Capítulo 24: "¿Quién es Mackenzie?"

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Un idiota. Un idiota había llegado a la fiesta y había logrado malograr absolutamente todo, en apenas unos segundos.

Titán.

Lo detestaba con una pasión, por todos los cielos.

Y él realmente no parecía cansarse de meterse conmigo. De hecho, cuando sus ojos se deslizaron por la pista, de inmediato, oculté a Julie lo mejor que pude y acerqué mis labios a su oído, desesperado por llevarla a algún lugar donde él no pudiera encontrarla. Y, de paso, debía encontrar a mi hermana, para ocultarla también. Porque Jackson High había mencionado ya lo divertido que le habría parecido poder conocer a la hermana menor de la Leyenda Jackson. Y no iba a permitir que aquello sucediera, tampoco.

-Hay alguien que quiero que conozcas –le dije a Julie, mis ojos fijos en Titán, mientras este se movilizaba por la pista de baile. Y sabía de sobra que iba en mi búsqueda. Y es que él moría por malograrme la existencia, como siempre. Sobre todo debido a que la última vez que nos habíamos visto, le había pateado el trasero en póker.

-¿A quién? –preguntó Julie, apartándose ligeramente de mi.

Le mostré una sonrisa.

-A mi mejor amigo, James Walker –contesté, lo más tranquilamente que pude y es que, Titán estaba peligrosamente cerca de nosotros.

Julie sonrió maliciosamente.

-Ah, claro –dijo, su sonrisa ensanchándose-. ¿A quien le fuiste a contar que nos besamos? –preguntó, entonces.

Sentí mis mejillas calentarse a la velocidad de la luz, al tiempo que mi atención se centraba completamente en ella.

-Lo que sea que te haya dicho Jessica, no le creas –murmuré, sacudiendo la cabeza y tomando la mano de Julie-. James muere por conocerte –continué, antes de que ella pudiera intentar burlarse al respecto de lo que Jessica claramente le había contado-. Y yo quiero que conozcas cada pequeño detalle de mi vida –expliqué, mirándola brevemente, para ver una sonrisa formándose en sus labios. Entonces, comencé a guiarla hacia donde sea que estuviera mi mejor amigo.

Y lo encontré, siendo acosado por una pelirroja a la que ninguno de los dos podía soportar. Solté un gruñido de frustración, pero continué acercándome, porque realmente necesitaba a James en aquel instante y tenía el vago presentimiento de que él también me necesitaba a mí.

Cuando Julie y yo finalmente estuvimos al lado de aquel par, pude escuchar la conversación que estaban teniendo.

-Baila conmigo Jamie –estaba diciendo la pelirroja, claramente increíblemente pasada de tragos-. Yo sé que quieres –canturreó, riéndose escandalosamente.

Rodé los ojos. ¿Es que estaba demente o qué? Primero iba a contarle sus cuatro verdades a James y luego estaba suplicándole que bailara con ella. Loca. Increíblemente loca.

-Déjame tranquilo, Caroline –espetó él, negándose a mirarla.

Caroline se cruzó de brazos, aunque apenas y podía mantenerse en pie.

-Todo porque no soy rubia, ni una petiza de metro sesenta, ni me llamo Mackenzie –espetó ella, a su vez, antes de darse media vuelta y desaparecer entre las personas.

-Wow –escuché a Julie decir, detrás de mí y tuve que cerrar los ojos, para centrarme en el ahora y no en el pasado, porque ese era un lugar que definitivamente no deseaba visitar nada pronto.

-James –dije, entonces y mi mejor amigo me observó, extrañamente aliviado de que fuera yo.

Sus ojos se deslizaron hacia Julie, un momento y luego una enorme sonrisa se expandió en su rostro.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Where stories live. Discover now