Unos pocos afortunados recibieron la oportunidad de bajar al Corredor de Oro para presenciar la salida victoriosa del "Rostro de la Muerte", entre ellos, el joven Neerhoelgr y Shai-re Zaad, quienes acudieron en representación de PRinç XSarm, luego que éste se encontraba demasiado "ocupado" en el palco de Mrrgan T' Fä, quien accedió a transferir tan especial honor a aquellos dos advenedizos con tal de mantener al príncipe a su lado.
La pequeña multitud reunida en el pasillo se deshizo en aplausos y vítores no bien la máscara en negro y carmesí refulgió, siniestra, en el interior del pasillo bajo la luz de velas y antorchas, y casi al instante se desató una pequeña trifulca, provocada por los desesperados intentos de sus admiradores por acercarse a la hermosa, y ahora victoriosa, gladiatrix.
Pero aquello iba más allá de la mera admiración y el fervor de fanáticos enardecidos. La tradición decía que embarrarse con la sangre derramada por un gladiador traía salud y buena fortuna, además, Msk O'Dehd no era un gladiador cualquiera y la sangre aún fresca en su piel, su armadura e incluso en sus armas, era considerada casi una bendición de la mismísima Trinidad.
Manos ansiosas e impúdicas se estiraron para tocar, pellizcar y acariciar la blanca piel de la joven, imposibilitada de evitar aquellos indeseables contactos a causa de la restricción impuesta por la gargantilla de oro y d'rk styl, que ataba no sólo su cuerpo, sino su voluntad y su espíritu.
Tras unos instantes de tolerancia, los cuatro D'ltax dispuestos como escolta por Thiry Zt'n hicieron retroceder a la pequeña turba, a todos excepto a una. Por alguna razón que ninguno de ellos sabría explicar más tarde, los endurecidos soldados fueron incapaces de impedir el paso de la alta y voluptuosa figura que, con una seguridad rayana en el descaro, avanzó hacia la gladiatrix.
El paso dúctil y grácil de la oruk parecía desmentir sus impresionantes medidas y el tintineo de los adornos de plata y oro que colgaban de sus ropajes le conferían una extraña musicalidad que cautivó no sólo al público reunido, sino, incluso a la propia Rostro de la Muerte, quien apenas si atinó a reaccionar cuando Shai-re se detuvo a meros milímetros de ella y, más aún, extendió la mano hasta alcanzar la máscara de madera y d'rk styl que ocultaba las finas facciones.
El pasillo entero contuvo la respiración mientras Shai-re no sólo tocaba la máscara, lo cual a cualquier otro le habría costado la mano y hasta la vida, sino que, con una delicadeza casi angelical, lograba retirar el diabólico artefacto. Ante la vista fascinada de guardias y admiradores, los rojos labios de la oruk buscaron la boca de la rubia, quien, por un pequeño instante y a pesar del hechizo de la gargantilla, pareció incluso disfrutar el más tierno beso que había recibido en su vida.
Para cuando todos atinaron a reaccionar, Shai-re y 'hoelgr ya se habían ido y nadie recordaría a ciencia cierta si habían o no estado ahí. Nadie excepto Cyan, quien, prisionera en lo profundo de su propia mente, dominada por la voluntad de Mrrgan T' Fä y aterrorizada por una presencia desconocida, fría y oscura, de inmediato reconoció la semilla de la libertad y supo que el momento al fin había llegado.
En cambio, para Rostro de la Muerte y para todos en el pasillo, fue como emerger a la realidad tras un sueño especialmente intenso y aunque sabes que soñaste algo especial, nunca recordarás los detalles que quedaron atrás, en la realidad onírica.
Minutos más tarde, con su misión cumplida, Shai-re Zaad y Neerhoelgr se reunieron con PRinç, quien, a su vez, se había incorporado al cortejo de Mrrgan T' Fä que volvía a palacio para celebrar el rotundo éxito que había sido la inauguración de la Temporada Mayor.
***
Los amplios jardines de Ka'am Halot, tenuemente iluminados por arreglos de coral-cuarzo y coral-obsidiana que amplificaban y redistribuían las luces de velas y antorchas estratégicamente colocadas, no tardaron en llenarse con la inmensa multitud de convidados a aquella nueva muestra de decadente despilfarro, con la que Deihm Mrrgan buscaba terminar de restregarles su triunfo en la cara.
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Phantasya. Trinidad de sombras
FantastikLos demonios de la guerra acechan a una Phantasya que se desmorona bajo el peso del Gran Hechizo; mientras tanto, elfos y humanos se encuentran al borde de un conflicto armado que cambiará la faz de su mundo para siempre y la Trinidad de Sombras man...