UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.

O25

No tuvimos tiempo de hacer absolutamente nada, la supuesta sorpresa que me tenía preparada quedo en el olvido debido a su madre, y para mi desgracia no pude descansar como tanto había deseado de camino a allí. Baje escalón por escalón, con la mochila entre mis manos, Yoongi iba a mi lado con sus labios totalmente sellados, caminábamos a prisa fuera de allí, para poder alcanzar a DaRium; quien se fumaba un cigarrillo en medio de la calle.

Yoongi se notaba demasiado tenso para mi gusto, su madre con un perfil bien recto, ponía sus ojos en blanco cargada de fastidio cada vez que nos miraba, estáticos a la espera de que apareciera el dichoso auto, que al parecer nos llevaría hasta la Capital. Para mi sorpresa fue una extravagante limosina la que se detuvo frente a nosotros, mi boca entre abierta por la sorpresa le saco una sonrisa burlona a Yoongi, quien al recordar que su madre se encontraba allí fue perdiendo su estado anímico normal. El interior era acogedor, el aire calentaba mis manos heladas, no obstante; pesar de ser tan lujosa, y amplia por dentro, llena de sillas de cuero, y una mesa con comida, me resultaba bastante incomodo, quizás era el mal ambiente que causaba Darium con esas miradas asesinas que me echaba de hito en hito. Bebía una copa de vino al otro lado del espacio, mientras leía un libro que no alcance a identificar. Yoongi por otro lado, se mantenía cabizbajo observando el paisaje por la ventana, ajeno a todo lo que le rodeaba. Probablemente, por su cabeza pasaban pensamientos que yo no lograba descifrar, por mucho que lo intentara, nos manteníamos tomados de la mano, quería animarlo, ayudarlo como él lo había hecho; sin embargo, no sabía muy bien cómo empezar, además no se veía como que quisiera mantener una plática, por ende preferí darle su espacio para asimilar todo lo que estaba ocurriendo de repente.

Intenté con todas mis fuerzas dormir, pero me era imposible teniendo a Yoongi tan afligido, me preocupaba sobre manera, así que a ratos me le quedaba viendo y aumentando la fuerza de mi agarre, para así pasarle un poco de mi energía a través de nuestros dedos entrelazados, el me sonría dulcemente, a veces besaba mi frente bajo la mirada de su madre, y volvía su vista triste de regreso a la ventana.

Fue un recorrido lento debido al mal tiempo, las carreteras estaban un tanto resbalosas, pero eso no fue impedimento para lograr llegar a Seúl en la madrugada del día siguiente. A pesar de estar nevando de manera exponencial, parecía más una tormenta que otra cosa, podía ver la hermosa arquitectura de esa ciudad, los edificios se alzaban hasta lo más alto del cielo, algunos parecían hechos de puro cristal y otros estaban vestidos con colores metalizados, cada lugar al que miraba tenía anuncios de distintos tipos, letreros coloridos, y luces chillonas que me dejaban sin habla debido a su belleza. Era algo totalmente distinto a lo que estaba acostumbrado, un mundo totalmente nuevo. El auto nos adentró en lo profundo de las oscuras calles, pasamos desde las más pobres a las más ostentosas, donde nos detuvimos frente a la entrada de un espléndido hotel. Un amable hombre vestido con el uniforme respectivo, nos abrió la puerta, ayudo a bajar a DaRium como si fuera una clase de reina y nosotros la seguimos agotados con tanto ajetreó.

ㅡ Vendré por ti a las siete de la mañana, vístete lo más presentable posible, luego iremos a un restaurante a leer el testamento de tu padre. ㅡ le informo DaRium inexpresiva, casi parecía como si el haberse quedado viuda no fuera la gran cosa.

ㅡ ¿Qué le ocurrió? ㅡ quiso saber YoonGi antes de que su madre se fuera a la limosina, que la esperaba pacientemente a solo unos pasos de nosotros.

ㅡ Un paro cardiaco. ㅡ suspiro hastiada, como si se hubiera cansado de repetirle lo mismo a todos sus familiares y amigos. ㅡ Ya sabes cómo se la pasaba tan ocupado, y estresado.

ㅡ Lo sé. ㅡ asintió YoonGi frunciendo el ceño, quizás echándose en silencio la culpa por no haber podido ser capaz de ayudarlo, para evitar que aquel desastre ocurriera. Me mordí el labio inferior un tanto ansioso con el giro tan drástico que estaba tomando todo, las cosas parecían complicarse cada vez más, en especial por la actitud grotesca que DaRium tenía en mi contra, sin un verdadero motivo de por medio.