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POV FREEN

Mientras los guardaespaldas del abuelo me sostenían firmemente y me dirigían a la residencia, aún seguía demasiado irritada por ver a Alexandra y Becky juntas. Odiaba la forma en que Alexandra miraba a Becky, la forma en que la trataba. Me cansaba ver cómo se llevaban tan bien, como si fueran más que amigas.

"Suéltenme, idiotas" - grité a los guardaespaldas mientras intentaba liberarme de su agarre. Pero ellos simplemente me arrastraron dentro de la mansión hasta una pequeña biblioteca, donde me dejaron a solas con Nam.

"Freen, te puedes tranquilizar. No estamos en el colegio" - me gritaba Nam tratando de calmar mi furia.

"Odio ver a Becky con ella, Nam. La forma en que la mira..." - dije mientras miraba fijamente a los ojos de Nam, buscando comprensión.

"¿Con amor? ¿Qué pensaste, que Becky siempre estaría allí, aunque no la amaras? Vaya ego" - respondió Nam con sinceridad.

"Nam... "

Antes de contestar a Nam mi celular comenzó a sonar. Contesté de inmediato al ver que era la doctora personal de Heidi.

"¿Sucede algo?" - pregunté preocupada.

"Señorita Sarocha, Heidi ha recaído y ahora está sumamente grave" - me informó la doctora.

"En media hora estaré allí" - respondí rápidamente, colgando la llamada. Salí de la biblioteca, mientras Nam intentaba detenerme debido a mi estado de embriaguez, pero la ignoré. Debía correr al hospital para estar junto a Heidi.

Llegué al hospital, un lugar al que había ido en múltiples ocasiones. En la sala de espera, ya se encontraban los padres de Heidi, lo que significaba que la situación era grave.

"¿Hay informes?" - pregunté ansiosa.

"Mi hija está grave, está en un coma inducido. ¿Sabes la gravedad de eso?" - me miró un poco molesto mientras hablaba.

"Señorita Sarocha, sé que tienes muchas cosas con las que lidiar, pero juraste que cuidarías a mi hija" - intervino su madre, tomando mis manos con súplica.

"Tienes más de un año posponiendo su boda, es su última voluntad y se la niegas. No le queda mucho tiempo" - dijo su padre con tristeza y decepción en su voz.

"Señores Jensen, les debo una disculpa. Heidi estará bien, les prometo que la cuidaré y en cuanto despierte y pueda salir del hospital, me casaré con ella" - pronuncié esas palabras con amargura, sintiendo un nudo en mi garganta.

"Sé que no fallarás a tu palabra" - el padre de Heidi estrechó mi mano con firmeza.

Debido a la delicada condición de Heidi, no pude pasar a verla. Me quedé en la sala de espera, sentada en el sofá, con el corazón lleno de frustración. Unas lágrimas cayeron por mis mejillas, no por Heidi, sino por Becky.

Había pasado toda la noche en el hospital, con el vestido de la fiesta aún puesto. Eran las 8 de la mañana cuando Nam pasó por mí para llevarme de vuelta a mi departamento. Necesitaba ducharme y cambiarme de ropa, además de descansar un poco antes de seguir cuidando a Heidi.

"Vamos, duerme un poco" - dijo Nam mientras llegábamos a mi departamento. Yo solo asentí, sintiéndome agotada y emocionalmente agobiada.

Cuando finalmente abrí los ojos, el reloj en mi mesita de noche marcaba las 5 de la tarde. Revisé mis mensajes, pero no había noticias de Heidi. Todo indicaba que no había habido cambios en su condición. Solo tenía cientos de mensajes y llamadas perdidas del abuelo, pero no tenía energía para responder en ese momento. Necesitaba un momento para mí misma.

Me dirigí al baño y dejé que el agua caliente recorriera mi cuerpo. Cerré los ojos y traté de relajarme, dejando que la tensión acumulada se disipara. Después de la ducha, salí a la sala y encontré a Nam todavía en mi departamento. Pero algo en su actitud me desconcertó. Cuando me vio, apagó rápidamente la televisión y parecía incómoda.

"¿En serio estás viendo una película porno en mi televisión a las 6 de la tarde? Estás enferma" - dije riéndome de ella, tratando de aliviar la tensión en el ambiente.

"Ya había visto muchas películas y estaba aburrida" - respondió Nam despreocupadamente.

"Bueno, ahora tendré que quemar ese sofá" - bromeé, pero Nam me miró con una expresión de desaprobación.

"Bueno, al menos estás de buen humor. ¿Quieres que te prepare algo de comer?" - preguntó Nam con amabilidad. Yo negué con la cabeza. La verdad era que no tenía hambre desde ayer.

"Me voy a casar con Heidi en cuanto esté mejor" - solté de repente mientras tomaba asiento junto a Nam.

"No puedo creer que aún estés pensando en casarte con ella" - dijo Nam con sorpresa en su voz.

"No puedo simplemente abandonarla" - respondí, sintiendo un nudo en mi garganta, tenía una responsabilidad hacia ella.

"No la amas. ¿Estás dispuesta a sacrificar tu felicidad solo porque crees que le debes algo?"- cuestionó Nam.

Me recosté en el hombro de Nam y comencé a llorar. Estaba en un estado de vulnerabilidad emocional, y ella simplemente me abrazó, dejándome desahogarme.

"Freen, enserio vas a perder a Becky", dijo Nam mientras acariciaba mi cabeza. Agradecí tener a Nam a mi lado. Era la única persona que me decía las cosas tal como eran, aunque a veces me molestaran.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now