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POV BECKY

Hacía más de 30 minutos que había despertado y me quedé contemplando el techo con un nudo en el estómago. La sensación de vacío me invadía al darme cuenta de que Freen no había regresado a casa. Revisé mi celular y encontré solo un mensaje.

📨"Lo siento, ahora mismo estoy volando a Krabi. Tengo unos asuntos muy urgentes. Regreso mañana", decía el mensaje frío y triste que explicaba su ausencia.📨

📨"Necesitamos hablar. No puedo seguir así. En cuanto regreses, necesito un tiempo", contesté a su mensaje, dejando claro mi frustración.📨

Un minuto pasó y vi que había leído mi mensaje. Segundos después, el teléfono comenzó a sonar insistente, mostrando el nombre de Freen en la pantalla. Ignoré la llamada, sintiendo la frustración crecer dentro de mí. Con un gesto brusco, lancé mi celular contra el suelo, viendo cómo se destrozaba en pedazos.

Los últimos meses habían sido un torbellino emocional. Freen solía estar tan cerca de mí, pero ahora parecía distante y ausente. Estaba cansada de tolerar sus desplantes y actitudes egoístas. Ya no estaba dispuesta a llorar y sufrir.


Salí de mi habitación y encontré a Alexandra en la pequeña biblioteca. Estaba absorta en una llamada, pero al verme, terminó rápidamente la conversación y me sonrió.

"¿Cómo dormiste, Alex? ¿Todo bien?" - pregunté, tratando de ocultar mi malestar.

"Sí, gracias. Pero tú luces fatal, ¿qué sucede?" - respondió preocupada.

"Solo tengo ganas de un enorme café" - dije, tratando de desviar la conversación.

"Pues vamos. Freen sigue durmiendo?" - preguntó de repente, notando mi cambio de expresión.

"No está en Krabi. Regresa mañana" - respondí con una mezcla de tristeza y enojo.

"Perfecto. Ya que no tienes nada que hacer, tú y yo iremos a un spa a relajarnos. Nos haremos unos faciales, iremos al estilista... Todo lo lindo que nos merecemos" - propuso Alex con entusiasmo.

"Pero, Alex, yo no... no tengo muchas ganas de salir" - respondí sincera.

"No te voy a dejar aquí, sumida en tus penas. Más tarde tendremos nuestra noche de negocios" - afirmó Alex, determinada a sacarme de mi tristeza.

Alexandra me jaló de la mano rumbo a la cocina para desayunar. Yo solo quería estar tumbada en mi cama, pero con la energía que ella tenía, era imposible resistirse.

Después de desayunar decidimos dirigirnos a un spa de lujo en la ciudad. Desde el momento en que entramos, nos trataron de lo mejor. Nos envolvieron en suaves batas blancas y nos llevaron a una sala tranquila donde nos esperaban mascarillas faciales y exfoliantes corporales.

El aroma relajante de los aceites esenciales llenaba el aire mientras nos tumbábamos en las camillas y dejábamos que las expertas manos de los terapeutas nos mimaran con masajes revitalizantes.

Cada músculo tenso se relajaba bajo la presión experta de sus manos, y poco a poco, todas las preocupaciones y tensiones se desvanecían. Sentía cómo mi cuerpo se liberaba de todo el estrés acumulado.

Después de casi dos horas de puro lujo en el spa, salimos con una sensación de renovación y paz interior. Alexandra, con su energía contagiosa, me arrastró hacia el estilista.

Salimos del estilista con el cabello arreglado, luciendo radiantes. Decidimos continuar nuestra tarde en un centro comercial cercano en busca de una bebida refrescante para completar nuestra relajación.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now