigí hacia la entrada de la residencia, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza y mis manos temblaban. Las palabras de Alexandra resonaban en mi mente, dejándome aturdida y llena de incertidumbre.

Cuando llegué a la puerta, el mayordomo la abrió y me encontré con un ambiente inusualmente despierto para esa hora de la noche. Mis abuelos y mis padres estaban en la sala, y todos me miraron cuando entré.

"¿Qué hacen aquí a estas horas?" - pregunté confundida, tratando de entender qué estaba sucediendo.

"Bueno, estábamos apostando unas vacaciones" - dijo mi abuelo, con una sonrisa traviesa en su rostro.

"¿De qué están hablando?" - pregunté intrigada, sin tener idea de lo que estaba pasando.

"Si llegabas tú, tu mamá y yo elegiríamos el destino de las vacaciones... si aparecía Alexandra, lo elegirían tu abuelo y tu papá" - explicó mi abuela, revelando el juego.

"¿En serio apostaron por Alexandra?" - miré molesta a mi abuelo y a mi papá, sintiéndome traicionada.

"Cariño, tú a veces eres demasiado testaruda e idiota, es normal tener dudas" - sonrió mi abuelo, intentando justificar su decisión.

Respiré profundamente, tratando de controlar mi frustración.


"Bien, familia, vámonos a dormir... Será una larga noche para ellas" - dijo mi padre, intentando calmar la situación.

A medida que todos se retiraban a sus habitaciones, mi abuela señaló mi herida.

"Creo que necesitabas otro más de esos"

"También los quiero, familia. Son un gran apoyo" - respondí con sarcasmo.

"Becky está en su cuarto de juegos, diviertanse" - dijo mamá con burla

"Mamá, no haremos nada" - aseguré avergonzada

"La última vez no se escuchó nada de ruido. Descuida, cariño" - me miró mi abuelo, y sentí cómo el rubor subía a mis mejillas. Maldición, él sabía.

El camino hacia el cuarto de juegos parecía eterno mientras mi mente repasaba una y otra vez las palabras que había ensayado. Esperaba que funcionaran, que lograran transmitir todo lo que sentía por Becky y mi deseo de arreglar las cosas entre nosotras. Al ingresar la clave y abrir la puerta, me encontré con su mirada intensa, y todas las palabras que había ensayado se quedaron atascadas en mi garganta.

"H... Hola" - logré articular, titubeando.

"Freen... Q... ¿Qué haces aquí?" - preguntó Becky, claramente sorprendida.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now