El Lazo Que Nunca Se Rompio

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POV ALEXANDRA

Habían sido días agotadores. Estaba realmente cansada. A pesar de que el abuelo de Beck insistió en que nos quedáramos en su residencia por más tiempo, yo no lo permití. No quería seguir incomodando a nadie, así que optamos por irnos a un hotel después de la cena. Tomamos nuestras cosas de la residencia y nos retiramos. Durante el trayecto en el que el chófer nos llevaba, mantenía mi mirada fija en el exterior, sumida en mis pensamientos.

"Alex..." -

"¿Estás bien? ¿Qué pasa?" - le pregunté preocupada.

"Eso que viste con Freen, no es lo que piensas..." - murmuró Becky.

"¿Qué es lo que pienso? ¿Debería molestarme por tu cercanía con Freen?" - pregunté, tratando de entender lo que ella quería decir.

"Yo estoy contigo ahora..." - respondió Becky.

"Beck... te quiero tanto" - dije con sinceridad.

Becky sonrió y entrelazó su mano con la mía. Así permanecimos hasta que llegamos al hotel.

Una vez que ingresamos a la habitación, nos dejamos caer en la cama. Becky no tardó mucho en quedarse dormida. Yo me quedé observándola con ternura, admirando sus rasgos serenos. Había tantos momentos buenos a su lado.

Estaba profundamente enamorada de ella. Deseaba una vida junto a ella, pero también era consciente de que tal vez no correspondiera mis sentimientos de la manera que yo deseaba. Aun así, acaricié su mejilla y la observé unos segundos más antes de recostarme a su lado y abrazarla. En ese momento, solo quería disfrutar de su compañía y hacerla sentir amada.

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POV FREEN

El aroma de la comida casera inundaba la residencia, cada plato había sido preparado con esmero. Estaba ansiosa y nerviosa, esperando la llegada de Becky. Quería que todo saliera perfecto, que este momento fuera especial.

Finalmente, escuché el timbre de la puerta y sentí un cosquilleo en el estómago. Me apresuré a abrir y allí estaba ella, Becky, con una sonrisa que iluminó mi día. La abracé con fuerza y la invité a entrar.

"Huele rico, Freen" - dijo Becky, con entusiasmo.

"Vamos, ven, debes comer" - le dije, tomando su mano.

Nos sentamos juntas en la mesa, los platos ya estaban servidos. Acerqué todos los platos hacia Becky, esperando ansiosamente que le gustara todo lo que había preparado.

Sonreí mientras la observaba dar el primer bocado, sus ojos brillaban con deleite mientras saboreaba la comida.

"Está delicioso, Freen, pero es mucha comida. ¿Intentas que suba de peso?" - dijo, riendo.

"Llevas dos meses fuera de Bangkok, ¿no extrañabas la comida?" - le pregunté.

"La verdad es que sí" - respondió, continuando alegremente su comida.

Una vez terminamos de comer, nos dirigimos a la sala y me senté a su lado. Suspiré profundamente, buscando las palabras adecuadas.

"¿Te gustó la comida, Becky?" - pregunté, nerviosa.