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POV BECKY

No esperaba que Freen me preguntara si estaba mejor a qué estaba jugando. Recién había colgado el teléfono con Heidi, ¿por qué no corrió hacia ella en lugar de preocuparse por mí? Después de todo, yo solo era un obstáculo en su camino, una molestia que la separaba del amor de su vida, Heidi.

"Estoy bien" - asentí con una sonrisa forzada.

Finalmente, Freen se dio la vuelta y se dispuso a irse, pero su actitud me estaba cansando.

"¿No estás cansada de ir y venir entre Heidi y yo? ¿Qué demonios te pasa? ¿A qué estás jugando?" - le grité.

Freen me observó sin decir nada.

"La amas, ¿verdad? ¿Por qué no te vas con ella y te quedas allá? Hagamos que esta situación sea más fácil para todos" - no entendía por qué Freen estaba retrasando lo inevitable. Yo amaba mucho a Freen, pero no iba a permitir que me tratara así.

"¿Por qué tienes tanta prisa por divorciarte de mí?" - Freen alzo la voz y se notaba la molestia en los ojos.

"Quieres que nos divorciemos, ¿verdad?" - grité.

"Sí Rebecca... pero antes debo cumplir con todos mis deberes como esposa" - alzó la voz.

Un incómodo silencio llenó la habitación. ¿A qué se refería con todos sus deberes como esposa? ¿Acaso quería tener sexo para consumarlo? Mientras pensaba en eso, mi cuerpo empezó a arder de nuevo, tal vez por la temperatura o por las palabras de Freen. Rápidamente aparté esos pensamientos de mi mente, solo eran producto de mi imaginación. Antes de que pudiera hablar de nuevo, Freen se adelantó.

"Divorciarse es complicado, Rebecca. Aunque firmemos con el abogado, no tendría validez hasta que tengamos todo en orden, incluyendo el certificado de matrimonio que tiene el abuelo" - su voz era firme.

Al escuchar esas palabras, me sentí decepcionada. Era cierto, el abuelo tenía nuestro certificado de matrimonio y no se encontraba en Bangkok. Pero, ¿era motivo suficiente para retrasar el inicio de los trámites? ¿Acaso Freen quería seguir teniéndome en su vida sabiendo que yo la amaba y haría todo lo que me pidiera? Apreté mi puño sintiéndome frustrada y molesta.

"¿Quieres comer? ¿Te preparo algo?" - Freen me miró, comportándose de manera extraña al preocuparse por mí de nuevo.

"No, solo ve con Heidi, ella te necesita. Deja de preocuparte por mí" - mi voz era firme.

"Todavía no he firmado los papeles del divorcio, así que aún debo cuidarte cuando estés enferma" - Hablo Freen

"Pero no me amas, ¿verdad, Freen? No necesito tu compasión. Pronto seremos dos extrañas, lo mejor es ignorarnos, ¿entiendes?" - saqué todo lo que sentía.

Amaba tanto a Freen que no me opuse a que se divorciara de mí. No necesitaba su lástima ni quería someterme a más humillación. Si esa era la única manera de tenerla a mi lado, prefería estar sola.

"Les deseo a ti y a Heidi mis más sinceros deseos" - me quedé sin aliento al decirlo.

"Eso es muy amable de tu parte, Rebecca" - sentí un poco de sarcasmo, dolor y enojo en su voz.

"Volveré a la cama, estoy cansada. Deberías irte ya con Heidi" - antes de que Freen pudiera decir algo, me metí bajo las sábanas y cerré los ojos. Solo escuché cómo Freen bajaba las escaleras y cerraba la puerta azotándola.

................

Habían pasado dos días desde que mi resfriado desapareció por completo. Me dirigía a las oficinas de mi nuevo empleo, sintiendo nervios por lo que me esperaba. Afortunadamente, aún tenía tiempo, ya que eran las 8 de la mañana.

La mañana transcurrió entre presentaciones y acomodándome en mi nueva oficina. Tenía que adaptarme rápidamente y comenzar a trabajar en los nuevos clientes que estaban llegando para las campañas. Irin estaba en un viaje de negocios, por lo que no la había visto ese día.

Durante la hora del almuerzo, decidí comer en un restaurante cercano a la oficina. Pocos minutos después de tomar asiento, vi a Heidi entrar al establecimiento acompañada de varios guardaespaldas. Para mi disgusto, se acercó a mi mesa.

"Rebecca, qué casualidad encontrarte aquí" - dijo Heidi mientras se sentaba.

"Hola Heidi, ¿viniste sola? ¿Dónde está Freen?" - pregunté forzando una sonrisa, aunque la verdad es que no soportaba verla. No sabía qué más quería de mí.

"Oh, Freen está trabajando. Insistió en acompañarme, pero tenía juntas, así que no la presioné" - sonrió demasiado, parecía muy feliz.

Apreté los dientes, fingiendo una sonrisa. La última vez que escuché su llamada con Freen, prácticamente le estaba rogando que fuera a verla. Pero ahora me hacía creer que Freen se preocupaba en exceso por ella. Podría haberla desmentido y avergonzarla, pero no era el momento adecuado. No entendía por qué Freen no se daba cuenta de que la estaban manipulando. Claramente, Heidi no se veía enferma ni tenía el semblante de alguien que estuviera a punto de morir.

Un camarero se acercó para tomar nuestras órdenes. Ambas pedimos lo mismo. Yo no quería hablar, simplemente me dispuse a mirar por la ventana y observar el bullicio de la ciudad. Sin embargo, Heidi parecía no captar las señales no verbales y empezó a hablar de nuevo.

"Freen es muy sobreprotectora. Yo solo quería salir un rato del hospital, pero en cuanto se lo dije, me mandó a sus guardaespaldas" - dijo.

"Qué linda" - respondí irónicamente. Pero en cuanto mencionó el hospital, pensé que estaba muy lejos de donde yo estaba. Qué casualidad. Ante Freen, era una damisela en apuros, pero ante mí, parecía desafiarme.

"Rebecca, podrías divorciarte de Freen lo antes posible. Mi salud empeora cada vez más. No creo que me quede mucho tiempo. Freen es la mujer de mi vida. Eres amable y considerada. Sé que no dejarás que me vaya de este mundo sin cumplir mi deseo" - tomó mi mano y la apretó mientras me miraba con ojos llenos de compasión.

Vaya, resultó ser una excelente actriz, digna de un Oscar. Casi me convenció.

"El abuelo tiene nuestro certificado de matrimonio. En cuanto regrese, nos divorciaremos oficialmente "- repliqué mientras retiraba mi mano de su agarre. - "No tenías que venir hasta aquí para persuadirme. Pronto, Freen será toda tuya."

Terminé de explicarle eso y continué mi almuerzo amargamente. Sus intentos de hacerme sentir mal me quitaron el apetito y el buen humor. Solo quería que esa tortura terminara rápidamente.

El Lazo Que Nunca Se RompioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora