OO6

6.1K 862 58
                                    

Me mantenía muy quietico en el sofá, envolviendo mis piernas con mis brazos, hecho una completa bola, mi respiración se encontraba aun entrecortada, podía aun sentir el calor del cuerpo de YoonGi sobre mi piel, su respiración tan cerca de mi clavícula, el suave agarre de sus manos tras mi espalda, pero intentaba con todas mis fuerzas sacudir mi cabeza para despejarme aquellos recuerdos, esos malos recuerdos, su aroma era igual, todo era demasiado parecido tanto que me ponía la piel de gallina, intentaba concentrarme en la película que estaba viendo desde que había llegado a la casa completamente solo, dado que YoonGi se había marchado orgulloso con las dos chicas, dado que yo me había excusado diciendo que no me sentía bien y había regresado apresurado, porque sabía, pronto comenzaría a tener un ataque, uno de esos que no tenía desde que era un niño, quería olvidar, no volver a sentir esa sensación de asco recorriendo mi interior. Quería acabar con eso que me impedía tanto vivir en paz, quería dejar de existir, agarre mi cabeza entre mis manos mientras tironeaba mi rosáceo cabello, ya dispuesto a gritar, pero la puerta del apartamento, abriéndose lentamente me detuvo de inmediato.

- ¿Qué haces ahí? - me cuestiono YoonGi con una sonrisa de oreja a oreja que me decía más de una cosa, sin necesidad de palabras. Encendió la luz de la sala de estar antes de pasar apresuradamente por la cocina a servirse un vaso de gaseosa.

- Viendo una película. - conteste secamente.

- ¿Esta buena?

- Algo... - mentí quedándome casi paralizado, cuando se sentó a mi lado; después de quitarse la chaqueta y dejarla tirada sobre el comedor.

Quise relajarme con todas mis fuerzas, ya que YoonGi era mi amigo, o eso suponía. Era un buen conocido, no me había hecho nada extraño desde su llegada, era un poco chiflado pero a pesar de ello, había aprendido en los últimos días a lidiar con su descabellada forma de actuar. Pero esa sensación tan familiar me enloquecía, me hacía querer salir corriendo y jamás mirar atrás de nuevo, quería desaparecer o romperme en miles de pedazos que no se pudiesen juntar de nuevo ni con pegamento, lo que sucediese primero.

- Fue una gran pelea. - comento de la nada distrayéndome de mis horrendos pensamientos. - No pensé que fueras tan bueno, no te ves cómo alguien muy fuerte que digamos.

- No lo soy, no soy fuerte. - masculle con mi mirada perdida en la nada. - Solo hice lo que pensé que era correcto.

- Pues, tengo de vuelta todo lo que era mío, de no ser por ti nada de esto sería posible.

- Podrás irte ahora.

- Exactamente, pero primero debemos escalar la montaña.

- ¿Ah?

- ¿Para que crees que vine a este mugroso pueblo? - inquirió enfurruñándose ante mi mirada llena de dudas.

- ¿A ligar con las pueblerinas?

- ¡Que gracioso! - farfullo con una sonrisa fingida. - Este lugar, dicen que tiene la montaña más increíble de todo el país, así que mañana iremos a escalarla y quizás acampemos allá, ¿Qué dices?

- ¿Tengo opción? - cuchichee desganado. - De todos modos si no quisiera, me obligarías a ir.

- ¡Que inteligente eres! - aplaudió orgulloso de que yo ya estuviera acostumbrado a su forma tan peculiar de hacer las cosas. - Hable con el jefe de camino a acá, y no hay problema por un día más de descanso, además el dinero que no te dé por estos dos días, te lo devolveré yo mismo.

- ¿Tanta plata tienes, como para desperdiciarla?

- Si. - confeso encogiéndose de hombros, como si aquello no fuera la gran cosa. - Así que ve y descansa, tienes que tener energía para mañana.

- Vale.

Me puse en pie un poco mareado, sentía que mi cabeza me daba vueltas, quería vomitar, mi corazón amenazaba con salirse corriendo de mi pecho, y no me hubiera molestado si lo hubiera hecho, incuso estaría agradecido por ello, no tendría que cargar con tanto dolor en mi interior. Quería echarme a llorar en donde fuera sin miedo a que Yoongi me hiciera preguntas, quería esfumarme pero me era imposible. Me dirigí sin vida a la cocina donde me serví un vaso con agua que me tome lentamente, y justo cuando estaba dispuesto a irme a dormir, la voz de YoonGi me detuvo:

- Oye.

- ¿Qué?

- No me acosté con ninguna. - admitió con su vista fija en mi expresión, su mirada buscaba encontrar algo que yo ni siquiera lograba comprender, quería respuesta que yo no le podía dar, porque en ese momento ni siquiera yo mismo las sabia.

- ¿Por qué no?

- No fui capaz.

- No es de mi incumbencia lo que hagas o no con tu vida, YoonGi.

- Pero te ves muy enojado, JiMin. - dijo cabizbajo, dándome a entender que no había logrado su cometido debido a mi estado anímico.

- Siempre lo estoy. - suspire poniendo mis ojos en blanco.

- Si tienes celos, puedes decirme.

- ¡Buenas noches! - murmure entre risas, aquello último que había dicho me había parecido tan tonto en su momento, pero si lo pensaba más a fondo, si ataba todos los cabos sueltos, quizás fuera un poco cierto, tal vez por él, o por la chica, ni yo lo entendía, no descifraba mis emociones, ya que mi mente era un mar de enredos a los cuales, prefería no prestarles mucha relevancia, porque no me eran de utilidad en ningún momento.

Esa noche soñé lo mismo una y otra vez, sus manos recorrían mi cuerpo a pesar de mis suplicas, sus labios invadían los míos, aun cuando lo empujaba muy lejos de mí, y siempre despertaba de la misma manera, entre jadeos, gritos y miles de lágrimas recorriendo mi rostro sin piedad. Estaba seguro de que no podía seguir de esa manera por más tiempo, no podía soportarlo más, así que me senté en medio de la cama a llorar sin nada más que pudiera hacer para remediar mi situación, sin embargo, el cuerpo esbelto de YoonGi, se asomó por la puerta con su expresión soñolienta.

- ¿Podrías dejar de gritar? - me pidió antes de pegar un leve bostezo.

- No he gritado. - mentí enjugándome las lágrimas con el dorso de mis manos.

- Llevas gritando toda la noche, me has despertado más de una vez. - dijo un poco preocupado, sentándose en el borde de la cama, a pesar de mi mirada asesina. - ¿Acaso tus pesadillas son muy feas?

- Un poco.

- Vale, me quedare contigo para que no estés tan asustado. - propuso acostándose de inmediato a mi lado, en el lugar de la cama donde más me agradaba dormir.

- ¡No!

- ¿Cómo qué no? - ronroneo cerrando sus ojos. - No rechistes, duérmete, y esta vez trata de callarte tus alaridos.

- Está bien. - resople indagado, me cubrí por completo con la manta, y me recosté en el lado contrario dándole la espalda, sin embargo, desde allí podía escuchar su apaciguada respiración.

Aquella noche a pesar de mi terror, pude dormir plácidamente, dado que el cuerpo embriagador de YoonGi estaba tan cerca del mío, tenía miedo, demasiado como para poder controlar mis temblores, pero por alguna razón, uno de su brazos entre su sueño me rodeo, y a pesar de quedarme estático por lo que me pareció una eternidad, pude dormir sin problemas, quizás porque logre percibir la diferencia entre su cuerpo y ese que recordaba con tanto repudio.

UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.Where stories live. Discover now