Capítulo 18: "Sólo te necesito a ti"

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Encontrar a James resultó ser un reto mucho más difícil de lo que creí. Aquel chico se había metido en Dios sabía dónde. Temía lo que iba a encontrar, pero esperaba que le hubiera servido para olvidar a Mackenzie por al menos algunas horas.

Luego de reportarme con Ty y contarle sobre el increíble ridículo que había hecho Titán, le pregunté por mi mejor amigo. Y fue así como me encontré a mi mismo caminando entre los pasillos más internos del local, acercándome a los cuartos.

Nunca había estado ahí, realmente. Y habría deseado nunca tener que pasar por aquel lugar. Pero tenía que encontrar a James y llevarlo a casa, ahora que eran cerca de las cuatro de la mañana.

Intenté ignorar los extraños sonidos que provenían de detrás de las puertas y me encaminé directamente hacia la última puerta del pasillo, donde se suponía que James debía encontrarse, después de todo, ahí decía Ty que las chicas lo habían llevado.

Llegué ante la puerta y rogué a todos los cielos que no entrara para ver algo que nunca en la vida podría sacar de mi mente. Entonces, finalmente abrí la puerta y tuve un minúsculo segundo para prepararme mentalmente para lo que sea que iba a encontrar. Sin embargo, al final resultó que no necesité de ese minúsculo segundo, porque James estaba profundamente dormido, enredado entre las sábanas de la enorme cama de matrimonio y sólo.

Fruncí el ceño. Seguía con la ropa puesta y no parecía haber señales de que algo distinto había sucedido en el lugar. ¿Qué había sucedido? Había creído que James finalmente buscaría olvidarse de Mackenzie acostándose con otra chica, pero aparentemente, él no había tomado aquella decisión.

Me encogí de hombros. Quizás era lo mejor, a final de cuentas. Porque así no sentiría ninguna clase de remordimiento si es que Mackenzie llegaba a regresar.

Me dispuse a acercarme a él, pero me detuve cuando una pequeña risita me llegó de la esquina de la habitación. Giré mi rostro hacia ahí y me di de bruces con la mirada de las dos chicas que habían estado con James. Diablos. Justo lo que no quería. Comencé a buscar la manera de librarme de esa sin que se me acercaran, pero fue demasiado tarde, porque una de ellas ya estaba haciendo su camino hacia mi.

-La leyenda Jackson ha vuelto –murmuró, sus pasos lentos logrando que mi corazón se acelerara. Sin embargo, no era algo bueno aquella reacción-. ¿Será hoy el día en que finalmente decidas darnos una oportunidad a Kassandra y a mí? –preguntó, entonces. Sus pies descalzos dejándola frente a mí. Demasiado cerca.

Las hermanas Korsakov, gemelas. Aquellas que ningún hombre escapaba cuando le echaban el ojo encima. Ningún hombre, a excepción de mí. Pero eso había sido ya bastante tiempo atrás. Y mi opinión siempre sería la misma. No quería dejar ir aquella intimidad que había cuando te acostabas con alguien, no con cualquier persona. Sólo había sucedido una vez. Una vez de la que no me arrepentía. Pero no había vuelto a estar dispuesto a ello desde entonces. O bueno, hasta ahora. Porque una parte de mi se sentía extrañamente dispuesto a dejar ir esa intimidad, por Julie.

Diablos. Realmente estaba perdiendo el juicio.

Regresé a la realidad cuando sentí la mano de Karla deslizándose por mi pecho, peligrosamente hacia abajo. Rapidamente la tomé, con la mía y la alejé de mí.

-Hoy no será el día, Karla –dije, dejando ir su mano.

Ella refunfuñó, pero sonrió ampliamente un segundo después. Entonces, se inclinó más cerca y dejó un más o menos largo beso en mi cuello.

-Tú te lo pierdes –susurró en mi oído, antes de apartarse lentamente y mirarme con malicia.

Ella no tenía idea. No tenía idea de que aquello no me afectaba en lo más mínimo. De que sólo quería que fuera Julie la que intentara seducirme de aquella forma. Sólo ella y nadie más que ella.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Where stories live. Discover now