Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]

Capítulo 31: "Y tengo miedo, Jules"

-Jess dice que pasará lo que queda del día con Casper y James –dijo Julie, dejando que la punta de su dedo se deslizara suavemente por la pantalla de su celular.

Asentí, cerrando mis ojos una vez más, solo para abrirlos de nuevo, cuando sentí a Julie trepándose sobre mi regazo.

Pero gracias al cielo que no hizo ningún movimiento repentino, porque estaba teniendo un gran problema controlándome. Y Julie no lo estaba haciendo nada fácil para mí. O quizás solo era el hecho de que mis emociones estaban por todos lados, después del descubrimiento desgarrador que había hecho.

No estaba del todo seguro.

Pero de lo que si estaba seguro, era de que quería a Julie tanto que podía sentir mi piel ardiendo por tocar la de ella. Y mis manos, necesitando deslizarse contra ella.

Y...

-Owen –el susurro de Julie ingresó por mi oído, causando que un escalofrío recorriera mi espalda.

-¿Hmm? –murmuré, completamente distraído con sus rodillas, a cada lado de mis piernas. Y su cuerpo, perfectamente presionado contra el mío.

-Te amo –dijo, entonces, su rostro posicionándose frente al mío, mientras sus ojos se hundían en los míos.

Aquella no era la primera vez que Julie me decía aquellas palabras. Pero sí era la primera vez que tenían un completamente diferente significado.

Estoy aquí para ti.

Te comprendo.

No me voy a ningún lado.

Y diablos, la amaba también.

Más de lo que podía comenzar a explicar. Era de locos, sin embargo, lo más real y sincero que tenía en mi vida, en aquel pequeño instante.

-También te amo –repliqué, en un susurro y sin ningún tipo de esfuerzo. Y es que amar a Julie era así. Completamente natural y algo que sentía que había nacido para hacer, durante el resto de mi vida. Ella sonrió, sus ojos destellando ligeramente-. Pero realmente creo que deberíamos salir, o algo-. Agregué, inevitablemente.

Y es que, solo hacía falta un pequeño movimiento por parte de Julie, para que perdiera por completo el control y la hiciera mía, finalmente. No sería justo, que aquel momento se viera opacado por la realidad que había descubierto recién.

Los ojos de Julie se clavaron en los míos. No pareció molesta por mis palabras. De hecho, lució bastante intrigada.

-¿Por qué tienes tanto miedo de...? –comenzó a preguntar, pero dejó la pregunta a medias, viéndose que era bastante fácil de comprender lo que quería saber.

Sentí mi corazón detenerse por un segundo, al oír sus palabras incompletas. Y dejé que mis manos cayeran sobre sus muslos. No seguía completamente apoyada en mí. Ahora estaba sentada, jugando con sus dedos nerviosamente, delante de ella.

Y necesitaba sentirla, o tocarla, más bien. Porque diablos, ya la sentía en todas partes. Especialmente allá abajo. Y, claro está, estaba haciendo un esfuerzo sobrenatural para mantener mi cuerpo sereno cundo estábamos por tener una conversación bastante seria.

Además, no me quería alejar. No me sentía capaz de decirle lo que estaba por decirle, sin sentirla entre mis manos, donde quería que se quedara, para siempre.

-Porque significa tantas cosas para mi, Jules –admití, cerrando mis ojos, de modo que me sentía un tanto más protegido de su mirada-. Sé que actualmente solo es sexo sin sentido, para la mayoría de personas. Pero para mí no lo es -intenté explicarme lo mejor que pude-. Y no estoy diciendo que será sin sentido para nosotros. Me refiero a que... -intenté, pero me detuve, por un breve momento, de modo que mis ojos se volvieron a abrir y pude encontrar los de ella. Ella me miró, tranquilamente, sus ojos sin dejar los míos, mientras alzaba las cejas, instándome a continuar-. Hay tanta vulnerabilidad cuando estás con alguien, de esa manera. Ven quien eres realmente. Y tengo miedo, Jules –confesé, tragando saliva, en un intento por liberar mi garganta, que se sentía como si estuviera completamente cerrada-. Miedo de que veas quien soy realmente y que no quieras verme nunca más –finalicé.