Cap. 41: "Pero que linda jovencita"

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Los chicos terminaron atrapados en el segundo piso del edificio. La gente de Zachell inundo el lugar, realmente son demasiados.

Matías tiembla como gelatina, retrocede hasta chocar con Gabriel, al sentir el cuerpo de otra persona cierra los ojos y ataca con su navaja agitándola por el aire. Gabriel detiene el nervioso comportamiento de su amigo tomándolo con fuerza de la muñeca. El chico abre los ojos y se disculpa, Gabriel solo expresa un ligero gruñido.

La oleada no espera un ring o un disparo al aire, solo arremete con ferocidad hacia el pequeño grupo. Ethan y Ben atacan con sus mejores movimientos derrotando a varios chicos a la vez, el grupo de Fred hace lo mismo. Todos hacen lo que pueden, pero de verdad son muchos. Ethan no puede evitar recibir golpes, no puede esquivar libremente ya que debe defender a su hermana que esta encerrada en el medio, lo mismo pasa con el resto de los muchachos, están recibiendo una espectacular paliza mientras se defienden.

Parece ser el fin hasta que algo extraño ocurre. Una enorme ventana del lugar se rompe en pedazos y por ahí entra una figura. Es un hombre viejo y mal oliente, sus ropas están manchadas por completo de sangre y se ven rasgadas por varios lugares, también le faltan los zapatos. El anciano solo se queda parado en el lugar mirando hacia abajo.

Al oír que la gran ventana se rompe en pedazos, la multitud se detiene por un momento. Uno de los punks se acerca al viejo y le dice: —Eh viejo de mierda, ¿Cómo llegaste hasta acá?

El muchacho no recibe respuesta, vuelve a hablarle y no tiene respuesta. Harto del anciano se acerca aún más y lo empuja pero, al intentarlo no lo logra. Al tocarlo sintió como si tratara de mover una roca. Confundido mira hacia atrás y denota que todos lo miran, sintiendo que no puede dejarlo así y volverse un hazme reír lo intenta con más fuerza, ahora apoya sus dos manos en el pecho del viejo aunque el resultado es el mismo. No logra moverlo.

—Viejo de mierda... voy a... ah, ¡Ahhhhhh!

El chico chilla aterrado al percatarse de la falta de sus dos manos, al levantar los dos antebrazos solo ve sus huesos sobresaliendo de su carne roja y mucha sangre derramándose.

El viejo levántala vista y su rostro no es humano, tiene hocico como el de un perro pero con dientes aún más grandes y ojos rojizos. Parece no haberse sentido satisfecho con las manos, se acerca al jovencito y muerde la yugular de este hasta separar la cabeza del cuerpo. Luego de inspeccionar el área rápidamente mira a Jess y dice con una voz lujuriosa; "Pero que linda jovencita". Jess siente la mirada del viejo sobre si misma y de inmediato se esconde detrás de su novio. Luego de la frase perturbadora se acerca al grupo de Ethan a paso lento y pesado.

Los gritos de terror se hacen presentes en la sala. La mayoría de los punks se acercan al viejo para golpearlo y realmente no pudieron tomar una peor decisión. Al acercarse las extremidades de muchos chicos vuelan por los aires. Mientras que asesina come pedazos de carne de los cuerpos, el anciano es... ¡Un monstruo! Su cuerpo empieza a mutar, se vuelve más corpulento, sus uñas sobresalen convirtiéndose en garras como la de un oso y con ella desfigura los rostros que tenga a su alcance. Las victimas en la sala solo aumentan, ¿alguien pidió un tema Hannibal Lecter para decorar la sala? ¡Pues la tienen! Las vísceras, la sangre y cadáveres decoran el centro del salón. Las victimas ascienden, ocho, diez, quince, veintidós, treinta.

A estas alturas todos tienen más que claro que no es un simple viejito, y nadie se acerca a él, es más... todos comenzaron a correr, incluido el grupo de Ethan al notar que el viejo se acerca demasiado a ellos.

Estos corren desesperados por los oscuros pasillos, Jess va montando la espalda del sonriente Gabriel, al parecer realmente quería cargar a una chica en su espalda. A lo lejos se pueden oír los gritos desesperados de los chicos al ser devorados aun estando vivos.

Matías corre más rápido que todos y se adelanta, al ver eso Fred grita —¡Matías, te vas a perder!

—¡Chupame el culo Fred! ¡No voy a morir ahora!

—¡Gallina de mierda, veniii!

Jess intranquila mira hacia los lados y grita —¿¡En donde estamos ahora!?

Ben responde —¡No sé! ¡Este lugar era más grande de lo que parecía!

Más adelante del mismo grupo, Matías corre sin cuidado y tropieza con el cadáver de un estudiante de la Bond. Pierde el equilibrio al pisar parte del intestino delgado desparramado en el suelo y como si pisara una cascara de banana se cae manchando de sangre toda su ropa.

—¡Wacala! ¡Puta mierda! Vamos viejo, esta era la remera, era la remera para conquistar nenas, encima es blanca... —Inconscientemente gira su cabeza hacia la derecha al presentir algo.

Ethan y los demás por fin alcanzan a Matías, él esta tirado en el suelo mirando a la nada.

—¡Hijo de puta, nos abandonaste!

—Shhh...

—¿¡Qué shht!? ¡Nos dejaste!

Matías señala con su mentón hacia adelante, al pasillo que hay en frente. Hay una mujer joven comiendo el cerebro de un punk. Ella también presenta deformidades en su cuerpo, tiene seis brazos y sus piernas son demasiado largas, por lo menos dos metros de largo, al chico lo tiene sujeto con sus cuatro brazos mientras que con los otros dos mete los pedazos de cerebro en su boca. Fred se pedorrea casi hasta el punto de cagarse al ver tan horripilante escena, arrastra a Matías con él hacia el otro lado del pasillo.

Ambos muchachos hacen señas a los demás y ellos entienden el mensaje de precaución; así que muy sigilosamente pasan por ahí y continúan con su trayecto.

Matías empieza a perder de a poco la cabeza y con la mirada perdida comenta —Puta pesadilla, eso es.

Fred se cansa y reprocha —¡Cerra el culo y corre!

—Okay, Okay. Lo sientooo... ¡Por actuar como lo haría una persona normal al ver cómo le comen el jodido cerebro a algún fulanito frente a mí!

De tanto correr sin parar finalmente logran ver la salida, en los rostros de todos se puede vislumbrar una sincera sonrisa. Van a llegar hasta que Gabriel para en seco. Todos notan eso y también se detienen.

—¿¡Qué mierda pasa Gabriel!? ¡No vamos a parar para despedirnos ehh!

Gabriel da una vuelta de trescientos sesenta grados y todos pueden ver que no hay nadie en su espalda. Con el rostro pálido exclama —La chica, no está.

Los rostros de Ethan y Ben se fruncen al oír eso, ¿pero qué pasó ahora? A Matías no le importa y solo se marcha por su cuenta. Los gritos continúan en las profundidades de la fábrica, ¿estarán matando a Jess ahora mismo? 

LucisWhere stories live. Discover now