Capítulo 9: "No quiero dejarte ir"

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Este capítulo es muy importante para mi. Y he puesto mi lista de canciones dolorosas y romanticas en Spotify, todo para poder escribirlo como se debe. Espero que puedan sentirse como Owen cuando lo lean, porque realmente vamos a ver una parte importante de él en este capítulo. Si creyeron que lo de unos capítulos antes era intenso, esperen a que lean esto. En fin, los amo lectores :3 ¡Gracias por leer!

.-.-.-.-.

Dejé el vaso caer sobre la barra, sin importarme que pudo haberse roto en mil pedazos por la fuerza que había aplicado. Sólo sabía que el dolor no se iba, incluso cuando ya estaba excesivamente pasado de tragos. Porque sí, finalmente me había dejado ir. Nada como la noche anterior. No. Dos míseros vasos no habían sido suficientes, entonces. Julie era la que había logrado que fuera suficiente. Pero ella no estaba ahí. No estaba a mi lado.

Y los seis vasos de alcohol que había ingerido, seguían sin ser suficientes.

El dolor aún estaba ahí. Aún podía sentirlo. Aún me estaba hundiendo.

Pero me sentiría mejor pronto, en cuanto metiera otro vaso de alcohol en mi sistema.

Alcé la mano y la chica que atendía sonrió, para acercarse a mí y rellenar mi vaso.

-¿Día duro, cariño? –preguntó, inclinándose sobre la barra, claramente con la intención de que su pecho quedara en mi línea de visión.

Cogí el vaso y aparté la vista, sin ánimos de oír estupideces. Estaba ebrio, pero no lo suficiente. De todas formas, no importaba que tan ebrio me encontraba, nunca me permitía a mí mismo meterme con cualquier mujer. No me permitía meterme con nadie. Porque era... no tenía importancia. Sólo necesitaba adormecer mi cuerpo de una vez por todas.

-Quizás si cambiaras un tanto la actitud, esta noche mi iría contigo –dijo, entonces y se apartó, para seguir atendiendo a sus clientes.

Bufé. No quería irme a ningún lado con ella. La única mujer con la que estaría dispuesto a irme, sería con Julie. E, incluso así, no sabía si me vería capaz de entregarme a ella.

¿Por qué?

Porque estar con alguien de aquella forma implicaba una intimidad que no me sentía capaz de dejar ir. Sólo una vez lo había permitido. Y no me arrepentía de ello, incluso cuando no fue con una persona que amaba. Porque, a final de cuentas, fue con una persona importante para mí.

Sonreí al recordarla. Pero rápidamente el dolor se apoderó de mí de nuevo y me terminé mi vaso en tres largos tragos.

Dejé salir un suspiro y cerré mis ojos, intentando imaginar el rostro de Julie. Porque en aquel momento, sabía que sólo ella tendría la capacidad de acabar con mi dolor. O, al menos hacerlo más soportable.

Saqué un par de billetes y los lancé sobre la barra, poniéndome de pie y tambaleándome, mientras me dirigía a la puerta de salida.

Necesitaba a Julie.

Pero eran las tres de la mañana y la posibilidad de encontrármela era simplemente nula.

Aún así, dejé que mis pies me guiaran por las calles oscuras y solitarias. Mi auto lo había dejado en algún lado, en el bar, pero no importaba. No iba a manejarlo, sabiendo que estaba demasiado ebrio como para identificar las curvas.

Pero podrías hacerlo, Owen. Cómo aquella noche. Dejarte ir sería tan fácil. Entonces todo el dolor se terminaría. Sólo tendrías que manejar el auto hasta...

No.

No podía dejar a Jessica. No quería irme sin Julie. Aquella noche tenía que sacarla de mi mente.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora