Cap. 1: Mama te cuidara

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Un día cualquiera en un sitio desconocido nos encontramos en un antiguo calabozo, la apariencia de este es decadente, las paredes de su interior parecen arañadas por una bestia salvaje. Justo en el medio del calabozo vemos a nuestro protagonista; Ethan Lafourcase. Él se encuentra durmiendo sobre cartones y harapos viejos.

El silencio de un amargo y viejo calabozo es solo interrumpido por una gotera en el techo que se hace presente cada tanto.

Ploc, Ploc, Ploc.

—¡Brrr!... F... Frío... Siento,... Tengo frío.

Como al nacer, este se encuentra sin trapos dejando al descubierto su desnudes, el frío le obliga a tratar de alcanzar algo con su mano izquierda para resguardarse del gélido ambiente, aunque para su mala suerte lo único que encuentra es el cadáver de una rata muerta. El chico se incorpora y desconoce el lugar, ¿pero en donde se encuentra?. Mira las paredes y no puede evitar sentirse intimidado, ¿encerraban a un león justo aquí?. Al observar bien nota que la puerta de la celda se encuentra bastante maltratada, aboyada y abierta. No tiene caso quedarse en este lugar así que abre la puerta y sale del lugar. Al estar en el pasillo ve algo horrible; un mar de viseras y cuerpos inertes desparramados por el suelo.

Algo horrible paso en este lugar. Las paredes están repletas de disparos, arañazos y manchones de sangre. Evade los cuerpos y emprende su camino a través de la oscuridad, ¿de casualidad se encuentran bajo tierra?.

Es un lugar enorme, con muchos lugares oscuros y herramientas brillantes y filosas que dan pavor. Al seguir caminando llega a un gran pasillo el cual se encuentra plagado de puertas. Su curiosidad fue tal que quiso abrir todas las puertas; pero todas las que quiso abrir se hallan cerradas. Cada puerta tiene una placa con códigos numéricos. El pasillo por dónde camina es angosto pero muy largo, los que habitan el sitio parecen ser numerosos ya que vio más de diez habitaciones de cada lado desde que comenzó a caminar, sin mencionar el primer piso (vio una escalera de metal pero por alguna razón le dio escalofríos solo pensar en ir por ahí). Es un lugar extraño y no parece haber nadie, por lo menos no vivo.

—¿¡Hola? —Comenta inquieto, pero no hay respuesta.

Al seguir caminando su excitación se dispara al ver un cuarto abierto. Con extrema cautela asoma la cabeza, y al ver que no hay nadie, se mete. La habitación es... macabra, la única sensación que percibe del lugar es; soledad. El suelo presenta arañazos por todos lados como si un animal viviera ahí, el colchón de la cama está en el suelo y tiene una manta que parece ser muy delgada, hay una silla de madera y un pequeño muñeco de trapo que le falta la cabeza (toma el muñeco y lo examina... tiene un olor desagradable) y como broche de oro para la habitación, hallo una nota que dice; "mamá te cuidara".

—Mamá... madres... los niños tienen madres... sí. ¿Yo tengo madre? —Aunque se esfuerce en ello, no puede recordar a su madre y eso le produce una leve jaqueca que le hace soltar la nota y el muñeco —, Rrrrgah... du-Duele.

A la distancia se ecucha algo —¡¡¡BUAAAAAAAAA!!! ¡¡¡BUAAAAAAAAAAAA!!!...

Se puede escuchar el llanto de un infante más allá a las profundidades del establecimiento, y al salir del cuarto lo pudo oír con más claridad, el llanto proviene de las oscuras profundidades del pasillo. Duda unos segundos en proseguir pero desiste cuando da por hecho que su interés por saber que sucede le ganan. Mientras que avanza la vista se le nubla y oscurece por momentos... tan raro que hasta se le proyectan imágenes en la mente,... Ya casi está en la habitación de donde proviene el llanto del bebe, pero las proyecciones en su mente no dejan de atormentarlo mostrando cosas horrorosas que le dan repulsión o más bien un cosquilleo en el estómago, como si un gusano se moviera por ahí, comiéndose sus órganos para volverse fuerte y salir.

Ya exhausto de la extraña sensación, logra llegar a la última habitación. Esta vez no se toma precaución alguna e ingresa a los interiores y se sorprende al ver lo que hay adentro. La sorpresa no fue alguna cosa espantosa, sino que... Vio a una mujer sentada en una silla consolando a un joven arrodillado que se aferra a ella. El chico en cuestión es casi igual que a él mismo, el chico tiene el cabello gris y un tatto en el tobillo con dos cifras numéricas: "Nueve, ocho".

Si agudizaras mejor la visión te darías cuenta que en verdad la mujer es un simple holograma, pero Ethan no logra vislumbrar este hecho. Al ver a la mujer reconoce el rostro de su propia mama, pero... ¿¡Por qué ese sujeto esta sobre su madre!?

De la nada desde los confines más oscuros de su mente brotan unos sentimientos extraños, pensamientos ajenos a él, estos van cargados de odio y resentimiento. Son pensamientos que hacen que pierda la cordura y hasta llegan a controlarle.

Sin poder de decisión su cuerpo avanza hacia la mujer y el infante; un hilarante dolor se presenta en su cerebro y como un cohete las imágenes volvieron. Esta vez aumentando a creces la cadencia de proyecciones, puede ver cosas espantosas:

Único...

Irreversible...

Por cada imagen que pasa este se vuelve mucho más agresivo, tan así que se rompe dos dedos de su propia mano para calmarse pero no logra volver en si aunque lo intente. Al ver que la madre sonríe, y el chico se aferra con fuerza a ella, le produce náuseas y ganas de arrancar la mano del chico con sus propios dientes. ¿Por qué? Él no era así, al menos eso sabe él... esta furia proviene de alguien más.

Enfurecido...

Sin control sobre si mismo...

Sin control sobre si mismo

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<<<Estaré bien... Solo deja matar... matar... MATAR, MATAR, MATAR... QUIERO DESGARRAR LA CARNE, ¡NO! LO NECESITO, TENGO HAMBRE, ¿¡POR QUÉ ESTOY AQUÍ!? ¡¡¡DÉJAME SALIR!!!>>>

Las voces zumban en su mente dificultando a su cuerpo responder con propiedad y las imágenes solo aumentaban en gran tamaño....

Se sintió herido, colapsado, el asco le derretía las neuronas al ver tanto horror...

Al mirar a los ojos del muchacho se ve a sí mismo, en esos ojos se proyecta un monstruo.

**************

—¡¡¡BUUUARGHH!!! —Vomita en el suelo del salón de clases y salpica un poco a otro compañero.

—¡Duag! ¡Profe, Lafourcase me vomito en los zapatos! —Se queja un alumno que fue víctima del vomito del albino.

—Lafourcas... Ve a enfermería y llama al portero para que limpie lo que hiciste...

Apenas reconoce el lugar y todo le da vueltas, solo puede ver miradas de rechazo y... se desmayó. De la nada, en los rincones del aula un chico grita; —¡Profe yo sé que tiene! —Todos voltean a verle con interés.

—¡Es su primera y dulce semana de embarazo!

Todos festejan la gracia del chico, el profesor no presta atención a la broma sin sentido, se retira del aula para buscar al portero para que se lleve al muchacho y que limpie todo.

******

Ethan se encuentra recostado en una camilla de la enfermería, duerme profundamente. Aunque no es el único en la habitación, hay otro alumno del mismo curso sentado en una banqueta junto a él mirándolo fijamente. Es un muchacho robusto y que aprieta sus puños con fuerza, ¿qué es lo que querrá?

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