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Tras una inmensa copa de helado para cada uno, y charlas mundanas, termine descubriendo el nombre de cada una, la guapa era TaeYeon, y la odiosa era, Yoona. Ambas eran hermanas de por cierto, vivían a las afueras del pueblo, y trabajaban de camareras en el único restaurante que había en toda la locación, eran agradables pero no lo suficiente como para encantarme tanto como a YoonGi, a quien tenían embelesado con sus estúpidas historias. Las cosas parecían ir marchando completamente bien, no obstante, como era de esperarse de un causa problemas como YoonGi, en un momento de la conversación el chico se quedó en silencio, mientras yo parloteaba con ellas sobre chistes y películas, ellas se reían un poco forzadas, pero solo TaeYeon me miraba con cierto deseo, al menos algo a mi favor, o eso pensaba hasta que YoonGi tuvo que arruinarlo con sus acciones, después de todo, ¿de qué me sorprendía? si ese chico era un imbécil.

- Permítanme un momento. - susurro levantándose apresurado de su asiento.

- ¿A dónde vas? - pregunte extrañado con su comportamiento.

- ¡Lo encontré! - grito entusiasmado, dejándome aún más confuso con la repentina situación.

- ¿Sucede algo malo? - pregunto Yoona mordiéndose el labio inferior un poco preocupada por YoonGi. Este salió del local con paso demandante, y se plantó en el exterior frente a un tipo que no lograba reconocer debido a la suciedad de los vidrios de ese lugar.

- Espérennos un segundo, ¿vale? - murmure corriendo fuera de allí, a ver en primera fila que era lo que pasaba.

En el exterior había un grupo de chicos que se veían a simple vista bastante peligroso, estos estaban rodeando a YoonGi quien le gritaba obscenidades a uno de ellos, el más alto, el que si mal no recordaba era quien le había robado la cartera semanas atrás, el motivo de mi mala suerte, ese estúpido chico quien no dejaba de sonreír ante las cosas que salían de la boca de YoonGi. Este último exasperado ante tanta calma lo empujo histérico, exigiéndole entre berridos que le devolviera su dinero, pero el chico solo se dejaba hacer indiferente.

- No sé de qué hablas. - musito sin perder esa expresión asolapada.

- ¡Devuelve mi cartera! ¡Maldito ladrón de mierda!

- YoonGi... - refunfuñe cruzándome de brazos acercándome sin el más mínimo atisbo de temor a ser agredido. - Podrías regresarnos su dinero y sus papeles, ¿por favor? - le pedí con una mirada fulminante. - Su presencia está afectando mi vida.

- ¡Oye! - rugió YoonGi rechinando los dientes, bastante enfadado con mi último comentario.

- ¡Cállate!

- ¿Si se la doy lo que esta pidiendo, a cambio puedo quedarme contigo? - dijo con una sonrisa socarrona tomándome velozmente de la cintura, para acercarme a su cuerpo, de inmediato volteé mi rostro en otra dirección bastante incómodo con su aliento.

- ¡Suéltalo! - grito un indomable YoonGi propinándole un puñetazo antes de que yo pudiese por lo menos defenderme por mi propia cuenta.

- ¡Bastardo! - gruño una violenta voz a mis espaldas, y escuche un ruido sordo, que me obligo a girarme; a pesar de tener a mis pies a un hombre prácticamente desmayado.

Lo que mis ojos vieron fue impresionante, YoonGi lanzaba puños y patadas a diestra y siniestra a los tres amigos del ladrón, por un momento pensé que saldría victorioso de tal batalla monumental, sin embargo, al ver que poco a poco lo acorralaban con su fuerza, dejándolo agotado, e indefenso, no pude quedarme quieto, mas sabiendo que lo lastimarían gravemente en cuestión de segundos, por ende; no tuve ni siquiera el tiempo suficiente para dudar en si debía ayudarlo o no, así que sin más remedio, salte sobre el más gordo de ellos y le mordí su hombro haciéndolo pegar un berrido de dolor. YoonGi me sonrió satisfecho, para de inmediato continuar su pelea, mientras yo seguía lastimando con mis uñas al gordito bajo mío, quien se sacudía por liberarse de mi agarre.

Le jale el cabello, y rasguñe su rostro y cada parte de su cuerpo que estuvo a mi alcance sin poder sentir un poco de remordimiento mientras lo hacía, era hasta divertido, no podía negarlo. El gordo al presenciar con dificultad como YoonGi había dejado en el piso sin aliento a sus otros dos amigos, decidió rendirse, y por fin, pude poner mis pies sobre el duro suelo de un salto, bastante contento con los resultados, ya que el líder asustado como nunca antes, con lo próximo que haría YoonGi, el cual caminaba decidido en su dirección, termino por levantarse temeroso del suelo.

- ¡Ten tu dinero psicópata! - balbució el más alto, lanzándole montones de billetes y su preciada cartera a sus pies, todos sus amigos y el, salieron corriendo dejándonos solos en medio de la calle con la mirada de los pueblerinos sobre nuestra agotada espalda.

Nuestros labios estaban sellados, no había necesidad de decir algo, solo podíamos disfrutar de la forma tan graciosa en la que esos cuatro se iban muy lejos de allí, para quizás no regresar en un buen tiempo. No estuve muy seguro en ese momento de que fue lo que me impulso a hacerlo, pero la verdad ya no importaría si lo pensara con más calma, después de todo, lo único que invadía mi mente era la dicha de saber que pronto volvería a tener mi gratificante soledad de vuelta. Quizás ese siniestro pensamiento, fue lo que me motivo a abrazar a YoonGi, rodeando su cuello con mis delgados brazos y mi sonrisa imborrable oculta en su hombro, tal vez estaba demasiado feliz por saber que pronto se marcharía de mi presencia. No obstante, algo en mi interior se removió incontrolablemente, dejándome petrificado cuando el más alto me devolvió el abrazo de una forma muy cariñosa, envolviéndome en sus acogedores brazos.



UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.Where stories live. Discover now