Capítulo 44: "Solo hacía falta eso"

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-Hola, Trent -susurré, jugando con el pasto frente a mí-. Hola, Trev -continué, saludando a ambos de mis hermanos.

El cementerio nunca iba a ser mi lugar favorito, pero debía ir si quería estar al menos un momento con ese par. No es que lo hubiera hecho, sin embargo, en los pasados dos años. De todas formas, ahora si lo estaba y eso era lo que importaba.

Trent y Trevor sabrían y entenderían porque no había aparecido antes.

Observé las dos lápidas, una al lado de la otra y tuve que apartar la vista, porque no se me hacía fácil verlas. Saber que era cierto. Si no las veía, se sentía como si ambos estuvieran simplemente en un viaje largo, del que algún día lograrían regresar.

Cualquier hubiera pensado que realmente estaba hablando con alguien más -y lo estaba haciendo, o algo así-, pero claramente, no iba a recibir una respuesta.

Nunca.

Aun así, me daba algo de paz saber que estaba comunicándome con mis hermanos. Los extrañaba, muchísimo.

La noche del accidente aún me perseguía en mis sueños. Y el día en que Trent se fue, también. Ambos lograban deslizarse en mis sueños, frecuentemente. Y me despertaba, bañada en sudor frío por el terror y llorando por el dolor. Llorando y deseando. Deseando que aun estuvieran ahí, conmigo.

-Estoy perdiendo la cabeza, chicos -dije, riéndome suavemente, causando que las lágrimas en mis ojos se derramaran por mis mejillas-. ¿Recuerdas ese día en que me dijiste que me enamoraría estúpidamente de un chico que me cambiaría, pero no en una mala manera? -le pregunté a Trent. Esperé, como si él hubiera estado contestándome-. ¿Recuerdas que me reí y te dije que solo dejaría que eso sucediera si él era como los chicos de mis libros? -pregunté, entonces-. Pues, mala suerte que no estás aquí para patear su trasero, como dijiste que lo harías -finalicé.

Quería que él estuviera ahí y pateara el trasero de Owen. Y que actuara todo celosos sobre el hecho de que había un chico detrás de mí. Porque él siempre había sido de aquella forma, incluso cuando nunca había tenido a un chico detrás de mí. No como Callum, Levi y Collin. Ellos amaban el hecho de que me había vuelto ligeramente rebelde y loca.

-Trevor, mi niño pequeño -dije, entonces. Sonreí, sabiendo que, de haber estado frente a mí, probablemente me habría dicho que me callara y no le dijera de esa forma, porque era mayor que yo-. Técnicamente, aun tienes quince años -comencé de nuevo, pero me detuve-. De acuerdo, de acuerdo. Prácticamente dieciséis -me corregí-. De todas formas, tú habría sabido qué hacer, donde buscar. Un buen misterio, algo que siempre has amado -susurré, manteniendo mi vista fija en mis manos, aun jugueteando con el pasto y arrancándolo, cada cierto momento. El pasto no tenía la culpa de mi miedo y mi enojo, pero no podía evitarlo, realmente-. Tengo tanto miedo de que haya hecho algo que no debió hacer -susurré.

No expliqué más, porque suponía que no era necesario. De todas formas, de alguna manera ellos podrían saberlo. No es que me lo fueran a decir, claro está. Me quedé en silencio, un momento, intentando pensar. Tenía que haber algo, lo que sea, que me dejara saber donde buscarlo. No estaba con Mackenzie, ni James, sus mejores amigos. No estaba con Casper, su primo. ¿Entonces con quién?

Abrí mis ojos como platos.

-Pero, ¿Por qué diablos estaría con ella? -pregunté, en voz alta. ¿Con su madre? ¿Por qué habría donde ella, si le había hecho tanto daño y lo había hecho vivir un engaño, toda su vida?-. Supongo que no perdemos nada intentando -susurré, entonces. Me puse de pie, sonriendo-. Gracias -murmuré, para mis hermanos, antes de dirigir una última mirada a sus lapidas, para finalmente correr de regreso a la casa de James, donde suponía que todos seguían esperando mi retorno.

Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]Where stories live. Discover now