Capítulo 12: "Y yo me iba a perder"

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Una parte de mi no quería dejar ir a Julie aún. Y la otra sabía de sobra que ya era el momento de hacerlo. La había tenido para mí desde la madrugada hasta ahora. Y Jessica iba a levantarse en cualquier momento, leer mi mensaje y exigir saber porque aún no regresaba a recogerla.

Aún así, no podía evitar manejar a paso de tortuga. Literalmente llevaba cerca de media hora dando vueltas por la vida, intentando no llegar a la casa de Julie nunca. Y sabía de sobra que ella se había dado cuenta, pero la pequeña sonrisa no desparecía de sus labios y su mano seguía sosteniendo la mía.

Y era como si estuviéramos juntos. Era perfecto y no había algo que quisiera más en la vida. Pero claramente tenía que terminar, por lo que finalmente entré en la calle en la cual estaba la casa de Julie. Y me estacioné frente a su casa, aún reacio a dejarla ir.

No apagué el motor porque para ello habría tenido que soltar su mano y realmente no me sentía dispuesto a hacerlo. Así que simplemente me mantuve en mi lugar, esperando a que alguno de los dos se atreviera a decir algo.

El silencio parecía estar gritándome en los oídos. Había tantas cosas que quería decir, pero que no me atrevía a dejar salir.

-Creo que ya debería irme –Julie dijo, finalmente-. No quiero retrasar tu día con Jess –agregó.

Asentí y logré girarme hacia ella, alzando nuestras manos aferradas y llevando el dorso de la suya hacia mis labios. Dejé un beso sobre su dorso y cerré mis ojos mientras lo hacía. Porque de ese modo, podría imaginar que eran sus labios los que rozaba realmente.

-Gracias, Julie –susurré, dejando que mis labios siguieran rozando su piel, pero abriendo mis ojos para poder mirarla-. Por hoy, por anoche. Por todo –murmuré. Me mordí el labio, intentando refrenar lo siguiente, pero no lo logré-. Eres como mi ángel guardián –finalicé.

Sus mejillas se tiñeron de rojo y sonrió. Entonces se inclinó hacia mí y dejó un beso en mi mejilla, su mano libre posicionándose en la otra. Y pudo haber sido un beso de verdad. Nuestros labios uniéndose. Pero no lo era. Y sabía que muy pronto iba a dejar de ser suficiente un beso en la mejilla.

-Gracias a ti –susurró, separándose lentamente-. Te veré pronto, Owen Jackson –agregó, finalmente dejando ir mi mano y saliendo del auto demasiado rápido para mi gusto.

Pero estaba bien. Porque si no lo hubiera hecho, probablemente hubiera salido corriendo tras ella. Un resoplo escapó mis labios cuando la vi cerrar su puerta detrás de sí.

Miré al frente y dejé mi frente caer contra el timón, cerrando mis ojos.

Julie entraba en mi mente de inmediato. Ya prácticamente la tenía grabada en mi cuerpo entero. Me alcé, de pronto teniendo la idea más estúpida y precipitada de mundo. Estaba loco y probablemente Julie iba a mandarme a volar cuando lo descubriera, pero no importaba. Quería tener a Julie grabada en mi ser de todas las maneras posibles. Y hacerme un tatuaje que me recordara a ella no parecía la peor idea de todas.

Sonreí ampliamente y finalmente comencé a manejar hacia mi casa.

Saqué mi celular de mi bolsillo un segundo y revisé la hora. Aún eran las nueve y media de la mañana. Y probablemente tuviera un poco de tiempo para ver a James, antes de que Jessica se despertara.

Rápidamente guardé mi celular y aceleré, en dirección a la casa de mi mejor amigo. Después de todo, de alguna forma le debía una explicación por haber salido corriendo de su casa el día anterior. Me había dejado algunos mensajes y tenía un par de llamadas perdidas suyas, pero no había tenido oportunidad de revisarlo bien.

Primero porque había estado increíblemente pasado de tragos. Y después porque había estado completamente perdido en Julie.

En menos de diez minutos estuve estacionado frente a su casa y me bajé, dirigiéndome hacia el garaje, que nuevamente estaba abierto y donde él se encontraba, trabajando en su auto una vez más.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Where stories live. Discover now