Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]

Sorpresa :3

Arriba: Imagen donde digo que no subiré caps extras hasta llegar a los 600k.

Abajo: capítulo donde rompo mi promesa :p

Ámenme :3 bai

Pd: técnicamente, no estoy rompiendo completamente mi promesa. Veamos, voa subir un cap extra, pero no es algo de las tres opciones que les di. Ese algo que ganó, que es la opción dos, claramente, se los daré cuando lleguemos a los 600k. Mientras, les dejo un pequeño cap de algo que un día surgió en mi mente. Sé que muchos se quedaron demasiado confundidos con el final de SJ, algunos de acuerdo, otros no tanto. En fin, cada uno tiene diferentes puntos de vista. El mío aún lo estoy meditando y quizás haga alguno que otro cambio cuando comience a editar la historia. De todas formas, les dejo una pequeña idea que me salió, de pronto. No significa demasiado, así que no se hagan demasiadas ideas al respecto aún.

Palabra clave: aún.

Je .3

Ahora si, los dejo a leer.

Pd2: es corto :c lo siento.

.-.-.-.-.

-Hunter, espera –lo detuve, curvando mis dedos alrededor de su perfectamente trabajado antebrazo.

Sus ojos marrones se clavaron en los míos y una expresión de tristeza cruzó sus facciones.

-Julie –dijo, haciendo ademán de apartar mi mano, pero a último momento, se detuvo.

No pude evitar notar el paso que dio en mi dirección, quedando increíblemente cerca. Me encontraba demasiado afectada por él, pero no sabía qué demonios hacer con mis sentimientos, sobre todo ahora que Owen había regresado a la imagen.

-Lo siento –susurré y es que, siempre iba y le hacía daño. Era yo quien lo hacía. Él no. Él nunca.

Entonces, Hunter llevó sus manos a su desordenado cabello y soltó un suave suspiro.

-Ya no sé qué decirte, Julie –dejó salir.

Hice una mueca. Me gustaba cuando me llamaba Julie Anne. Cuando lo hacía, significaba un millón de cosas. Cuando no, era porque estaba enfadado, dolido, herido, en fin. Cosas que eran mi culpa, como siempre.

-Debes entenderme, Hunter –supliqué, pasando mis manos por mi cabello, en un gesto nervioso. A pesar de todo, me asustaba muchísimo perderlo, porque luego de que Owen se había ido, él era el único que había sido capaz de llenar el enorme vacío que el chico había dejado-. Por favor –susurré.

-Lo hago, Julie –replicó, de inmediato-. Pero es tan difícil comprenderte. Han pasado cinco malditos años. Mi nivel de entendimiento tiene sus límites –dijo, su voz llena de frustración.

-Lo amaba –susurré, porque de alguna manera, sentía que aquella era la única explicación válida.

-¿Es que acaso no me amas a mi? –preguntó, entonces.

-Es diferente –repliqué, apartando la mirada.

Pero Hunter dio un paso más cerca, forzándome a mirarlo, de nuevo. Y es que, siempre bajaba la guardia, cuando él se encontraba a tan poca distancia. No podía evitarlo. Él sabía cómo estar dentro de mí.

-¿Cómo lo es? –exigió saber, rápidamente.

-Él fue el primero chico con el que estuve –dije, a modo de explicación.

-Ya –espetó él, apartando su mirada de mí y dándome la espalda por un momento. Lo observé, sin saber muy bien qué hacer o qué decir, hasta que él se giró de nuevo, paralizándome, apenas sus ojos encontraron los míos. Y es que, Hunter D'Angelo no tenía miedo de mostrarme sus sentimientos a través de ello. De hecho, tenía la ligera sospecha de que amaba hacerlo-. Fue tu primer todo, lo capto –dijo, de pronto dando pasos rápidos hacia mí. Se detuvo, a penas estuvo lo suficientemente cerca para que su nariz rozara la mía y su respiración rozara mis labios-. Pero, también fue el primero en hacerte llorar. El primero en herirte. Fue el primero en decepcionarte. Y el primero en dejarte –dijo, entonces.

Fue como si me hubiese clavado una daga en el corazón un millón de veces, asegurándose de mojarla con jugo de limón, para que ardiera cada vez más.

-Hunter –susurré, sintiendo lágrimas llegando a mis ojos.

Él tenía razón. Pero eso pasaba, ¿cierto? Siempre había un primero para todo.

-Sé que no soy el mejor chico de este mundo. No te digo que soy mejor que él, Julie Anne –dijo. Julie Anne. Mi corazón saltó ante sus palabras-. Pero por un demonio, haría hasta lo imposible, para poder hacerte jodidamente feliz, ¿me entiendes? –preguntó, tomando mi rostro entre sus manos. Lo entendía, perfectamente. Sabía de sobra que era así. De pronto, un aire de tensión se apoderó de nosotros y sentí la increíble necesidad de besarlo. Sentir sus labios contra los míos me hacía olvidar todo y centrarme solamente en él. Y era lo que quería, más que nada en el mundo-. Quiero besarte –soltó, entonces.

Sí. Ahora.

-Hazlo –repliqué, mis ojos comenzando a cerrarse, cuando sus pulgares se deslizaron por mis pómulos.

-No –dijo, dejándome ir y haciéndome abrir los ojos. No, Hunter-. Te amo. Voy a esperar a que estés lista para mí. A que estés lista para aceptarme. Para amarme –indicó, comenzando a alejarse.

Eso sí que no. Aquella vez, no iba a permitir que volvieran a dejarme. Ya había dejado que Owen lo hiciera y era claro dónde me había llevado. Ahora no iba a permitirlo. Porque perder a Hunter no estaba en mi estúpida lista de prioridades.

Prácticamente corrí a tomarlo del antebrazo. Y cuando comenzó a girarse, para reclamarme, me puse de puntillas y estrellé mis labios contra los suyos.

Un suave gruñido escapó sus labios, de inmediato. Y no pude evitar sonreír ligeramente, cuando sus labios retornaron mi beso.

Hunter D'Angelo tenía una debilidad.

Y esta se llamaba Julie Anne.

.-.-.-.-.

Okeeeey. Claramente nadie sabe quien es Hunter D'Angelo. Yo tampoco. Simplemente es un personaje que se me vino a la mente en un momento de inspiración y decidí meterlo por ahí. Ya les he dicho, no se hagan demasiadas ideas. Quizás en un futuro podremos sobreanalizar estos hechos :p de momento, solo tomenlo como una mini historia de solo cuatro páginas. Bai :3 gracias por los 300k leídos .3