Sangre, acero y d'rkstyl. Parte IV

24 4 10
                                    

La dantesca cacofonía de sangre y muerte que se alzaba del campo de batalla opacó los tambores de guerra de los älvs, mientras Thiry Ztn, el infame "Príncipe Azul", divisó a su más reciente y más odiado enemigo, el cual, de un solo tajo, rebanaba el tendón de Aquiles de un gigante. La bestia cayó a tierra con un sordo retumbar, para luego ser acribillada por una decena de espadas y lanzas, que intentaban con desesperación acabar con aquella mole de músculo y furia antes de que pudiera volver a levantarse.

En unos cuantos segundos, el Segundo Fiana, a lomos de otro gigante, llegó hasta donde PRinç Xsarm dirigía a su pequeña tropa en dirección a donde otra de aquellas bestias, acicateada por un centenar de fä, y un grupo de D'ltax habían rodeado a Seegfrïdaslaog y varios de sus jinetes.

Espoleando a la bestia con una afilada lanza que clavaba en su cuello, dependiendo hacia dónde quisiera ir, Ztn logró que el gigante soltara un violento manotazo que hizo saltar por los aires a varios de los hombres del príncipe, quien, asimismo, recibió un "rozón" de aquel puño de la mitad del tamaño de un humano, que lo hizo rodar varios metros por el suelo.

Por mero instinto, PRinç logró incorporarse y evitar un nuevo manotazo que pasó apenas a su diestra y, en un alarde de pensamiento rápido y capacidad de improvisación, se aferró del puño de la criatura, la cual levantó la mano para ver a la "sabandija" que se había prendido de ella y justo en ese momento, el medio-elfo saltó hacia su rostro, apuñalando uno de sus ojos.

Loco de ira, el gigante se encabritó y comenzó a corcovear, tratando de sacarse de encima al peligroso "bicho", el cual aprovechó uno de los brincos de la criatura para saltar y caer, con agilidad y suerte en igual medida, sobre la plataforma que transportaba a Ztn.

-Loado sea el GRYMM por permitirme cruzar espadas contigo una vez más, camarada-

Una retorcida sonrisa desfiguró los azules labios del älv, quien lanzó un veloz tajo que buscó la cabeza de su enemigo.

-A ver si sigues agradeciendo igual cuando borre esa estúpida sonrisa de tu cara, "camarada"-

Luego de esquivar el mandoble que habría cercenado su cuello limpiamente, el príncipe contraatacó con una veloz estocada que nunca tuvo la intención de alcanzar al älv, sino a la fä que ya trataba de lanzarle uno de sus infames aguijonazos. Löwnefng era una de las pocas cosas en Phantasya que podía matar a un hada, sin embargo, la punta de la legendaria espada falló el blanco por unos milímetros, atinando, apenas, a una de las alas de la infernal criaturita.

Un zumbido de dolor y furia inundó el ambiente, mientras la fä se aferraba a la capa blanca bordada en oro de Ztn, cuyo rostro se transformó al instante en una grotesca mueca de rabia, al percibir el dolor de su "meiht".

Un grito escapó de la garganta del Segundo Fiana cuando dejó caer un tajo descendente que el medio-elfo esquivó con un rápido paso lateral; la shadosw'rd se atascó en el barandal de madera y justo cuando PRinç buscaba responder con una nueva estocada que buscaba el abdomen de Ztn, este le propinó un poderoso revés con el puño izquierdo, que lo arrojó a un lado.

Sin dar ni pedir cuartel, ambos enemigos siguieron intercambiando mandobles, mientras, a su alrededor, el campo de batalla ardía ante la mirada satisfecha de Mrrgan T' Fä, gobernante casi omnipotente de älvs y fä, cuyo corazón, negro y afilado como el d'rkstyl, se regocijaba como nunca ante el pandemonium que sus criaturas, tanto metálicas como de carne y hueso, habían creado a las puertas de Guudercoenyg.

Con un simple gesto, poco más que un ademán descuidado, la reina consiguió que más criaturas se reconstruyeran de los restos de las que antes habían sido destruidas; las únicas que se quedaban "muertas" definitivamente eran las que habían sido tocadas por las espadas del rey, del príncipe o por el marro del Gran Mariscal.

Phantasya. Trinidad de sombrasWhere stories live. Discover now