Entre-lazados: Cristian y Ana

CAPITULO 34: Y PUNTO

POV ANASTASIA

Han pasado las dos semanas que la doctora me obligo a tomar en reposo. La verdad no han sido tan malas pero si aburrida. No tengo que hacer. De hecho si no fuera por Lucas estaría peor. Es un niño muy dulce y tierno, le encanta que le haga cosquillas pero sobretodo que le de besos sonoros.

Como era de esperarse Cristian entro en fase súper controlador, no me deja salir de la habitación con suerte me deja ir al baño. No ha querido ni siquiera tocarme. Se queda conmigo hasta que me quedo dormida y luego se va a la habitación de invitados que se encuentra al lado. El piensa que no me doy cuenta pero si lo hago, en el momento que ciento que la puerta se cierra mis ojos se abren y es poco lo que puedo dormir. No me importa que no tengamos sexo durante estas dos semanas de reposo pero no me gusta que me evite, yo solo necesito tenerlo cerca, aunque sea solo en sus brazos pero me siento segura y tranquila.

Carla y Tom han hablado conmigo por teléfono. ¿Cómo se consiguieron mi número de teléfono? No tengo ni idea. Han estado insistiendo que le de la herencia. Es que no tienen cara para hacer esa exigencia. No sé si Cristian sabe de estas charlas pero cuando se dé cuenta sé que va a poner el grito en el cielo.

Grace hace una semana se enteró que estaba embarazada cuando le pidió a la doctora Bianca mi ficha clínica. Aunque no lo podía creer, hasta se desmayó de la emoción y a los 20 minutos la tenía en la escala. Estuvo preguntándome muchas cosas, pero la que más me llamo la atención es que me dijo que si quería estar tranquila un departamento no era la mejor solución. No había aire limpio ni mucho menos tranquilidad. Me conto que se enteró que en el sector donde ellos viven salió a la venta una casa enorme y que le dijo a Cristian. Me pregunto si necesitaba algo o si quería que se llevara a Lucas para que estuviera tranquila, le dije que no.

En estos momentos tengo mis piernas estiradas hasta el pinto que solo mis dedos se mueves. Lucas está dormido a mi lado profundamente. Hoy tuvo una sesión de terapia y llego agotado. Gail me conto que el médico le dijo que está avanzando más rápido de lo que pensaron. Que en unos dos o tres meses más podría dejar de cojear o ser casi imperceptible su cojera.

Cuando llego se quejó varias veces que le dolía la pierna, así que le pedí a Gail que nos subiera el almuerzo a mi habitación. Nos trajo una bandeja con arroz árabe con salsa de vegetales, una fuente con porotos verdes con lechuga, un consomé de pollo con fideos, un vaso de jugo natural de naranja con plátano y un pote de jalea con fruta. Estaba delicioso, tanto como Lucas y yo nos devoramos el almuerzo. Luego de eso cayo rendido y duerme plácidamente a mi lado.

Todas las noches me pide que lea un cuento, le mucho cuentos de tesoros, piratas, ladrones, cosa sé que ama. Si no le leo tiene pesadillas horribles y no me gusta. Le leo en la cama y cuando esta profundamente dormido, Cristian lo lleva a su cama, ya que don controlador no me deja hacer nada. Como tengo suficiente tiempo estoy intentado aprender a tejer, pensé que sería más fácil pero la verdad me ha costado.

-¡ANA!- grita Cristian cuando entra en la habitación

-shhhhhh...- le indico con el dedo que Lucas está dormido

-oh, lo siento. Te extrañe mucho. Cada día se me hace más difícil separarme de ustedes- me besa y yo intensifico el beso. Hago juegos con mi lengua y lamo sus labios. Es que lo necesito demasiado. ¿Le cuesta tanto entender?

-Cristian te necesito- le digo mientras lo beso

-no nena, no podemos. Mañana la doctora te revisara y podemos ver si nos da luz verde pero antes no- bufo molesta y hago un puchero.

-pero...- digo con los brazos cruzados sobre mi vientre

-ya vasta. Es un no y punto- me besa y se acuesta en la cama mirando el techo. No me gusta esto. Quiero a mi salvaje, quiero que me haga el amor, que tengamos sexo salvaje, ¿es que acaso no ha leído libros en que a las mujeres embarazadas hay que satisfacerlas en todo?