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A primera hora de la mañana, casi cuando iban a ser las ocho en punto, me encontraba completamente listo para partir a la montaña Jirisan, o algo así era como le decían, no recordaba muy bien, después de todo el pueblo tenía el nombre más extraño del mundo; Cheonghack-Dong, si, asi se llamaba el horripilante lugar en el que habia nacido.- Al igual que las ciudades de ese pequeño pueblo que estaba ubicado en lo alto de Corea del Sur, en un reducido espacio entre las cordilleras de Sobaek y Baekdudaegan. El pueblo Cheonghack-Dong, era tan diminuto que podías recorrerlo de extremo a extremo en menos de un día. De todas formas y con una mala cara por mi parte, caminamos hasta las afuera de Cheonghack-dong, con cada uno a su espalda, colgada una mochila repleta de cosas. Vagamos por las desoladas calles, a duras penas una que otra anciana que paseaba a sus perros logró darnos un cordial saludo. Subimos por un camino de tierra, que se abría espacio entre los árboles y la maleza de la dichosa montaña.

Respire profundamente, mientras rezaba en mi fuero interno a que ningún animalejo venenoso apareciera, y tuviera la mala racha de ser picado por este

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Respire profundamente, mientras rezaba en mi fuero interno a que ningún animalejo venenoso apareciera, y tuviera la mala racha de ser picado por este. Anduve apresurado pisándole los talones a YoonGi, quien tarareaba demasiado alegre para mi gusto, una melodía que desconocía, silbaba entre las nanas y a veces se movía al ritmo de su propia canción, sacándome una que otra sonrisa ante sus tonterías.

Nos detuvimos en el momento exacto en que aquella ruta se comenzó a dividir en dos extensos pedazos, poniéndome la piel de gallina ante la idea de separarnos o incluso perdernos y morir en ese aterrador bosque.

- Según lo que leí en internet y lo que dice este mapa, para llegar a la cima tenemos que tomar la izquierda. - susurro yéndose por ese lado.

- No te dijo tu mamá que todo lo que sale en internet es falso...- cuchicheé con nerviosismo tironeándolo del brazo hacia la derecha, después de todo, me guiaba por mis instintos de sobrevivir.

- Confía en mí, ¿quieres?

- Si muero será tu culpa, YoonGi.

- Relájate, nadie se muere estando conmigo. - me recordó con una sonrisa socarrona, que era un médico experto en salvar vidas, así que la mía probablemente estaba en buenas manos.

Me arrastraba sin mucho esfuerzo por los cortos pasadizos, mientras me tomaba con dulzura de la mano, aquel contacto que realizaba con tanta naturalidad, comenzaba a aterrorizarme, y para mi desgracia también a gustarme, era un revoltijo de sensaciones su minúscula caricia. Me abría paso entre los matorrales, y las espesas ramas de los árboles que parecían crecer más y más con cada paso que dábamos, después de lo que sentí sobre mi pesado cuerpo fueron horas andando, nos sentamos en una piedra gigantesca a tomar lo que según pude notar, era el almuerzo que YoonGi había preparado para los dos, en silencio comimos aquellos deliciosos sándwiches con un poco de jugo de naranja, sintiendo con esto que toda mi energía regresaba de inmediato. Respire profundamente, intentando controlar mis espantosas ideas, aquel lugar era espeluznante sin duda alguna, estaba desierto, casi nadie de Cheonghack-Dong subía a Jirisan, era prácticamente prohibido, dado que muchas personas desaparecían sin dejar rastro, y definitivamente no quería ser una de ellas, pero aquel idiota descerebrado sí.

Justo en el momento en el que el sol comenzaba a ocultarse entre las montañas que rodeaban al pueblo a la distancia, logramos llegar a la cima, sentía mi corazón acelerado en lo alto por la falta de oxígeno, y este último se descontrolo en mi interior aún más cuando YoonGi feliz como nunca antes pego un grito de victoria que resonó por todo el cielo, sonreí sin poderlo evitar, sus locuras comenzaban a gustarme más de lo que podría imaginar, su forma de ser, y su actitud tan brillante, no era tan mala después de todo.

- Grita. - me pidió entre risas, entrelazando mis dedos en los suyos, a pesar de todo el largo camino, no habíamos logrado separar nuestras manos. - ¡Grita todo lo que quieras para que me dejes dormir hoy!

- ¡Cállate! - gruñí entre carcajadas.

-¡Vamos, JiMin! -

Tome un largo trago de aire, el sudor frio corría por mi espalda, y entonces aquel dolor que cargaba en mi interior desde hacía tanto tiempo, salió al exterior en un berrido que el chico a mi lado respondió, al mismo tiempo que el eco, no recuerdo cuanto tiempo gritamos a la nada, pero fue la mejor experiencia del mundo, tenerlo a mi lado, sentir su calor y su ánimo, junto con el atardecer, uno que se quedaría por siempre grabado en mi cabeza, YoonGi se quitó aquella bufanda de colores que llevaba amarrada en su muñeca y la anudo a la rama del árbol más cercano indicando que habíamos estado allí, primero que muchos del pueblo Cheonghack-Dong.

- Deberíamos regresar a casa. - comente con una tierna sonrisa.

- Es muy tarde, vamos a buscar un lugar para armar la carpa y poder dormir. - susurro YoonGi, fresco como una lechuga con su descabellada idea.

- ¿Te enloqueciste? - chille perdiendo todo el color en el rostro. - ¡¿no leíste en internet que la gente muere aquí?!

- Desaparece. - me corrigió poniendo sus ojos en blanco ante mi resistencia. - Y si lo leí, pero esas son mentiras.

- ¡¿Y tú qué sabes?!

- Lo suficiente. Hazme caso, vamos a buscar un lugar para dormir.

- ¡Estas demente!

- Te prometí que no morirías conmigo hoy, y así será. Ahora relájate, JiMin.

Comenzó a caminar dejándome furioso en toda la cima, no quería poner un pie en medio de esa espesa oscuridad que se había apoderado de la montaña, pero tuve que hacerlo cuando YoonGi desapareció por completo de mi visión. Transitaba temeroso, ya que no vislumbraba absolutamente nada más que negrura, él tenía la linterna, y ni corto ni perezoso, me había abandonado sin la más mínima preocupación por ello, era un idiota. Hiperventile mientras escuchaba a mi alrededor voces y risas que en definitiva no eran de YoonGi, estaba alarmado, no sabía qué hacer para salvarme de aquella tortura, gritaba su nombre, rasgándome mi garganta en busca de ayuda, mientras corría desesperado por una salida. Hasta que me tropecé con lo que parecía una rama muy gruesa en el suelo, la cual me obligo a caer de bruces en medio de la penumbra.

- ¡YoonGi! - grite pero no hubo respuesta alguna.

××

UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.Where stories live. Discover now