Cap.47: Niños muertos

16 4 11
                                    

La morocha se dirige a Popin y le dice; "Encárgate de los fenómenos, yo del muchacho".

El grandote exhala con fuerza y pone manos a la obra, ofreciendo una clara demostración de sus aptitudes brutas carga sin esfuerzo el pesado cuerpo muerto de la mujer arácnida sobre su hombro y jala del tobillo al viejo muerto en el suelo, a ambos se los lleva por las profundidades de los pasillos.

Ethan nervioso mira hacia los lados, ve los cuerpos muertos, la sangre, las entrañas... de repente de su boca cae un hilo de baba y su estomago comienza a gruñir. Su nariz empieza a reconocer el singular aroma de la sangre, algo que lo enloquece. Su corazón empieza a acelerarse hasta que algo más capta por completo su atención, se trata de la mujer que tiene en frente, ella quito el seguro de su nueve milimetros.

—Me gustaría oír una buena razón para que no te mate.

—¿Qué? ¡¿Pero qué!? ¿Por qué me quiere matar?

—Eso mismo quiero preguntarles a ustedes malditos desgraciados, ¿¡Qué carajos les pasa!? —Ella se aproxima a él.

Al acercarse al chico lo agarra con fuerza de la camisa y lo empuja con su cuerpo hacia la pared, el chico puede sentir los grandes pechos de la mujer rozándole, pero más llama su atención el arma que tiene apoyada en la mejilla.

—¡Yo no hice nada!

—¡Eso yo no lo sé! ¿¡Por qué arriesgarme!?

—Eh... yo... ¡aun no pude leer el cuarto libro de hush hush!

—¿¡Ah!? —Lo medita un poco y luego lo arroja al suelo —No sé qué mierda es esa.

Ethan se posiciona en cuatro patas apoyandose con sus rodillas y manos en el suelo mientras la mira con desprecio le dice —Monstruo...

—Arriba.

Él obedece y se incorpora, aun puede ver un arma apuntandole.

—No me fio un pelo de vos... ¿Y porque no te mueves raro como lo hacen los demás monstru...

En eso un ruido ensordecedor los alerta, se trata del ruido de unas sirenas de policía. ¡Oh no viene la policía! Ella enseguida lo toma del brazo y ambos corren.

—Creo que ya me tengo que ir, mañana tengo cole...

—Lo primero es irnos a la mierda de aca o vas a pasar el resto de tu miserable vida en una correccional, pendejo.

Ambos corren sorteando los cadáveres en el suelo y entre resbalones o pequeños choques en la oscuridad logran hallarse en una de las puertas de salida, al estar ahí pueden ver por una de las ventanas que la policía se acerca a la distancia. Ella hace un chasquido con su boca y cambia de rumbo.

—Vamos por atrás, ¡rápido!

Corren lo más rápido que pueden y llegan a una furgoneta grande. Ella abre la puerta corrediza y de un empujón tira a Ethan adentro y ella se mete en la parte de adelante, la de acompañante del conductor. Al volante se encuentra el grandote y al notar que su hermana esta lista hace chirrear los neumáticos por el pavimento y arranca a toda marcha. En pocos minutos se alejan del lugar y la policía poco minutos después llega al lugar.

De la primera patrulla bajan el sub inspector Benson y el ayudante Ahumada, ellos se voltean a verse y asienten, luego se encaminan a la fábrica. Al poco tiempo de entrar Benson siente que el alma se le va del cuerpo, por primera vez en su vida sus piernas no reaccionan, se vuelven débiles y temblorosas, sus labios tiemblan y sus ojos se enrojecen. Por otro lado, Ahumada se apoya en una pared y vomita la cena que su madre preparo con tanto empeño, un sano estofado de chorizo botado completamente.

Lo que provoco estas reacciones es mas ni menos la gran cantidad cadáveres de jóvenes desparramados aleatoreamente por todo el lugar. Es demasiado para los dos hombres y simplemente salen por la puerta por la que entraron tan confiadamente. Cuando un viejo vecino del barrio llamo a la comisaria para denunciar el exceso de ruido lo que menos esperaban encontrar era un mar de sangre y cosas viscosas. El rostro de Ahumada esta completamente pálido y jadea por momentos mientras trata de recomponerse. Benson solo tiene la mirada perdida y al oír el ruido de los sapos reacciona y con una voz autoritaria y gruesa le ordena a su ayudante; "Pide refuerzos, toda la maldita comisaria, todos los que esten disponibles ya mismo, departamento forense, todos, ya mismo".

Esa orden era lo que necesitaba el joven para terminar de recuperarse, de inmediato la fuerza vuelve a su cuerpo y con decisión dice —A la orden sub teniente.

En media hora muchos oficiales llegan al lugar, el otro sub inspector se posiciona al lado de Benson y con el ceño fruncido le reprocha; —Mas vale que no se trate de una estúpida ardilla atrapada en un árbol o es el fin de tu carrera Benson.

—Puede entrar y ver por sí mismo

El otro oficial saca su revolver de su bolsillo y hace entrar a dos agentes primero y luego entra él. Estando dentro los tres se arrepienten de inmediato de haber entrado y se quejan reiteradamente mientras se tapan la nariz con el brazo. Benson toma una bocanada de aire y se mete dentro. Al estar entre los tres hombres da un nuevo vistazo a los cuerpos desparramados en el suelo y comenta con una voz pesada.

—No es hora de flaquear, hay que trabajar.

El joven agente se acerca a Benson y tapandose la boca consulta; "¿¡Que significa esto sub inspector!?"

Con mucha pesades Benson inhala y exhala un aire que parece llevarse su vitalidad, su rostro se ve cansado y dice —El fin de mi carrera... eso.

La policía pasa la noche examinando el lugar y metiendo en bolsas a los muertos.

En otro lado Ben y Jess llegaron a salvo cada uno a su casa y Ethan... bueno, ya lo veremos. 

LucisWhere stories live. Discover now