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POV BECKY

Me encontraba caminando sin rumbo fijo, mirando simplemente al vacío con los ojos enrojecidos por el llanto que seguía. El dolor en mi pecho era como un peso aplastante, haciendo que cada respiración fuera difícil. Las lágrimas seguían fluyendo, acompañadas de una corriente constante de tristeza y desesperación que parecía no tener fin. Cerré los ojos con fuerza, tratando en vano de contenerme antes de que las emociones me ahogaran.

Sentí un nudo en la garganta mientras la realidad me golpeaba. La persona que tanto amaba había jugado conmigo. En este momento, me sentía perdida y sola. Había caminado durante casi tres horas hasta llegar al departamento que compartía con Alexandra. Deseaba que no estuviera, solo deseaba dormir y olvidar todo.

Puse la clave e ingresé con cautela. Caminé unos cuantos pasos y escuché a Alexandra en la cocina. Salió de ahí rápidamente al escucharme llegar. Bajé la mirada cuando salió.

"Beck, al fin llegas. ¿Quieres desayunar? - dijo Alexandra con entusiasmo, pero yo solo negué sin mirarla. Di media vuelta, deseando huir a mi habitación.

"Espera" - volvió a hablar Alexandra. Se acercó a mí y tomó mi mentón, haciendo que la mirara. Sus ojos se encontraron con los míos, pude ver su preocupación. Se acercó para abrazarme fuertemente sin decir más. Me refugié en su pecho mientras seguía llorando.

Después de llorar y recibir el consuelo de Alex, me sentí un poco más tranquila y me dejé caer en el sillón, completamente devastada.

"Beck, ¿estás más calmada? ¿Quieres dormir un poco? - preguntó Alex con preocupación.

"Estoy un poco mejor" - respondí con voz temblorosa.

"¿Cuántas veces más tienes que llorar por ella? ¿Cuánto más vas a permitir que te trate así?" - su voz sonaba molesta.

Lo sabía. Alex tenía razón. Freen me había lastimado una y otra vez, pero aún así no podía evitar amarla.


"Lo sé, es solo que..." - intenté explicar, pero Alex me interrumpió.

"La amas, y yo respeto eso, pero me duele verte así, Beck. Mereces ser feliz" - dijo con ternura.

Alexandra no insistió más en el tema. Siempre había sido así, respetando mi espacio y esperando a que yo decidiera abrirme y contarle. Pasé el resto del día tumbada en el sillón, comiendo muy poco por exigencia de Alex. Estuvo a mi lado, viendo películas conmigo y tratando de distraerme.

"Gracias, Alex. Estoy un poco mejor. ¿Arruiné tu día?" - le pregunté con preocupación.


"¿De qué hablas? Ver películas contigo, mi persona favorita, siempre será un gran plan" - me respondió con una sonrisa reconfortante.

"Bueno, pensé que saldrías con esa chica Alizée" - quise burlarme un poco.

Alex sonrio y negó con la cabeza. - "Jaja, Alizée fue mi novia hace 4 años. Duramos un año, pero después de unas vacaciones me terminó. Yo me mudé a Londres donde inicié la universidad, y esa es la historia resumida. Ya no hay nada entre nosotras" - me explicó.

"Tú también mereces ser feliz, Alex. En la universidad muchas chicas querían invitarte a salir, pero siempre te negabas" - le recordé.

"¿Qué dices? Tuve varias citas" - respondió divertida.

"Sí, pero después no les contestabas y hacías que tus hermanos las intimidaran" - le recordé con una sonrisa.

"Jaja, demasiado drama de aquellas chicas" - comentó Alex.

"Era divertido, extraño esos días" -suspiré.

"Podríamos irnos si quisieras, Beck. Empezar de nuevo en cualquier país" - su mirada se tornó seria.

"No lo sé..." - dudé.

"Píensalo, Beck. Podríamos tener una nueva aventura juntas" - me propuso.

Era tarde y me despedí de Alexandra. Me fui a la cama con la cabeza llena de emociones encontradas. Era una decisión difícil.

Al día siguiente un nudo en el estómago seguía presente, las palabras de Alexandra resonaban en mi mente como un eco persistente. La idea de empezar de nuevo en otro país con ella parecía tan abrumadora como tentadora. No podía evitar sentir que dejaría atrás toda mi vida aquí: mi familia, mis amigos, mi hogar.

Me arreglé rápidamente debía hacer algo importante, salí de la habitación encontrándome a Alex en la cocina preparando el desayuno.

"Desayuna antes de que te vayas" - me señaló amablemente.

"Es urgente, Alex. De hecho, quisiera que me acompañes" - le dije con seriedad.

"De acuerdo"- respondió ella sin dudar.

Nos dirigimos al vehículo y antes de partir, Alex me entregó una bolsa de papel.

"Y esto?" - pregunté curiosa. Abrí la bolsa y encontré un emparedado y una lata de zumo. Mi corazón se llenó de calidez ante ese gesto de preocupación.

"Necesitas energía. Yo manejo, solo dime a dónde vamos" - me dijo con una sonrisa reconfortante.

"Alex, gracias... Vamos a casa de mi abuelo" - le respondí mientras comenzaba a comer.

Cuando llegamos, fuimos recibidos por el mayordomo y nos indicó que la familia estaba en el jardín. Después de saludar a todos, dejé a Alex con mi mamá y mi abuela mientras me dirigía al despacho con el abuelo.

"¿Sucede algo malo, querida?" - preguntó el abuelo, indicándome que me sentara.

"Primero, una disculpa por lo sucedido en la velada Fue irrespetuoso de mi parte" - le dije sinceramente.

"Las disculpas son importantes, solo hay que aprender de los errores, está bien" - respondió él con calma.

"No me gusta pedirte algo así, pero solo si me ayudas, será rápido" - le pedí con nerviosismo.

"Te escucho" - me animó a hablar.

"Quiero que me ayudes a divorciarme de Freen. Ya no quiero seguir siendo su esposa" - le confesé, sintiendo un nudo en la garganta.

Mi abuelo me miró fijamente, su rostro no mostraba ninguna emoción en particular. No sabía si estaba molesto, sorprendido o si me gritaría por tomar esta decisión.

"Es lo que deseas?" - me preguntó con seriedad.

"Sí..." - respondí con determinación.

"Eres adulta y si es tu decisión, te apoyaré" - me dijo finalmente.

"Gracias, abuelo" - susurré.

Mi abuelo no dijo ni preguntó nada más. Creo que estaba cansado de lidiar con nosotras y todos los problemas que habíamos causado.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now