Seda y d'rkstyl. Parte IV

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El brutal golpe de aquel guantelete de cuero recubierto de sólidos remaches metálicos logró lo impensable: que Rowz Khrimsn "La Mano de Macha" pusiera una rodilla en el suelo. Las gradas estallaron en un eufórico rugido seguido de un silencio expectante al ver que el talón del joven Klay Fohrem'n, armado con una cuchilla falciforme de unos 15 centímetros, descendía fulgurante sobre la espalda de la aparentemente indefensa gladiatrix.

Nada más lejos de la verdad. Sin señal alguna de los efectos del golpe, Rowz esquivó la letal patada, que le habría perforado un pulmón, al levantarse y, al mismo tiempo, girar sobre su propio eje; de forma simultánea, la gladiatrix levantó el puño sobre su cabeza para estamparlo contra la expuesta quijada de su joven rival, quien, al instante, se tambaleó hacia atrás sobre piernas inseguras.

A pesar de su juventud, Fohrem'n no era ningún novato; en el año y medio desde que había salido del luthus ya era todo un veterano que se había enfrentado con toda clase de rivales, desde poderosos oruuk, hasta ágiles aelfs y nunca había perdido una pelea, mucho menos una de phistiana, su especialidad.

Ahora, sin embargo, ni siquiera era capaz de sacudirse el aturdimiento que impedía a sus ojos enfocar el blanco y que hacía que sus piernas temblaran como los gelatinosos tentáculos de una medusa de río. De no haber sido porque la magia estaba estrictamente prohibida en la arena, incluso bajo pena de muerte, el joven gladiatrox habría sospechado que su oponente había empleado algún tipo de hechizo para dejarlo en tan lamentable estado, pues era obvio que el puño de Rowz había golpeado mucho más que hueso y carne.

Un milagroso reflejo, producto de horas y horas de entrenamiento, lo salvó del talón armado con la letal cuchilla que buscaba su yugular y mientras su intento de contrataque se perdía en la nada, el rápido puño de su rival lo impactó con un cruzado de izquierda directo al mentón, seguido por un fulgurante gancho de derecha que perdió por milímetros su hígado, pero que, aun así, lo hizo doblarse sobre sí mismo.

Al instante, las delicadas pero poderosas manos de Rowz lo sujetaron de la muñeca derecha y de la capucha de cuero acojinado que protegía su cráneo de golpes que pudieran terminar la pelea demasiado rápido, pero sólo para mantenerlo en posición mientras tres veloces y potentes rodillazos hacían pedazos su nariz y su pómulo derecho, dejándolo inconsciente.

Todo había acabado, el joven Klay Forehm'n, orgullo del luthus de thouctor Iorsh Ksius, yacía noqueado en la arena, mientras una altiva Rowz Khrimsn paseaba sus ojos violeta alrededor de la galería y luego los posaba en el palco sur, a la espera de que lore Arcthorios Pnthrakon emitiera su sentencia.

Ninguna mano se alzó en señal de clemencia, ninguna mujer levantó un pañuelo blanco en busca de misericordia, al contrario, no bien Rowz alzó su puño triunfante, la multitud lanzó un estremecedor rugido, seguido de un coro gritando "¡qiru, qiru, qiru!", palabra en antiguo saxlish que significaba simplemente "muerte".

El reclamo de su pueblo sediento de sangre arrancó un fugaz gesto de desprecio por parte del emperador, quien, sin poder evitarlo, tuvo que levantar el pañuelo rojo que les concedería su deseo. Al instante, el puño que recién se había levantado en señal de victoria, descendió fulgurante sobre la nuca del aturdido gladiatrox, cuyas vértebras emitieron un tétrico crujido al ser prácticamente pulverizadas por el golpe, causándole una muerte instantánea.

Un salvaje rugido de alegría se alzó de entre la multitud, que de inmediato comenzó a corear "¡Rowz, Rowz, Rowz!", mientras ésta se pavoneaba dando su vuelta triunfal alrededor del redondel, orgullosa no de los vítores, sino de la púrpura sangre que escurría de su nariz, sus labios reventados, la ceja derecha y el pómulo izquierdo, además de varios cortes de diversa profundidad en el resto de su cuerpo.

Phantasya. Trinidad de sombrasWhere stories live. Discover now