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Maratón 5/5

Gracias al cielo, no tuve que volver a verle la cara por el resto de mi día, ni mucho menos hizo el intento de aparecer frente a mí de nuevo solo para sacarme de mis casillas, estaba seguro de que sus amenazas no eran más que palabras, dado mi perfecta actuación podía poner las manos al fuego y jurar que se mantendría alejado quizás por el resto de su vida.

Un poco agotado con todo mi ajetreado día, terminé quedándome a dormir en las residencias del hospital las cuales quedaban en el edificio F, el más alejado de todos, pero debido al estado delicado de la niña en la habitación 5004, el cual era inestable tenía que mantenerme alerta en caso de alguna emergencia, la cual definitivamente no ocurrió, ya que pude dormir plácidamente en esa reducida habitación, donde la cama era tan pequeña como para caer al suelo en algún giro imprevisto de mi cuerpo soñoliento, sin embargo, descanse como los dioses.

A la mañana siguiente cuando el sol se coló por las ventanas, me dirigí al baño a cepillar mis dientes e ir por algo de comer. No obstante, en el pasillo las enfermeras y médicos a los que saludaba me daban las felicitaciones entre risas. No comprendía en lo más mínimo lo que ocurría, así que después de asearme, me escabullí en busca de respuestas la cafetería del hospital, donde todo fue de la misma manera.

— ¡Felicitaciones Doctor Park! — aplaudió fascinada la enfermera Kim al encontrarnos en la fila, ella era una de las esplendidas mujeres que trabajaba junto conmigo con algunos pacientes.

— ¿A qué se refiere, enfermera Kim? — pregunté extrañado, su cara se pasmo al verme tan confundido, y creyendo que era una broma por mi parte, rompió a reír mientras me daba palmaditas en la espalda.

— ¡Es usted el encargado de los internos de emergencias de este año!

— ¿Qué yo que? — gruñí estupefacto, perdiendo todo color en mi rostro. — ¡Yo no aplique para eso! Ni siquiera hice solicitud, es imposible que me hayan elegido.

— Qué raro, el presidente Min lo anunció por todo el hospital hace unas horas. ¿No lo escuchó?

— ¿El presidente? — repetí sintiendo como la rabia comenzaba a invadir todo mi ser. Yoongi había estado muy calmadito solo porque se traía aquella jugada entre manos.

— Además, dijo algo sobre que fuera a su oficina a recibir informes y cosas así...

— Gracias.

No me tomé la molestia de siquiera comer algo antes de andar a zancadas en dirección a su guarida, la cual tuve que preguntar a las secretarias en el primer piso del edificio A, donde se encontraba, para mi sorpresa no estaba muy lejos solo tuve que tomar el ascensor e ir al décimo piso, en el cual me encontré con una hermosa mujer atendiendo, al verme me dijo que él me estaba esperando desde hacía buen rato, puse mis ojos en blanco apenas puse un pie en ese ese escalofriante oficina. Cerré la puerta tras de mí, me plante decidió a armar la pelea del siglo con tal de no tener que encargarme de los internos, pero mi cuerpo fue perdiendo fuerza cuando aquel estúpido hombre levanto su firme mirada de los papeles en su escritorio.

— ¿Te gusto mi regalo? — preguntó dejando escapar unas risitas fascinado con mi amargura.

— ¿Qué demonios estabas pensando? — grité echando chispas por los ojos. —¡Trabajo con niños, soy un pediatra! ¡No soy cualquier clase de médico! ¡Además, tengo pacientes a los que tratar!

— ¿Tu querías seguir siendo el médico estrella de oncología? — se carcajeo como si aquello fuera demasiado gracioso, a pesar de todo ese idiota seguía actuando como un niño, sin importar la edad que tuviera.

UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.Where stories live. Discover now