20

3.7K 394 10
                                    

POV FREEN


Salí del baño y me dirigí a otra habitación, necesitaba un momento para relajarme. Salí al balcón y traté de calmar mi molestia por la escena que presencié en nuestra mansión. ¿Cómo se le ocurría tocar a Rebecca? Maldita sea.

"¿De verdad vas a seguir adelante con el divorcio?" - escuché la voz del abuelo mientras él y mi padre se acercaban.

"No la escuchaste. Ella quiere dar todo por terminado" - respondí, sintiendo una opresión en el pecho al decir esas palabras.

"Y tú, ¿qué quieres?" - me preguntó el abuelo, mirándome a los ojos - "¿Quieres el divorcio? ¿Te vas a casar con esa vividora una vez que firmes los papeles con Becky?"

"Abuelo... Heidi no tiene mucho tiempo, ¿puedes entender eso?" - explique

"Bueno, si esa es tu decisión, entonces la respetaré. Pero me preocupa que Heidi te esté manipulando. Puedes ser lo suficientemente adulta, pero yo sigo siendo tu abuelo y siempre voy a querer lo mejor para ti, verte feliz. Pero si no quieres escuchar mis advertencias, eso ya es cosa tuya" - suspiró profundamente y acarició mi mejilla.

Mi padre escuchaba todo lo que decía el abuelo, pero no dijo nada. Tal vez estaba de acuerdo con él. Antes de que ambos salieran de la habitación, el abuelo decidió hablar una vez más.

"Freen, debes saber que Jane vino a hablar conmigo ayer" - me dijo.

"Si es por las construcciones del nuevo hotel, ya lo tengo bajo control" - respondí con enfado. Jane no tenía derecho a entrometerse en mis decisiones. Pero el abuelo negó con la cabeza.

"No, vino a pedirme permiso para salir con Becky. Una vez que ustedes se divorcien, quiere estar con ella oficialmente" - cada palabra que salía de la boca del abuelo era como una daga en mi corazón. Era tan doloroso imaginar a Becky besando a alguien más, siendo tocada por alguien más que no fuera yo.

"Qué bien" - fue lo único que pude decir. Era de esperarse. Jane siempre estuvo tras Becky, siempre la quiso para ella, y ahora aprovecharía esta oportunidad.

"¿Eso es todo lo que tienes que decir al respecto?" - preguntó el abuelo.

Nos miramos por un instante y luego suspiró, negando con la cabeza. Ambos salieron de la habitación y yo me quedé ahí, ahogando mi enojo y mi tristeza. ¿Realmente iba a perderla? Tomé mi laptop y me encerré en la habitación. Me dispuse a trabajar, lo último que deseaba era seguir pensando en Jane y Rebecca juntas.

Había pasado más de una hora encerrada en la habitación, intentando desesperadamente terminar los documentos para el nuevo hotel. Pero cada vez que intentaba redactarlos, mi mente se llenaba de imágenes perturbadoras. Primero, veía a Jane con Rebecca en la cama, y cuando esas imágenes desaparecían, aparecían otras de la estúpida de su jefa, Friend, besando el cuello de Rebecca. A pesar de todo, Rebecca seguía siendo mi esposa y debía comportarse como tal.

Las palabras duras y directas de mi abuelo resonaban en mi cabeza. Entendía su posición, él quería protegerme, pero no me ayudaba en nada el hecho de que haya accedido a dejar salir a Jane con Rebecca en una cita.

Finalmente, la hora de la cena llegó y bajé al comedor, donde ya se encontraba la familia. La incomodidad era palpable, pero decidí ignorar la mirada molesta de Rebecca. Después de todo, era yo quien debería estar molesta, ya que estaba buscando mi reemplazo antes de divorciarnos. Me senté y simplemente me dispuse a comer, escuchando las conversaciones a mi alrededor.

La abuela le preguntó a Rebecca si se quedaría esa noche, debido a la tormenta que no cesaba afuera. Esperaba que se quedara al menos así nadie podría ir a buscarla estando sola.

"Tengo que trabajar mañana, así que pediré un taxi" - Rebeca contesto

"Rebecca es peligroso" - la regaño el abuelo, levanté la vista, esperaba ver una respuesta diferente de Rebecca, una que indicara que se quedaría.

"Está bien, me quedo" - sonrió y mi corazón se calmo.

Decidí volver a encerrarme a trabajar, esta vez en la biblioteca. Sabía que solo ahí podría concentrarme y terminar el trabajo que tenía pendiente.

El Lazo Que Nunca Se RompioUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum