Capítulo 41: "Se ha acabado para mí"

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No tenía que hacerlo. No tenía que llamarlo, porque vamos, Jess ya me había dicho que lo había intentado un millón de veces. Aún así, se sentía mejor que sentarse ahí y no hacer nada.

Pero, la decepción era grande, cada vez que la llamada se iba de frente al buzón de voz. Ni siquiera la voz de Owen me llenaba, ahí. Porque él no era uno de esos chicos que esperabas que modificaran su contestador, con uno en el que ellos hablaban. Simplemente hablaba una grabadora, que decía en una voz increíblemente irritante: deje su mensaje en la casilla de voz. Y luego sonaba beep y yo gruñía, frustrada.

Estaba intentando enfocar toda mi atención en aquel enojo. En no pensar en el dolor. El miedo. El temor de que Owen hubiese tomado una decisión terrible.

Y sería mi culpa. Si él había... no.

No quería ni pensarlo.

-Yo pienso que deberíamos calmarnos y buscarlo –sugirió Collin, pasado un momento.

Pude darme cuenta de que Jess se sobresaltó, ligeramente, cuando él habló. No la culpaba, las personas usualmente se olvidaban de que él estaba en la habitación, porque siempre solía estar callado. Nunca hablaba más de lo necesario. De hecho, las pocas veces que él había bromeado sobre algo, era cuando quería fastidiarme la existencia. Entonces sí que se confabulaba con mis otros hermanos, para hacerme sonrojar con todas sus tonterías.

-Podemos hacer eso –dijo Callum, entonces, regresando de la cocina.

Levi había logrado tranquilizar a Jess, luego de que prácticamente se había vuelto loca, en cuanto me vio. No podía reclamarle nada. Tenía derecho a estar enfadada conmigo. Después de todo, por mi culpa ahora Owen estaba desaparecido. Y Jess amaba a Owen más que a nada en el mundo. Lo protegía, incluso cuando él mismo no se daba cuenta de ello. Y en aquel momento, yo era quien había arruinado todo para él, viéndolo desde su punto de vista, claro está.

Jess aún no sabía del todo la historia de mis hermanos. No sabía cómo había perdido a Trent. Hasta donde ella sabía, Trent había fallecido en el accidente también.

Así que no podía reclamarle el hecho de que había saltado a gritarme, en el momento en que me vio llegar al último escalón.

Si lo pensaba bien, se sentía injusto que no le hubiese contado aquella parte de la verdad a Owen. Pero él tampoco me había contado su parte de la verdad. Estábamos a mano. Sentí la necesidad de reírme, ante mis pensamientos. Eran dos secretos demasiado grandes como para contarlos así nomás. Ambos tenían la capacidad de dejar asustado al otro. Es decir, entendía por qué a Owen se le había hecho difícil contármelo. Lo que había intentado hacer.

Y diablos, esperaba que él hubiese entendido también lo difícil que era para mí que alguien más supiera sobre la muerte de Trent.

No era algo que contabas así nada más.

Sobre todo, cuando era una persona que apenas y comenzabas a conocer. Es decir, estaba completamente segura de lo que sentía por Owen y, también lo estaba sobre lo que él sentía por mí. Pero, incluso cuando se sentía como mucho más tiempo, como si nos conociéramos de toda la vida, apenas y nos conocíamos hacía un mes.

Y, ni siquiera. Ni siquiera nos conocíamos un mes.

Fruncí el ceño, al darme cuenta de aquel hecho. Se sentía como si lo conociera una eternidad. Y diablos... había dejado que él... nosotros habíamos... ¿cómo me había dejado llevar por él, tan malditamente rápido?

Estaba enamorada. Demasiado enamorada de él. Y había visto el tiempo pasar corriendo, frente a mí, cuando solo habían sido algunos días.

Era de locos.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Where stories live. Discover now