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POV BECKY


Estaba firmemente convencida de poner de mi parte para darme una oportunidad con Jane. Después de todo, siempre había mostrado interés en mí. Era una persona demasiado linda en todo aspecto.


Por la mañana, intenté llamar a Freen, pero su teléfono estaba apagado y no obtuve respuesta. Así que decidí ir al despacho del abogado por mi cuenta. Tenía todos los documentos listos para presentar la demanda de separación, con o sin ella. Estaba lista para seguir adelante.Mientras esperaba en la recepción del despacho, recibí una llamada de un número local pero sin registrar. Dudé por un momento, pero decidí contestar.


"Hola" - dije.


"Siempre es grato escuchar tu voz, señorita Armstrong" - decían del otro lado de la línea, y una enorme sonrisa se dibujaba en mi rostro.


"Pero... cómo... tú... ¿qué haces aquí?" - titubeé.


"¿Es un interrogatorio? Sabes que puedo acogerme a la quinta enmienda" - respondio en tono bromista.


"¡Ja ja! Basta, Alexandra. Este número es local, dime dónde estás. ¿Por qué no me dijiste que vendrías?" -  le pregunté emocionada.


"Ya sabes que me gusta sorprenderte, pero si me extrañas, puedes venir. Estoy en el hotel Kimpton Maa-Lai" - respondió.


Colgamos de inmediato. Salí corriendo a la calle en busca de un taxi. El hotel quedaba a 45 minutos, pero en ese momento solo quería ver a Alexandra. Ella siempre me contagiaba su buen humor, siempre era impredecible. Pero era cierto, la extrañaba.


Al llegar al descenso del hotel, mientras pagaba al taxista a través de la ventana, pude visualizar a Jane. ¿Qué hacía aquí? Tal vez estaba por negocios, así que bajé del taxi para poder alcanzarla.Cuando llegué al lobby, pude ver a Jane de espaldas, aparentemente mandando un mensaje. Quería sorprenderla, así que caminé sigilosamente hacia ella. Pero me detuve en seco, pues una chica atractiva, con un excelente cuerpo, llegó y la abrazó. Jane la tomó por la cintura y la comenzó a besar.


Un vuelco llegó a mi estómago. Había sido tan ingenua. Jane siempre me había tratado bien. Había confiado cuando me pidió una oportunidad. Pero ahora veía que solo estaba jugando conmigo, no tenía el derecho de reclamarle, pero un creciente enojo invadió mi ser. Estaba harta de todo. Apreté mis dientes, conteniéndome de decir algo en ese momento.


Seguí a Jane hasta el largo pasillo de ascensores. Iba de la mano riendo animadamente con la chica, y no pude evitar guardar silencio.


"¿Tu nueva novia?" -  le pregunté a Jane, sonriendo. Su rostro se puso pálido.


"Becky... yo..." - susurró.


"Jane, no debes decir nada"- le dije, sonriendo, mientras me disponía a caminar de regreso al lobby.


"Sabes, estoy harta de ti. Siempre te has comportado como si lo merecieras todo" - dijo Jane en un tono frío que nunca antes había escuchado. Nuestras miradas se encontraron.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now