Capítulo 6: "Julie"

11.7K 1.2K 130
                                    

Ya eran las dos de la mañana y yo seguía sin poder dormir. Sabía de sobra porque no podía hacerlo. Y sabía de sobre qué ayudaría a que se terminara aquel martirio, pero mi cuerpo se negaba a dejarse vencer por aquella necesidad. La necesidad de terminar con el dolor que me ocasionaba la familia que tenía. O mis padres, más bien.

El dolor que me ocasionaba saber que probablemente iba a terminar como mi padre. Sólo, porque él realmente lo estaba, sin importar que mi madre estuviera a su lado. Amargado. Triste. Sin una razón importante para vivir.

Necesitaba quitar el dolor de mi interior. No podía soportarlo más.

Me puse de pie y comencé a caminar antes de que mi cuerpo se acostumbrara a estar parado de nuevo. Ignoré el mareo que se apoderó de mi cabeza y continué caminando por el pasillo, hacia las escaleras.

Necesitaba un maldito trago que acabara con el dolor. Que me hiciera olvidar. Aunque, sabía de sobra que no guiaría a eso. Al principio, quizás sí, pero después sería mucho peor.

No importaba. Daría lo que fuera por unos míseros minutos de tranquilidad.

Entré a la cocina y me precipité hacia el gabinete más alto. Ese que sólo mi padre sabía que existía. Ese que él mismo creía que yo no conocía. Bufé. Era un verdadero idiota. Pero yo lo era aún más. E, incluso cuando no quería aceptarlo, sabía que cada vez que abría ese maldito gabinete, me encontraba un poco más cerca de convertirme en él.

De todas formas, en ese momento no importaba. Sólo necesitaba terminar con la ansiedad. Con la ansiedad que ahora estaba comenzando a convertirse en... dolor.

Saqué la primera botella de vidrio que encontré y me serví el contenido en un vaso cualquiera. Intenté mantenerme lo más silencioso posible, pero no me estaba ayudando demasiado la desesperación.

Hasta que tuve el líquido ardiente bajando por mi garganta. Solté un suspiro. Y mis ojos se cerraron. Sentí mi cuerpo comenzar a relajarse al saber que finalmente obtendría sus minutos de descanso.

Me tomé todo el contenido de vaso en unos cuantos tragos y comencé a servirme un trago más. Después de todo, un solo vaso no iba a ser suficiente, no cuando mi cuerpo se había acostumbrado ya al alcohol. No cuando llevaba cerca de cuatro años refugiándome en aquello.

Volví a cerrar mis ojos cuando el contenido del segundo vaso pasó por mi garganta. Ya podía sentir mi cuerpo adormeciéndose y relajándose. Me apoyé contra el repostero y tomé un trago más largo. Sólo un poco más. Y finalmente estaría todo mejor.

No me alegraba lo que estaba haciendo, porque sabía de sobra en quién me estaba convirtiendo, pero no podía evitarlo. No cuando el dolor ya había comenzado a crecer. No cuando era lo único que terminaba con mi martirio diario. Habían pasado tres semanas desde la última vez que tomé un trago. Mis padres regresaban y todo se venía abajo de nuevo.

Esperaba que se volvieran a ir pronto. Incluso cuando aquello le dolía a Jessica. Mientras ellos estuvieran lejos, no correría el riesgo de que ella descubriera quienes realmente eran.

Observé el vaso aún entre mis manos. Aún no estaba perdido en los mares del alcohol y el dolor estaba ahí, creciendo lentamente. La ansiedad ya no estaba. Pero el dolor la estaba reemplazando rápidamente. ¿Por qué yo tenía que haber nacido en una familia como aquella? ¿Por qué mi hermana tenía que haber nacido en una familia como aquella? ¿Por qué no podíamos ser simplemente los dos? Yo podría hacerla feliz en algún otro lado lejos de aquellas dos personas que se hacían llamar nuestros padres.

No, Owen. No podrías. Porque dependes de ellos. Dependes de su dinero.

Después de todo, no estás estudiando aún. Te estás tomando un año, que ya está por terminar. ¿Y luego qué?

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu