CAPITULO 33: SUEÑOS

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POV CRISTIAN

Tardo más o menos una hora en encontrar lo que me pidió Ana. De hecho las encontré en menos de 5 minutos, lo que me costó es encontrar una tienda abierta. Paso por la caja y pago. Subo al auto.

-por fin Taylor. Es hora de volver a casa- Taylor asiente y nos ponemos en marcha.

En la oscuridad de la noche, mis parpados pesan y cada vez que veo un poste de luz se cierran y me cuesta mucho abrirlos. Suspiro y sin saber en qué momento me quedo dormido.

-papa- alguien está llamando a su padre

-papa- la misma voz, pero esta vez más enojada. Siento una mano en mi hombro y me mueve. No es mucho lo que me mueve en realidad porque es una mano pequeña.

-papa- empujón –despielta- siento como un pequeño peso cae en mi pecho. Abro los ojos y lo primero que veo es un montón de cabello cobrizo como el mío. Con mi mano lo acaricio y un azul impresionante aparece delante de mí. Es uno niño no más de 3 años. Su piel blanca, tiene las mejillas sonrojadas y cuando me mira sonríe.

-hola- es lo único que logro articular

-hasta que despieltas. Mama nos esta espelando pala comer. Mi guatita suena de hamble- ¿mama? ¿Quién este pequeño?

-¿Dónde está mama?- le pregunto. Necesito saber dónde la madre de este pequeño. El pequeño pone lo ojos en blanco de la misma manera que lo hace Ana, cosa que detesto.

-pues en la cocina. Está cocinando. Lucas también está ahí junto con Max, romeo y Julieta- me regala un sonrisa. Coloco mis manos en el suelo y me sorprendo al sentir que algo pica. Miro el paisaje y me sorprendo de ver tanto verde. Estamos bajo la sombra de unos árboles enormes, un olor a mar. ¿A mar? Me levanto y ayudo al pequeño a pararse. Recorro el lugar y es muy parecido al paisaje de la casa de mis padres. Hay un cerca a lo lejos y un embarcadero, la entrada al mar. Esto es mi sueño. Es la casa que hace tiempo he buscado para Ana y para mí y aun no la he encontrado.

-papa, si no vamos a casa mama se enojala- me dice

-vamos entonces. ¿Te llevo en mis hombros?- el asiente y con cuidado lo tomo y lo llevo. Sigo el sendero y llegamos a una casa de dos pisos. De madera, algo rustica para mi gusto pero muy bella. Entro y quedo sin habla. La casa es mi sueño, es sustentable por sí mismo, hay muebles muy bellos, algunos juguetes en la alfombra, unos cuadros de paisajes pero lo que me llama la atención es un cuadro que está arriba de la chimenea. Estamos Ana, Lucas, el niño que tengo en mis hombros, los perros y yo. Es una foto familiar bellísima. Ana está sonriendo, todos estamos sonriendo.

-Teddy, bebe. El almuerzo está listo. Comenzaremos sin ustedes- escucho que Ana lo llama. Así que Teddy, por ¿Teodoro?

-ya vamos mama. Papa esta lento hoy- dice el pequeño desde mis hombros –papa por favor, vamos más lapido. Tengo hamble-

-está bien, está bien- avanzo más rápido según yo donde provenía la voz. Al entrar todo el aire que había en mi cuerpo se va, Ana esta vestida con unos short negro, polera blanca sin mangas, un pequeño bulto se aprecia de su vientre y esta descalza. Se ve hermosa. Lucas esta igual de guapo que yo, se nota que los genes del asqueroso de mi padre biológico son fuerte. Bajo a Teddy de mis hombros y lo dejo en una silla.

-Cristian te tardaste demasiado. ¿Qué estabas haciendo?- me dice Ana mientras sirve la comida a los niños. Todos los perros están acostados en unas camas que se encuentran en el suelo de la cocina.

-se quedó dolmido bajo los alboles. Me costó mucho despeltal-lo- dice Teddy

-papa es un flojo. Nunca cambia- dice Lucas. Lo miro sin poder dar crédito a lo que dijo Lucas.

Entre-lazados: Cristian y Ana Where stories live. Discover now