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A pesar de haberle dicho que todo estaría bien, aun cuando lo había consolado por un largo rato, Yoongi seguía manteniendo esa actitud distante conmigo, había intentado un poco sonreír y platicar de cosas demasiado triviales mientras desayunábamos, pero había sido en vano, ya que yo podía darme cuenta sin hacer mucho esfuerzo que algo realmente grabe estaba ocurriéndole, algún asunto que desconocía le atormentaba tanto como para perder esa alegría que lo caracterizaba; no obstante, preferí no preguntar nada al respecto, ya que estaba convencido de que me lo diría por su propia cuenta cuando él lo quisiera. Se marchó después de lavarse los dientes, dejándome en aquella estancia totalmente solo pero con un poco de dinero, que me había regalado para que comprara lo que se me antojara, lo que era casi nulo en ese instante. Así que me dedique a mantener mi mente ocupada lavando nuestra ropa, ordenando cada rincón de ese lugar, limpiando el polvo acumulado, pero cuando todo relucía perfectamente, eran más de las doce del mediodía. Me di una rápida ducha en ese espectacular baño, me arregle con lo primero que encontré en el armario que para mi sorpresa estaba lleno de ropa que al parecer era de Yoongi, y aunque me quedaba un poco grande decidí salir así a la calle, dado que realmente deseaba un poco de aire fresco.

Pasee por las calles atestadas de personas magníficamente vestidas y sin una sola arruga en su rostro, me detuve en una sencilla cafetería con estilo francés, donde tome un capuchino y un cruasán en total calma, sentado en una mesa en el exterior del local, observando mis alrededores con deleite. Al terminar me dirigí por los alrededores, deteniéndome en cada tienda que llamaba mi atención, y para mi sorpresa la noche fue llegando, acompañada por el despilfarro del dinero de Yoongi por mi parte, ni cuenta me había dado de que este se había esfumado entre mis manos. Pero no le di mucha importancia, ya que había logrado conseguir cosas bonitas que nos serían de utilidad al regresar a Cheonghack-Dong. No fue muy difícil volver por mis propios pies al hotel, puesto que me había grabado la ruta a la perfección en mi cerebro; para así no terminarme perdiendo. Camine lentamente esperanzado de que YoonGi ya estuviera de regreso en el apartamento, y poder charlar, o por lo menos quedarme un instante a su lado, y que así desahogara todo ese dolor que cargaba por dentro, pero todos mis planes se truncaron en el momento en que entre en la recepción del hotel con cierta torpeza debido al montón de bolsas entre mis manos. Donde en medio de la amplia estancia, en un sillón tomándose un café, se encontraba la madre de YoonGi. DaRium al verme se levantó de su asiento, y se plantó frente a mí haciéndome palidecer ante el odio que me transmitían sus ojos verdes.

- Necesito hablar contigo. - dijo con cierta irritación en el tono de su voz.

- Esta bien.

- Vamos al restaurante.

- C-claro. - balbucí nervioso, observando como me daba la espalda con tal elegancia que me dejaba sin aliento en cuestión de segundos.

Amablemente le pedí al recepcionista que guardara mis paquetes para no incomodarme aún más en la cena con ellos, subimos en silencio por el ascensor, y nos detuvimos en el piso 20, donde una hermosa muchacha nos recibió un poco sorprendida de ver a DaRium, - quizás porque era bastante reconocida, lo que no me era de extrañar.- esta nos condujo hasta una mesa apartada de todo el mundo, donde tomamos asiento; el uno frente al otro.

- ¿Qué desean esta noche? - pregunto la chica con una brillante sonrisa.

- Tráenos una copa de vino, nada más. - contesto DaRium inexpresiva como siempre. La chica asintió y se alejó apresurada para traer nuestro pedido, dejándonos solos. Sentía mis manos temblar sobre mis rodillas, y mi respiración entrecortarse cada vez que nuestras miradas se cruzaban accidentalmente. - ¿Entonces, YoonGi ya te lo dijo?

UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.Where stories live. Discover now