S. T. CAPITULO 3: VARON

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POV ANASTASIA

-nena... arriba... es hora. Tenemos la hora con la doctora no quiero llegar tarde- me dice mientras besa mi cuello. Hace un frío horrible y estoy hecha bolita en la cama.

-¿Por qué hace tanto frío?- le pregunto. Mientras me aprieto más a la cobija. Estoy tiritando. Además Cristian no está en la cama. La cama esta fría. Antes de que responda entra Lucas corriendo y entra en la cama acostándose conmigo, en mis brazos. Me da risa cuando abre la tapa de la cama y deja que todos los perros entre en ella.

-hace frío porque se echó a perder el calefactor central del edificio y lo arreglaran en unas horas. La casa tampoco está en condiciones para habitarla. Lucas me puedes decir ¿Por qué metes a los cachorros a la cama?- le dice Cristian y sé que está frunciendo el ceño.

-papá, hace flio y los cacholos, son calentitos...- dice. Sé que Cristian está sonriendo de la misma forma que yo. Agradezco a todos los santos que anoche haya despertado y me pusiera mi pijama o si no hubiera estado en problemas.

-ustedes dos me van a sacar canas verdes. Lucas a tu habitación que te voy a ayudar a vestir, ya que vendrás con nosotros y Anastasia, levántate, no quiero ser yo el que te tenga que bañar suficiente tengo con Lucas- no lo dice en tono de regaño sino en broma.

Le digo a Lucas que diga si mi capitán a la cuenta de tres.

-uno, dos, tres...- le digo en un susurro.

-sí, mi capitán- decimos los dos. Luego nos reímos.

-ya cadetes. Fuera de la cama ahora- dice Cristian. Lucas baja primero los pies y luego el resto de su cuerpo. Los perros lo siguen cuando sale corriendo. Yo los miro y sonrió.

-no quiero ni imaginar cuando llegue el bebé. Esto será una locura- dice mientras sale rumbo al cuarto de Lucas. Niego con la cabeza y corro al baño para darme un baño de agua caliente para quitarme un poco el frío.

Entro al armario envuelta en una toalla gigante de color blanco. Busco y encuentro unos pantalones negro sueltos y botas con taco bajo del mismo color. Unas polera delgada y vestido de lana de color crudo de manga larga con un cuello alto y hasta las rodillas. Me encanta es calentito. Seco mi cabello y lo dejo suelto y me coloco un gorro. Dios. Con este embarazo me he vuelto una friolenta al máximo. Aplico un poco de brillo labial y bajo porque estoy muerta de hambre.

-buenos días Gail- digo cuando entro-buenos días Ana. ¿Quiere que le sirva el desayuno o va a esperar a los hombres?- le frunzo el ceño.

-¿aún no bajan?- eso es raro.

-no. Creo que fue culpa de un fugitivo- me dice Gail.

-¿fugitivo?-

-Lucas se escapó de la tina, mojado y desnudo. Llego hasta la cocina y el señor se lo llevo en los hombros hasta el cuarto sin importar quedar mojado- me dice Gail riendo.

-no te lo puedo creer. Cristian ahora debe terminar con Lucas y cambiarse él. Así que seguro que llegaremos tarde- dije.

-lo más seguro. Su cita es las 11 de la mañana y ya son casi las 10 y media. En que desayunen y salgan les darán las 11-

-Gail ¿a qué hora vendrán a arreglar el calefactor? Muero de frío- le digo.

-dijeron que a las 12 llegaba el señor. Así que cuando lleguen no creo que aun haya calefacción- hago un puchero.

-llamare a Grace a ver si está en la casa para pasar a almorzar. De vez en cuando hay que ir a pegar en la pera. Amo la comida que hace, sobre todo las galletas dulces. Sin ofender tú comida Gail. Le pediré la receta para que me las hagas. Son deliciosas- le digo. Ella niega con la cabeza. Sabe que soy una adicta a lo dulce.

Entre-lazados: Cristian y Ana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora