PRÓLOGO

21.3K 1.6K 498
                                    

OWEN


Diablos.

¿Desde cuando estilo nerd se volvió tan malditamente atractivo?

Babeé completamente sobre la hermosa chica parada frente a mi y sentí mi corazón acelerándose. Estaba cogiendo su libro fuertemente contra su pecho. Tenía puesto un jean y un suéter rosado que hacía su camino hacia la mitad de sus muslos. Era alta, de alguna forma, quizás no del todo a mi lado. Tenía puestos unos lentes negros, con lunas gigantes. Y hacían que sus ojos grises se vieran mucho más grandes. Y se veía incluso más hermosa de lo que ya creía que era. Su cabello era castaño claro y estaba atado en un realmente desordenado moño alto en su cabeza.

Alzó la vista y me observó a través de sus lentes, una expresión de sorpresa apoderándose de su rostro.

-Oh – dijo, un poco demasiado bajo. Pero la pude oir - ¿eres el novio de Jessica? – preguntó y de inmediato se sonrojó – no sabía que estaba ocupada. Puedo regresar más tarde – dijo rápidamente

-No tengo novia – repliqué, de inmediato

¿Por qué diablos dije eso? Mierda.

-Oh – dijo, entonces

-Jess solo está tomando una ducha – aclaré – puedes pasar – agregué, haciéndome a un lado

Necesitaba hacer que se moviera de donde estaba, porque estaba teniendo un mal momento controlando mi corazón acelerado y mi cuerpo tembloroso. Estaba poniéndome nervioso con solo pararse ahí con su dulce e inocente ser.

Mala idea. Realmente mala idea dejarla pasar, porque ahora su espalda estaba hacia mi. Cerré la puerta, dándole la espalda aun y tratando de controlar mi estúpido cuerpo de reaccionar ante la vista. Dejé que mi frente se apoyara en la puerta por un segundo y tomé una profunda respiración.

Controla tu maldito ser, Owen.

Finalmente me volteé y me di con la sorpresa de que estaba observándome con sus cejas tiernamente fruncidas, que desesperadamente quería suavizar con un beso.

¿Que diablos?

¿Suavizar?

¿Con un beso?

Diablos, estaba jodido.

-¿Quieres tomar algo? – pregunté, tratando de quitar su atención de mi, si no se daría cuenta de que estaba comenzando a comportarme como un verdadero idiota por ella y también porque necesitaba salir de ahí cuanto antes para dejar de mirarla

-De acuerdo – aceptó, aún estaba cogiendo su libro con fuerza contra su pecho

Asentí y rápidamente hice mi camino hacia la cocina.

-¿Una coca cola suena bien? – pregunté, antes de salir de la sala

Ella asintió. Y yo desaparecí de la sala rápidamente.

Finalmente, lejos de la causa de mi nerviosismo. Pero aún estaba pensando en ella, maldita sea. Y su hermoso rostro. Y sus hermosos ojos grises. Y sus besables labios. Diablos, sí que lucían besables. Parecían estar llamandome desesperadamente.

¿Y que diablos estaba hablando?

¿Besables?

Resoplé y saqué una coca cola de la refrigeradora, antes de que mi mente pudiera seguir viajando a pensamientos peligrosos. Rapidamente comencé a servir la gaseosa en un vaso.

Mi mano estaba temblando. Yo estaba temblando. Esto podría volverse realmente incómodo. En serio. Mi cuerpo era literalmente una masa de nerviosismo.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Where stories live. Discover now