Capítulo 46: "Lo nuestro era real"

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-¿Por qué dijiste que teníamos que vestirnos como pu...? -comencé a preguntar, pero Gaby alzó la mano para detenerme.

-No nos estamos vistiendo de esa manera -dijo, incluso cuando yo no había terminado de decir la palabra-. Estamos vistiéndonos de modo que nos dejen entrar -explicó-. No es cualquier lugar y si no estás vestida como deberías, entonces te quedas afuera -finalizó.

Bufé. Pues no me sentía cómoda con la extraña etiqueta de aquel lugar. Una parte de mí tampoco se sentía cómoda con el hecho de saber que Owen iba a aquel lugar para sentirse como él mismo. Y es que, ¿a dónde diablos íbamos a ir?

-¿Conoces este lugar? -pregunté, mientras Gaby continuaba arreglando mi cabello.

Ella se había encargado de vestir y maquillar a Jessica "adecuadamente", claro está, no lucía adecuado para mí. Y ahora estaba centrada en arreglarme a mí. No me estaba gustando, pero suponía que tenía razón. No podía esperar que me dejaran pasar si iba a jeans y un polo cualquiera.

Habría aceptado ir con un vestido simple. Podía hacer eso. Lo había hecho ya, un par de veces, para algunas de las fiestas a las que Jess me había llevado.

Pero lo que estaba usando, ni de cerca, podía llamarse vestido. Más parecía un pedazo de tela que a duras penas y cubría mi cuerpo. Estaba demasiado alto, tanto que a cada cinco minutos estaba intentando bajarlo por mis muslos, pero seguía malditamente alzado. Y tenía franjas abiertas tanto en mi abdomen, como en toda mi espalda. Incluso estaba segura de haber visto una franja desnuda en mi cadera. Peor no me atrevía a comprobarlo. Ya me bastaba con todo lo que había visto.

De todas formas, no podía quejarme. Encontrar a Owen era lo único en lo que podía pensar. Y no me importaba lo que tuviera que hacer, para lograrlo.

-He oído hablar de él -contestó Gabs, completamente perdida en lacear mí siempre ondulado cabello, pero este se estaba resistiendo un tanto bastante, viéndose que era increíblemente rizado-. Le dicen la guarida y creo que le pertenece a alguien llamado Ty. Es lo único que sé -comentó.

La guarida de Ty. No me gustaba el nombre. Si ya de por sí era un lugar que poca gente conocía -según lo que había explicado James, antes de que fuéramos a arreglarnos- no quería saber qué podría significar el nombre.

Jessica entró al baño, logrando llamar nuestra atención. Alcé mis ojos, para mirarla a través del espejo y mis cejas se alzaron ante la sorpresa. Jessica lucía completamente diferente a cualquier otra vez que la hubiera visto. Gaby había llenado su cabello laceo, con suaves ondas y había atrapado todo su cabello en un moño alto, con ondas sueltas por aquí y por allá. Había maquillado su rostro lo justo, pero lo suficiente para que luciera arreglada.

No había rastro de las lágrimas que habían estado saliendo el día anterior, pero estas habían desaparecido cuando habían estado todos viendo aquella película. Confiaba en que la tranquilidad de todos los demás, era suficiente para dejarla a ella tranquila, también.

Sonreí, sin poderlo evitar. Y Jessica sonrió también, mirando brevemente hacia abajo, hacia su vestimenta. Estaba usando un vestido algo parecido al mío, solo que el suyo era azul, a diferencia del mío, que era negro. Y el de ella parecía incluso más roto que el mío, pero a ella no parecía molestarle tanto. Quizás porque cuando solíamos ir a fiestas, ella se lanzaba encima el primer vestido que encontraba. Así que, de alguna manera, se había acostumbrado a no sentirse avergonzada por mostrar piel.

-Te ves hermosa, Jess -dije, intentando girarme, pero Gaby puso sus manos en mis hombros.

-Eh, que aún no he terminado contigo -me reprendió.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Where stories live. Discover now