Simplemente, Julie (Clichés 2°) [EN CORRECIÓN]

Capítulo 7: "La iba a necesitar"

Ay :3 nunca voy a cansarme de escribir de este chico. Y gracias a Dios, cuando se termine la novela, tendré la oportunidad de escribir sobre él en otra historia :o sii, ya sabrán en algun punto, pero de momento, disfruten del Owen actual :3

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Eran las seis de la mañana. Y no importaba mucho que no había conseguido dormir más de dos horas. Me importaba bien poco, sinceramente. Tenía que llevar a Jessica y a Julie a la escuela. Si, Julie se había quedado a dormir en día de escuela, por eso probablemente Jessica había estado asustada de lo que pensaría mamá al respecto.

Pero claro, nuestra madre estaba aún dormida en su habitación. O quizás había salido muy temprano, si es que había logrado escabullirse lejos de nuestro padre.

Sacudí la cabeza.

Julie.

Julie.

Julie.

Sonreí. Pensar en ella me ayudaba. Y era completamente de locos, pero era la verdad. Y no podía evitar pensar en ella cuando lo necesitaba.

La necesitaba a ella.

Me puse de pie y tomé la ducha más rápida de la historia. Me puse mi usual pantalón negro, un polo gris, un suéter que me quedaba bastante grande en las mangas y salí de mi habitación, aún secándome el cabello con mi toalla.

Pero me detuve cuando la puerta de la habitación de mi hermana se abrió y de ella salió una también recién bañada Julie.

También estaba secándose el cabello con una toalla y tenía puesto un pantalón de jean y un suéter que le quedaba excesivamente largo. No es que me estuviera quejando, realmente lucía tierna. Lucía hermosa.

-Buenos días –me saludó, bajando la toalla de su cabeza, sus mejillas sonrojándose ligeramente.

-Hola, Julie –repliqué.

Amaba decir su nombre. Y estaba bastante seguro de que llegados a ese punto, ella tenía que haberse dado cuenta.

Ella me observó un momento, sin moverse. Y al siguiente segundo, se acercó para rodear mi cintura con sus brazos.

Decir que mi corazón se volvió loco era por completo, una mentira. Mi corazón parecía ser una montaña rusa de emociones que no paraba de subir y bajar. Mis brazos se movieron por voluntad propia hasta estar rodeando a Julie por completo y apoyé mi mejilla en su cabeza.

Suspiré. No me importaba lo que Julie pudiera pensar al respecto de mi suspiro. Sólo me importaba no dejarla ir nunca. Pero claro, no podía realmente hacer eso, así que simplemente la dejé ir, luego de que pasaron unos segundos.

Le mostré una sonrisa y recogí mi toalla, que en algún punto que yo desconocía completamente, se había caído.

-Las dejaré en la escuela –dije, porque no sabía qué más decir-. Así que las esperaré abajo.

Julie asintió.

-Le diré a Jess –contestó y volvió a meterse en la habitación de mi hermana.

Me quedé exactamente donde estaba por un largo momento, intentando tranquilizar mí acelerado corazón y rogando que las cosas siguieran tan bien como estaban yendo. Pero las cosas nunca iban bien cuando mis padres aparecían en escena. Así que estaba esperando que los daños no fueran demasiado dolorosos.

Después de todo, podían guiar a lo que había sucedido aquella noche.

No. Saqué el recuerdo de mi mente y finalmente hice mi camino hacia el piso inferior. Dejé mi toalla en la lavandería e hice mi camino hacia la cocina.